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“El abusador 77” y su madre eran conocidos en su barrio por su carácter arisco

“El abusador 77” y su madre eran conocidos en su barrio por su carácter arisco

El Alto, 4 feb 2022 (ATB Digital).- El asesino en serie de la zona Ballivián y su madre eran conocidos en su calle por ser “ariscos”. No eran nada sociables. Una vecina contó a la Red ATB que incluso cuando les saludaban contestaban de mala manera. “Especialmente la madre, como me respondía de mala gana, yo preferí ya no volverle a saludar”, contó una habitante de la calle Rafael Pabón.

Richard Choque es un “viejo vecino” de esa calle, aparentemente nació ahí. Su papá era policía y su madre profesora. Quedó huérfano cuando apenas era un niño, al parecer, desde ese momento su madre ya no lo pudo controlar, pues cambió radicalmente de carácter.

Los primeros años como escolar, los pasó en un establecimiento que está casi al frente de su inmueble. “Después no sé dónde se fue a estudiar, solo lo veíamos entrar y salir de su casa”, añadió la vecina. Pese a su carácter especial, a Richard casi siempre se lo veía andar con su madre. “Era un chico normal, nunca he sospechado que andaba en estas cosas terribles, pero eso sí, aunque pasaba y repasaba, no acostumbraba saludar”, contó un vecino. Un lugar que frecuentaba era una tienda que está a varios metros de su vivienda, “de ahí se compraba algunas cosas, es como un minimarket, volvía con bolsas llenas de las cosas que seguramente necesitaba”, añadió el vecino.

La gente de ese sector nunca supo si el feminicida serial estudió una carrera universitaria o si trabajaba. “Seguramente vivía de lo que extorsionaba a las chicas”, mencionó el testigo.

Fue el 2013 cuando los vecinos de esta calle conocieron el verdadero rostro de Richard, ya que la Policía lo sacó de su casa enmanillado porque fue acusado de haber asesinado y enterrado a una universitaria en su otra casa ubicada en la zona Tilata, en la carretera a Viacha. “Cuando mató la primera vez no se hizo tanto alboroto como ahora. Ese día que lo detuvieron salió mirándonos con bronca”, recordó la vecina. Después se enteraron de que lo encarcelaron por ese crimen, pero años más tarde, extrañamente el feminicida en serie volvió a su casa, como si nada malo hubiera hecho, y a ninguno de sus vecinos se le ocurrió preguntarle cómo había obtenido su libertad. “Parece que desde ese entonces su mamá ya no lo pudo controlar, una vez la señora había dicho que ya era insoportable vivir con Richard”, explicó la entrevistada.

Así, en esa casa vivían el asesino en serie, su madre en el primer piso y su tía en la planta baja, aunque algunas veces también se quedaba el esposo de su tía. De esa forma parecía que todo volvía a la normalidad, pero a ningún habitante de ese sitio sospechó de los macabros hechos que ocurrían al interior de “la casa del terror”. “Una vez una vecina contó que vio a Richard entrar con una chica a su casa, dice que estaban agarraditos de la mano, parece que fueron dos o tres veces. Metieron comida y compraron refresco”, indicó el testigo.

Al enterarse de los terribles hechos que cometió su vecino, los habitantes de esa calle, recién comprenden el motivo del carácter especial de su vecino y de sus extrañas acciones, pues es acusado de haber asesinado y enterrado en el patio posterior de su casa a dos adolescentes, pero además en su haber se cuentan al menos 70 víctimas a quienes las engatusó con falsas ofertas de trabajo para extorsionarlas y ultrajarlas.

Pero eso no es todo, hace unos días encontraron el cuerpo enterrado de su primo Fidel en su casa de San Martín, donde también sepultó a su segunda víctima.

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