La Paz, 7 jul 2023 (ATB Digital).- Los pedidos de renuncia de las Fuerzas Armadas y de la Policía al expresidente Evo Morales, la autoproclamación presidencial de Jeanine Áñez y la imposición de la banda presidencial por un militar marcan el golpe de Estado que vivió Bolivia en 2019 y que debemos tener presente para “cuidar nuestra democracia”, afirmó la ministra de la Presidencia, María Nela Prada.
“Estas solicitudes de renuncia son las que configuran un escenario, no de las que ahora algunos, de manera muy conveniente, como siempre buscan agarrarse de algo que les es útil para salvarse o lavarse las manos de su responsabilidad ante la historia y el pueblo”, explicó en alusión a dichos en sentido de que el expresidente Evo Morales habría instruido a actores sociales pedir su renuncia.
El expresidente Carlos Mesa y el encarcelado gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, fueron parte activa de las protestas de ese 2019 que terminaron en la dimisión de Morales y en la toma del poder por parte de Áñez. Mesa y Camacho hablan ahora de “autogolpe”, luego que el jefe de bancada del MAS Andrés Flores dijera que Morales instruyó pedir su dimisión.
Los mandos de las Fuerzas Armadas y de la Policía pidieron en noviembre de 2019 a Morales dejar el cargo, lo que le representó perder el apoyo de las instituciones llamadas a defender la democracia. Camacho confesaría poco después que su padre, José Luis, arregló con militares y policías para que le quitaran el respaldo al expresidente.
Áñez, apoyada por los cívicos y los opositores, se hizo de la presidencia del Senado y luego se autoproclamó Presidenta de Bolivia, en una sesión legislativa sin quórum y sin ser parte de la línea de sucesión. La Justicia la condenó a 10 años de cárcel, precisamente, por no cumplir con el mandato constitucional y legal.
“Se va al Palacio, donde le pone la banda presidencial un militar, esa imagen viene a sellar lo que estaba viviendo nuestro país, un golpe de Estado”, afirmó en alusión a la fotografía en la que se ve cómo un militar le pone a Áñez la banda presidencial.
A días de imponer su gobierno de facto, se dan las masacres de Sacaba y Senkata. Militares y policías intervienen protestas sociales que acaban con más de una veintena de muertos y decenas de heridos de bala.
Prada consideró que no es lo mismo que un dirigente pida la renuncia de un presidente a que lo hagan mandos militares o policiales, pero, además, recordó que policías se unieron a los grupos paraestatales que perseguían a sectores sociales y gente identificada con el MAS.
(ABI)