Mundo, 07 de ago 2024 (ATB Digital).- Un sorprendente método está ayudando a los científicos a observar cómo están cambiando los océanos, y no se trata de robots o IA, sino de focas. Los detalles fueron publicados en Advancing Earth and Space Sciences.
Varias especies de focas viven alrededor y en la Antártida, buceando regularmente a más de 100 metros en busca de alimento. Su habilidad para nadar a través de las vigorosas corrientes del Océano Austral las convierte en asistentes perfectas para los oceanógrafos.
Etiquetas en focas
Desde hace dos décadas, los investigadores han estado colocando etiquetas en las frentes de las focas para recopilar datos en regiones remotas e inaccesibles. Las etiquetas se adhieren a las focas durante la temporada de apareamiento, cuando los mamíferos marinos descansan en la costa.
Estas etiquetas permanecen adheridas por un año, recolectando datos mientras las focas bucean y transmitiéndolos vía satélite cuando salen a la superficie. El método se ha convertido en una colaboración internacional con estándares rigurosos y una amplia compartición de datos, facilitada por avances en tecnología satelital.
Las etiquetas suelen llevar sensores de presión, temperatura y salinidad, propiedades utilizadas para evaluar el aumento de las temperaturas oceánicas y los cambios en las corrientes.
También contienen fluorómetros de clorofila, proporcionando datos sobre la concentración de fitoplancton, organismos diminutos que forman la base de la red alimentaria oceánica.
Los sensores también han permitido a los investigadores entender los efectos del cambio climático alrededor de la Antártida, donde aproximadamente 150 mil millones de toneladas de hielo se derriten anualmente, contribuyendo al aumento global del nivel del mar.
Los datos recolectados por las focas han ayudado a describir las rutas físicas que el agua cálida sigue para alcanzar las plataformas de hielo y cómo las corrientes transportan el hielo derretido.
Otra información
Además de proporcionar datos oceánicos, las etiquetas también ofrecen información sobre el comportamiento de las focas. Los científicos pueden determinar dónde buscan alimento, encontrando que ciertas regiones, conocidas como frentes, son puntos calientes de caza.
En estos frentes, la circulación oceánica crea turbulencias que mezclan el agua y llevan nutrientes a la superficie, lo que resulta en florecimientos de fitoplancton que atraen a peces y focas. Esta información es crucial para entender cómo las focas están adaptándose a un clima cambiante y un océano en calentamiento.
Aunque a corto plazo pueden beneficiarse del aumento de deshielos, a largo plazo, el aumento de las temperaturas oceánicas subsuperficiales podría cambiar la disponibilidad de sus presas y amenazar su supervivencia.
Fuente: Robotitus