William Gómez García
Mientras Estados Unidos ha generado conflictos bélicos en todo el globo terráqueo, convirtiéndolo en el país con mayor capacidad terrorista al asumir el papel del policía del mundo, tal como lo predijo el presidente Franklin Delano Roosevelt, luego de concluida la Segunda Guerra Mundial, esta nación vive una de sus peores crisis.
Con la inmoral acción de apoyar a Israel en el genocidio en la Franja de Gaza, con más de 21 mil palestinos asesinados, en su mayoría niños, mujeres y adultos mayores, Estados Unidos se ha convertido en un país forajido porque, para ellos, no valen las resoluciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que exige un alto al fuego inmediato en Gaza. A los gringos les interesa consolidar su industria militar a cualquier costo. Para este fin han dispuesto, para el 2024, 886 mil millones de dólares, también destinados para seguir financiando a Ucrania y reforzar un sistema internacional de vigilancia contra países que consideran hostiles a los intereses de Washington, como China, Rusia, Irán, Venezuela, Cuba, Nicaragua, entre otros.
Al plantear el orden interno de Estados Unidos hoy su desarrollo ha entrado en una paupérrima economía, donde casi 40 millones de personas viven en la pobreza. Considerado como el país más rico del mundo, la Unión Americana ha dejado de ser esa entelequia que llaman el “sueño americano”, donde la población infantil, en el orden de los seis millones de niños, en miseria extrema será la población del futuro.
De allí, que el tema de la migración se ha convertido en uno de los nudos gordianos más difíciles de resolver, lo que le puede costar al secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, un juicio político incentivado por los republicanos, a nivel de la cámara de representantes.
La migración se ha convertido, para los gringos, en un tema de seguridad nacional e incluso, tanto Joe Biden como Donald Trump lo están utilizando como target para ampliar sus simpatías en el electorado. En el caso de Trump, este expresó que de ganar la presidencia restaurará la prohibición a viajeros extranjeros que no estén de acuerdo con la política estadounidense y la de Israel. Es decir, Estados Unidos se convertiría en un Estado sionista. Trump abrirá campos de concentración para la reclusión de migrantes, mientras se gestiona su expulsión del país.
Con este panorama, pudiéramos decir que Estados Unidos está a las puertas de su caída como imperio. El mismo Joe Biden ha acusado a Donald Trump de sacrificar la democracia en su país por el poder, generando una guerra total. Mientras que el Trump ha señalado que Biden es una amenaza para la democracia.
Toda esta confrontación deja al descubierto que tanto republicanos como demócratas cerrarán ese capítulo, donde la doctrina Monroe y su lema “América para los americanos” será parte de una historia que no debió suceder. Al menos que ocurra una segunda Guerra de Secesión, como la acontecida entre 1861 y 1865, la cual fue generada por el partido Republicano. Donald Trump estaría dispuesto a convocar una confrontación de ese tipo. Ya lo hizo el seis de enero de 2021, cuando llamó a sus simpatizantes a irrumpir en el Capitolio de Estados Unidos para intentar detener la confirmación de Joe Biden, como presidente electo. Ese es su carácter violento.
William Gómez García es periodísta