Santa Cruz, 14 de agosto 2022 (ATB Digital).– Meses después del asesinato de los tres policías en la zona del Urubó, se conoce que el entonces jefe de operativos antidrogas de la FELCN, capitán Rubén Aparicio, recibió una llamada ese día desde un teléfono celular registrado a nombre Nallar.
El capitán de Policía y ex jefe de operativos de la FELCN continúa en libertad y hasta ahora las autoridades no han actuado para verificar que fue lo que sucedió y del por qué Aparicio tuvo comunicación telefónica con esta persona investigada por el asesinato a tres policías.
A esto se suma una denuncia pública presentada en las últimas horas en la cual se señala al capitán Rubén Aparicio estaria vinculado a un narcotraficante de nombre Francisco Alejandro Rivero Díaz, alias “Caracha”, que además es socio de Misael Nallar. “Caracha” tiene avionetas y hangares en el aeropuerto el Trompillo, el hangar era usado frecuentemente por Misael Nallar donde además de acuerdo a informes este era frecuentado por el capitán de policía, Rubén Aparicio.
De acuerdo a la denuncia, Aparicio tendría una serie de negocios como fachadas, entre ellos spa, florerías, boutique y otros que estarían registrados a nombre de su pareja.
El propietario del hangar y avionetas en el Trompillo, alias Caracha, tendría antecedentes por narcotráfico en Argentina y Paraguay, pero pese a esto en Bolivia obtiene permisos para hangares y compra de avionetas.
El pasado 6 de agosto efectivos de la FELCN intervinieron su hangar en el municipio de San Borja, donde tiene 5 avionetas; sin embargo, alias Caracha vuelve a realizar una llamada y sorpresivamente efectivos de la FELCN se retiran del lugar como el día del asesinato de los 3 policías en la zona del Urubó.
Francisco Alejandro Rivero Díaz tiene 4 avionetas en El Trompillo, 8 avionetas en el aeroparque Mundaka y 5 avionetas en su hangar de San Borja. La pregunta es porque la FELCN se retiró del lugar, quién fue la persona a quien llamo para que se retiren de su hangar y no pregunten y realicen microaspirado a sus avionetas.
Fuente: Detràs de la verdad