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GASTRONOMÍA PARA EL MÁS ALLÁ

GASTRONOMÍA PARA EL MÁS ALLÁ

CHEF FRANZ R. ARANDIA BELMONTE

El Día de Todos Santos, una festividad arraigada en la cultura latinoamericana, es una celebración única que honra a los seres queridos que han fallecido. Aunque las tradiciones varían de un país a otro, hay un elemento que une a todas las culturas en este día especial: la comida. En este artículo, exploraremos cómo la gastronomía desempeña un papel fundamental en la celebración de Todos Santos en Bolivia, a la vez que observamos cómo esta tradición se refleja en otros lugares de Latinoamérica y del mundo.

En Bolivia, el Día de Todos Santos es una fiesta de color, música y, por supuesto, deliciosa comida. Las familias se reúnen en los cementerios para decorar las tumbas de sus seres queridos con flores, velas y, por supuesto, comida. Las mesas se llenan de platos tradicionales como los ajíes, la “Tantawawa,” un panecillo en forma de bebé decorado con detalles de azúcar, alfeñiques, bizcochuelos, maicillos y otras preparaciones dulces, además de bebidas que le gustaban al difunto. Estos manjares se comparten entre los vivos y los muertos, creando un puente entre los dos mundos.

El Día de Todos Santos se celebra en toda Latinoamérica con variaciones locales, pero la comida siempre desempeña un papel central. En México, se prepara el famoso “Pan de Muerto,” un panecillo dulce con forma de calavera decorado con azúcar. En Perú, se sirve el “Turrón de Doña Pepa,” un dulce que combina anís y miel. Estas preparaciones rinden homenaje a las raíces culturales y a los seres queridos que ya no están presentes.

La celebración de Todos Santos no se limita a Latinoamérica. En Filipinas, la festividad de “Undas” se asemeja a esta tradición, donde las familias se reúnen en los cementerios y comparten comidas caseras en las tumbas de sus antepasados. En España, la festividad de “Todos los Santos” se celebra con platos tradicionales como los “Huesos de Santo,” pasteles rellenos de mazapán. La gastronomía de Todos Santos es un recordatorio de la importancia de mantener viva la memoria de nuestros seres queridos. Los platos tradicionales, preparados con amor y cuidado, son un medio de conexión con el pasado y de celebración de la vida, incluso en la muerte. En este Día de Todos Santos, mientras saboreamos los manjares que honran a nuestros antepasados, recordemos que la comida tiene el poder de trascender fronteras y unir a las personas en un vínculo eterno de amor y respeto.

FRANZ R. ARANDIA BELMONTE ES CHEF