Santa Cruz, 25 de abril (ATB Digital).- Tras el fuerte intercambio de declaraciones entre el gobernador de Santa Cruz y su predecesor, analistas cruceños advierten que el enfrentamiento autodestructivo entre Luis Fernando Camacho y Rubén Costas pone en riesgo el futuro de la dirigencia política cruceña. Señalan que existen intereses de grupos de poder, económicos y políticos.
“Santa Cruz puede quedar fuera del escenario político nacional”, como resultado del enfrentamiento entre Camacho y Costas, advirtió el politólogo cruceño Manfredo Bravo.
“Es una lucha destructiva y autodestructiva entre dos grupos que no han podido estar a la altura de lo que significa Santa Cruz”, señaló el abogado y analista Daniel Valverde.
En las últimas horas hubo un fuerte intercambio de declaraciones. Costas señaló que Camacho estaba “allanando el camino” para que el MAS ingrese políticamente a Santa Cruz tras la denuncia de la gobernación contra Costas en el caso sobre “publicidad fantasma”, a lo cual la primera autoridad departamental respondió que tal afirmación es “el colmo de la sinvergüenzura”.
“Pareciera que el efecto buscado no es solo contra Rubén Costas, sino contra Demócratas como institución”, indicó Bravo. “Es una guerra de grupos de poder, de estructuras económicas y estructuras políticas”, apuntó Valverde, para quien “Camacho ha optado por la vía de la polarización para estar vigente”.
El enfrentamiento entre Camacho y Costas es anterior a 2019. Cabe recordar que el discurso con el que se empoderó en Santa Cruz el actual gobernador fue también en gran medida dirigido contra Costas.
El exministro Reymi Ferreira señaló, en una entrevista de junio de 2020, que la división más visible que se observaba al interior de la dirigencia cruceña en ese momento era la existente entre “rubencistas” y “antirubencistas”.
Según Bravo, al presente la pugna se da porque ambos liderazgos compiten por el mismo nicho electoral. “Luis Fernando (Camacho) es bastante ambicioso y quiere jugar solo, no quiere nadie que lo incomode”, afirmó.
Vía: La Razón