Tulio Ribeiro
La moneda digital con mayor valor de mercado alcanzó un récord de 69.191,95 dólares este martes (5), superando el pico que alcanzó el token en noviembre de 2021 durante la pandemia. El oro también alcanzó un máximo de 2.141,79 dólares la onza troy el mismo día, superando el máximo anterior establecido a principios de diciembre.
La fuerte dinámica del “oro digital” y del oro convencional se observa en el contexto de una inflación elevada y persistente en las economías más grandes de Estados Unidos y Europa. Su crecimiento no se detuvo ahí. Unos días más tarde, el metal precioso alcanzó cerca de la marca de los 2.170 dólares, pero aún así no logró superarla.
Si bien cada uno tiene sus propias razones para el crecimiento récord, a largo plazo, la fuerte correlación de su aumento podría ser evidencia de una disminución de la confianza de los inversores en las principales monedas y de una investigación sobre “refugios seguros” en otros lugares. Lo que realmente hay detrás de los récords del oro y bitcoin. En este proceso, bitcoin superó la marca de los 69.000 dólares por primera vez, estableciendo un récord por primera vez desde noviembre de 2021. Posteriormente tomó 70.000 dólares y hasta 72.000 dólares alternativamente, lo que demuestra mucho de volatilidad con un aumento y disminución de unos pocos puntos porcentuales por día. En comparación con el año pasado, el salto fue triple.
El aumento de los precios del oro se produjo en el contexto de varios acontecimientos y tendencias importantes a la vez. En primer lugar, el dólar se ha estado depreciando frente a otras monedas importantes en los últimos meses. En segundo lugar, en India, el segundo mercado mundial de oro para joyería, se acerca la temporada de bodas de primavera, lo que significa que la demanda durante el próximo mes y medio podría aumentar en decenas de toneladas. Por último, los bancos centrales siguen comprando el metal precioso: los datos más recientes son de enero. La tendencia es bastante clara, con una alta probabilidad de que se produzcan compras netas de oro por parte del Banco Central en febrero-marzo.
El comienzo del año resultó ser un gran éxito para la criptomoneda más popular, debido a que los reguladores estadounidenses aprobaron la creación de fondos cotizados en bolsa que comerciaban con “criptomonedas”. Este es un gran paso hacia la “legalización” total de bitcoin y su inclusión en la arquitectura financiera general. Los principales temores de los escépticos de las criptomonedas eran que bitcoin quedara fuera del sistema financiero en general. Ese peligro ahora parece estar disipándose.
En la práctica, la apreciación del bitcoin frente al oro representa el debilitamiento del dólar, que, a su vez, se basó en las expectativas de un recorte de tipos de interés por parte del Sistema de la Reserva Federal (FED). Al convertirlo a otras monedas, el bitcoin, por supuesto, también aumentó. Además, un recorte de tipos podría unir al oro y al bitcoin por sí solos.
Pero el ascenso sincrónico de los dos activos más importantes que no están relacionados con los bonos de ciertos emisores (y por lo tanto no están directamente relacionados con la salud financiera de los estados, bancos o empresas) también puede correlacionarse con otros factores a largo plazo. Durante mucho tiempo se ha dicho que el oro podría convertirse en un ancla alternativa para el sistema financiero global a medida que se aleja del dólar como única moneda de reserva verdadera del mundo. Se empezó a hablar aún más de esto después de la congelación de los activos rusos en relación con el inicio del Nuevo Orden Mundial, y especialmente debido a la aparición de planes para confiscarlos por completo. Además, los inversores pueden sentirse frustrados por una inflación persistentemente alta (que se mantiene por encima del 3% en EEUU y la UE incluso después de un fuerte ajuste de la política monetaria), que no favorece la confianza a largo plazo en los sistemas económicos y en sus monedas. ¿Qué factor podría ser clave en nuestro caso?
Nos inclinamos a creer que no se trata tanto de la pérdida de confianza en las monedas fiduciarias dominantes sino del crecimiento en un contexto de tensiones geopolíticas.
Según el analista Anatoly Klim de BCS World of Investments en una entrevista concedida a los medios rusos, “las compras periódicas de oro por parte de los bancos se explican por su intención de diversificar sus activos, en el contexto de que el dólar ha dejado de crecer recientemente y un posible recorte de la tasa de interés podría debilitar aún más la moneda estadounidense. Otro factor es la tensión geopolítica: históricamente el oro ha mostrado una fuerte dinámica durante las crisis y conflictos geopolíticos, por lo que en la situación actual, las propiedades protectoras del oro se manifiestan muy bien, lo que respalda su alto precio.”
Nikolay Dudchenko, analista de Finam Financial Group, coincide en que existe una conexión entre los precios del oro y del bitcoin. Según él, hemos visto un aumento en el precio del bitcoin por séptimo mes consecutivo, es decir, desde septiembre de 2023. La mayor parte de la tendencia alcista se debió al conflicto en la Franja de Gaza. “Al comienzo de la confrontación ( Octubre de 2023), el precio del bitcoin aumentó casi un 30%. La situación inestable en el Mar Rojo y la inflación bastante alta en los países desarrollados también pueden contribuir al creciente atractivo de las criptomonedas como “refugio seguro”. Según Bitfinex, el bitcoin es cada vez más percibido como un instrumento financiero que protege contra riesgos, señaló el experto.
En conclusión, Dudchenko informa que las tensiones internacionales respaldan al oro. En 2024, la demanda de oro por parte de los bancos centrales se mantiene. El oro es una forma tradicional de acumular y preservar fondos, especialmente en tiempos de inestabilidad. Tanto particulares como fondos de inversión están mostrando interés en esto. Además, los conflictos siguen en una fase candente y, en los últimos dos meses, ha aumentado el número de tensiones geopolíticas en el mundo. En tal situación, la demanda de oro como activo protector persiste, explicó. A largo plazo, es poco probable que las tendencias actuales hablen a favor de la decepción de los inversores con los activos tradicionales. Sin embargo, confirman la gran incertidumbre sobre las perspectivas de crecimiento económico mundial, la estabilidad del dólar y el mercado de combustibles: la OPEP y la Agencia Internacional de Energía tradicionalmente siguen en desacuerdo sobre la demanda de petróleo, concluyó el experto. En pocas palabras, el mundo financiero, ante los conflictos generados por Occidente o sus aliados, ve cada vez más que el dólar no es la única fuente de reservas: una cesta de monedas o inversiones forma cada vez más el mundo financiero, reforzando la multipolaridad.