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Atentado a Cristina Kirchner: Identifican a un tercer integrante de la banda de los copitos el día del ataque

Atentado a Cristina Kirchner: Identifican a un tercer integrante de la banda de los copitos el día del ataque

Mundo, 9 sep 2022 (ATB Digital).- Un video del 28 de agosto, cuatro días antes del intento de asesinato
de Cristina Fernández de Kirchner, y un nuevo hallazgo en las imágenes
del día del atentado, confirman que Fernando Sabag Montiel y Brenda
Uliarte no actuaron en soledad. No sólo la pareja estaba ahí, haciendo
inteligencia previa como es ostensible, sino que
también habría
estado presente en las inmediaciones de la vivienda de la vicepresidenta
uno de los amigos de ambos, Gabriel Carrizo
, integrante del grupo, que tiene todavía más integrantes, y en el que ahora está puesto el foco de la causa judicial. 

Los
investigadores rastrean imágenes de todos en busca de reconstruir la
actividad anterior y qué hicieron el mismo día del ataque. Carrizo es,
según él mismo se presentó en una nota televisiva, el que maneja el
supuesto negocio de copos de azúcar con los que la chica aparece en
diversas situaciones, tanto las movilizaciones a favor de CFK como en
algunas anti-gobierno, otra arista que se estudia en detalle. Todos estos nuevos elementos que aparecen refuerzan la hipótesis de que hubo una planificación y pacto previo,
como ya sostuvieron la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal
Carlos Rívolo. Los últimos allanamientos sumaron información útil.

Así,
la pesquisa ya constató que son varios los días previos al intento de
magnicidio en los que apareció el carrito de copos de azúcar en la
esquina de la casa de CFK, en Juncal y Uruguay, de acuerdo a los videos
bajo análisis. Está allí el 23 y 27 de agosto, cuando había
movilizaciones en favor de la vicepresidenta. El 28 de agosto se ve
apoyado en la pared de un edificio y mirando en dirección a la
vicepresidenta al propio Sabag. Su pareja y el amigo estarían con
barbijo, que era en realidad un recurso que usaban para ocultarse,
también observando, al fondo. Todo esto vuelve evidente que estaban
estudiando el lugar, seguramente los movimientos de la custodia y de la
vicepresidenta, así como de las y los manifestantes.

Carrizo, todo indica, tenía y un papel relevante y su presencia fue detectada también el mismo día del ataque, camuflado con gorro y barbijo. Los otros amigos en la mira, a cuyos nombres accedió Página/12, son: Sergio Orozco, Leonardo Volpintesta, Miguel Angel Castro Riglos y Lucas Acevedo.

Fueron
días muy calientes, tras el pedido de 12 años de prisión del fiscal
Diego Luciani contra ella en la causa sobre la obra pública en Santa
Cruz, con la posterior represión de la policía de Horacio Rodríguez
Larreta. El grupo investigado intentó usar ese contexto para comenter un
magnicidio pero les salió mal. En los días posteriores incluso sus
reacciones y apariciones públicas muestran cierta torpeza.

El grupo radicalizado

Carrizo
es la misma persona que publicó en su estado de Whatsapp poco después
del atentado y la detención de Sabag: “Seguro el próximo sos vos
Alberto! Tené cuidado!”. “Gobierno es vulnerable, y espero que les quede
claro… Nosotros somos los que mantenemos a estos parásitos ahí
arriba”, agregaba. Como remate decía: “Van a juzgar a una persona que le
estaría haciendo un gran favor a toda la Nación Argentina”, en alusión a
Sabag Montiel.

Los cinco amigos bajo sospecha aparecieron en
Telefé, junto con Brenda, el día posterior al ataque, diciendo que
estaban amenazados y que tenían miedo. Carrizo –que se presenta como
“Nico”– y Brenda llevaban la voz cantante. La chica misma parecía
anticiparse y decía: “Nos culpan de algo que no hicimos, dicen que somos
un grupo terrorista”. Después de su detención el domingo 4 de
septiembre, tras haber sido identificada en el lugar del atentado, los
demás fueron a declarar como testigos, con el mismo discurso de aparente
temor. 

Tuvieron que aceptar dejar sus celulares para la
pesquisa. De allí se comenzó a rescatar información valiosa y un
denominador que parece unirlos: la pertenencia a grupos (incluso en
whatsapp) de “haters” (odiadores) con un fuerte discurso antigobierno,
antikirchnerista y neonazi. Algunos cambiaban con frecuencia de aspecto
físico y sus nombres en las redes sociales. Son todos elementos que
suman dudas en su contra pese a que trataron de desligarse mostrando en
el juzgado, por ejemplo, como en el caso de Carrizo, un mensaje que
reflejaba que Brenda decía que estaba “orgullosa” de lo que había hecho
su pareja.

