La Paz, 27 ago 2023 (ATB Digital).- Cochabamba y El Alto están entre las cinco ciudades más contaminados del país. El 85% de la polución en estas ciudades se debe a las emisiones de gas emitidas por el parque automotor, según un informe del Ministerio de Medio Ambiente y Agua. Junto a esas dos ciudades están Quillacollo, Oruro y Tarija como las urbes más contaminadas, según los resultados del control de las Redes de Monitoreo de la Calidad del Aire (Red MoniCA). El seguimiento fue realizado entre 2019 y 2022.
“La calidad del aire, en resumen, podríamos decir que es buena, pero nos preocupa algunas ciudades (…). Estamos con preocupaciones en el caso de Cochabamba, Quillacollo, Tarija, inclusive Oruro y la ciudad de El Alto”, indicó a La Razón el viceministro de Medio Ambiente, Magín Herrera.
Afirmó que uno de los principales factores que inciden en el nivel de contaminación del aire es el parque automotor, que en Bolivia alcanzó a 2.493.753 vehículos en 2022, cantidad superior en 12,0% a la registrada en 2021, cuando llegó a 2.226.662 unidades, según datos del Registro Único para la Administración Tributaria Municipal (RUAT) procesados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
El departamento de Santa Cruz tiene la mayor cantidad de vehículos registrados a escala nacional: 873.478, equivalente a 35,0% del total; le sigue La Paz con 552.898 y Cochabamba con 522.575 unidades. Estos departamentos concentraron 78,15% del total del parque automotor a nivel nacional.
Es debido a este crecimiento de la cantidad de motorizados que la calidad de aire, en la mayoría de los municipios, se encuentra calificada entre buena y regular.
Cochabamba es la ciudad que más sufre los impactos de la contaminación porque, en 2022, reportó un valor alto de concentración de PM-10 (pequeñas partículas sólidas o líquidas de polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento o polen, dispersas en la atmósfera, y cuyo diámetro aerodinámico es menor que 10 µm), donde la calidad de aire registró en un nivel “malo”, detalla el informe del Ministerio de Medio Ambiente.
“La baja calidad del aire se debe a una alta polución, alta suspensión de partículas, ventarrones, humaredas de los incendios y la emisión de gases de las industrias, del parque automotor e incluso las tradicionales ofrendas a la Pachamama”, detalló Herrera.
En Oruro, en los meses de junio, agosto y octubre de 2022 se advirtió que la calidad del aire era mala, pues tuvo un incremento de la emisión de partículas en suspensión y la calidad del aire.
“A la contaminación por los gases que emite el parque automotor, se suma la época seca y episodios de quemas en la festividad de San Juan, que, a pesar de las campañas, hay gente que no es consciente y continúa con las quemas”, explicó a La Razón el viceministro de Medio Ambiente, Magín Herrera.
QUEMAS
La calidad del aire en El Alto, entre junio, julio, agosto y noviembre de 2022 develó un incremento de la emisión de partículas en suspensión. Herrera también lo atribuye a la época seca y quemas en la noche de San Juan, entre otras actividades. Aun así, reportó una calidad de aire de buena a regular.
También puede leer: Récord en La Paz: el parámetro de contaminación del aire en San Juan baja en 19,3%
Entre el 21 y 22 de este mes, se realizó el Segundo Encuentro Nacional de la Red de Monitoreo de la Calidad del Aire-Red MoniCA.
Herrera precisó que uno de los objetivos del evento fue elaborar una propuesta para mejorar la calidad de aire, a través de la generación de normativas.
“Uno de los temas que hemos abordado es la regulación del parque automotor que varios municipios no tienen. Hay también actividades industriales que tienen que ser reguladas”, acotó. Dijo que uno de los compromisos del Ministerio de Medio Ambiente es activar acciones de prevención y control de la contaminación atmosférica a partir de evaluaciones y estudios para determinar los efectos sobre las personas, ecosistemas, entre otros.
Perú, con 31 microgramos por metro cúbico (µg/m3), y Bolivia con 27 (µg/m3) lideran la lista de países sudamericanos con peor calidad del aire, que superan en más de cinco veces las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El informe fue develado por Lancet Countdown Sudamérica, una institución dedicada a monitorear la evolución en el perfil sanitario del cambio climático.
El informe de 2022 de Lancet Countdown Sudamérica sobre salud y crisis climática apuntó a la contaminación del aire como uno de los principales factores de riesgo que presenta la degradación del medioambiente.
El estudio atribuyó a la contaminación atmosférica la muerte prematura de cerca de 37.000 sudamericanos en 2020; 1.000 más que en 2015, por su relación directa con el riesgo de infartos, problemas respiratorios y cáncer, entre otras patologías. Los países con la mayor tasa de mortalidad atribuible a la polución aérea son Chile y Perú, con 230 y 176 muertes por cada millón de habitantes respectivamente, según el estudio.
La idoneidad climática para la presencia de mosquitos mejoró en todos los países del continente a excepción de Argentina y Surinam, motivo por el que los investigadores explican el aumento del 35,3 % de la propagación del dengue en Sudamérica.
El informe es el primero en la región sudamericana en presentar indicadores que siguen el impacto del cambio climático sobre la salud en cinco áreas temáticas: Efectos del cambio climático en la salud, adaptación en salud, beneficios sanitarios de la mitigación, economía y contexto político.
“Nuestros indicadores muestran cómo el cambio climático está provocando graves impactos en la salud en la región, La importancia de preparación y prevención es acelerar nuestros esfuerzos hacia una transición con cero emisiones de carbono y la necesidad de compromisos financieros para responder a los retos que impone el cambio climático”, dijo en el informe la directora del Centro Regional Lancet Countdown Sudamérica, Stella Hartinger. Además de implementaciones urbanas para hacer frente a los perjuicios de la crisis climática, los expertos reclamaron la mejora de infraestructuras de centros sanitarios para hacer frente a catástrofes naturales.