Otra arista es la posible relación del grupito con
manifestaciones violentas contra el gobierno y sus aparición en
entrevistas televisivas donde justo aparecían para criticar al
oficialismo. Orozco apareció en una nota en Crónica TV en Tigre junto
con Brenda el 28 de julio, el día que se conoció la designación de
Sergio Massa al frente del ministerio de Economía, con la que se
mostraban críticos. El joven se mostraba muy informado y mencionó a
Silvina Batakis. Tenían un palo consigo, que parecía el de los famosos
algodones de azúcar. Hay otra nota en el mismo canal, ya en agosto,
donde justo están Sabag Montiel y Brenda y hablan en contra de los
planes sociales y dicen que viven de vender los copitos, que ella exhibe
a la cámara. 

Brenda –que utilizaba otro nombre, Ambar, incluso
en las redes– participó de una agresiva marcha de antorchas en la que
hasta tiraron fuego en la puerta de la Casa Rosada, que organizaba la
agrupación Revolución Federal. Lo puso en su propia cuenta de Instagram,
aunque luego lo borró. Hubo otros hechos de similar tenor investigados
donde los autodenominados republicanos pusieron una guillotina en Plaza
de Mayo, se pararon a insultar en la puerta del Instituto Patria y
fueron a maldecir al Palacio de Hacienda.

Uno de los cinco del
grupo, Miguel Angel, dio una entrevista a TN este miércoles en la que
relató que Brenda había comentado en charlas entre ellos que “quería
matar a Cristina”. Según el joven, también supuesto vendedor de copos,
ella le dijo al resto lo mismo que afirmó en la televisión y que se
demostró que era falso: que no había estado con “Nando” –como lo nombra
a Sabag– el día que intentó matar a la vicepresidenta. Como era
esperable, Miguel Angel alegó perplejidad por el papel de su amigo.

Dos allanamientos importantes

Hubo
dos allanamientos, entre el miércoles y el jueves, que sumaron
información relevante para los investigadores. Uno fue en el
monoambiente donde vivían juntos Sabag Montiel y Uliarte, en la calle
Uriburu al 700, en el partido de San Martín. Ya había sido allanado,
pero a partir de la aparición de las fotos de ambos exhibiendo la
pistola Bersa calibre 32 utilizada en el atentado y del aviso del dueño
del inmueble, se hizo un nuevo procedimiento donde la Policía de
Seguridad Aeroportuaria se llevó un disco rígido y varios dispositivos.
Se investiga, entre otras cosas, si Sabag cambiaba de celular con
frecuencia.

Otro allanamiento se hizo en la casa de un exnovio de
Brenda, Lucas Ocampo. El mismo llamó al juzgado porque la noche del
intento de asesinato ella apareció en su domicilio pidiéndole ayuda
después que Sabag quedara detenido, se quedó a dormir allí y dejó una
bolsa blanca. Es la misma bolsa que se ve en las imágenes que la toman
en el escenario del ataque, cerca de su pareja. Es más, cuando él es
atrapado por militantes tras intentar disparar en la cabeza de CFK, ella
se va de ahí sin decir nada, sin siquiera pedir por su novio. Se retira
como quien se hace la distraída: se la ve vestida de negro, con
zapatillas blancas y la bolsa en cuestión en la mano. 

Una teoría
es que en esa bolsa, que será peritada, pudo haber estado el arma. Se
intentará detectar si tiene rastros de pólvora. También tenía un
paraguas. La reconstrucción de los pasos de la pareja aquel día, el 1 de
septiembre, dio cuenta también de que en Quilmes, donde estuvieron
juntos en el local de un tatuador, también pasaron por un McDonald’s
donde las cámaras captaron algo extraño: levantaron un papelito que tiró otra pareja al piso y se lo llevaron.
Como ya es conocido, viajaron a Constitución, luego al Obelisco y de
ahí caminaron hasta Juncal y Uruguay, donde llegaron cerca de las 20
horas.

Todavía está pendiente el análisis de muchísima
información, en especial la ubicación de celulares, las llamadas, los
mensajes. En el caso de Brenda, como reveló este diario, tenía una
“carpeta segura”, con una clave aparte, en el celular, que recién pudo
ser abierta a última hora de este jueves para cotejar si allí guardaba
alguna información.

Preguntas que aún no tienen respuesta

¿Hay
un mandante del grupo o alguien detrás? Es un interrogante que todavía
se debe despejar. A favor de esa hipótesis está el hecho de que parece
tratarse de un grupo precario si se piensa en lo que sucedió: el intento
de asesinato planificado de la vicepresidenta que no se consumó. Sabag
no parece ser alguien experimentado y la bala no entró en la recámara o
se puso nervioso al mover la corredera. 

Tanto Sabag como la chica
parecen personas algo vulnerables e influenciables, en este caso por el
odio. En contra se puede pensar que una hipótesis les hubiera proveído
mayor logística, estructura y otra arma ya que la utilizada es muy
vieja. Pero hay preguntas muy evidentes que quedan abiertas: ¿De qué
vivían? ¿De vender copos de azúcar y algún alquiler? ¿Es era una
actividad pantalla? ¿Si alguien los financiaba, habrían actuado de
manera tan precaria?

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