Mundo, 15 de ago 2024 (ATB Digital).- Situado al sureste de la actual Turquía, el yacimiento de Göbekli Tepe, que en turco significa “colina panzuda”, fue descubierto en 1995 por el arqueólogo alemán Klaus Schmidt. Construido entre los años 9600 y 8200 a.C., Göbekli Tepe se ha convertido en un emplazamiento clave para la arqueología, cuyo estudio ha cambiado la visión de los investigadores sobre los avances que se produjeron en el Neolítico.
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Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Edimburgo ha llevado a cabo un interesante estudio, que ha sido publicado en la revista The Journal of Archaeology, en uno de los pilares del yacimiento. En él concluyen que hace 11.000 años, el enjambre de fragmentos de un cometa impactó contra la Tierra provocando una miniedad de hielo, conocida como Dryas Reciente, que duró alrededor de 1.200 años.
¿Y cómo han llegado a esta conclusión? Pues según cuenta el doctor Martin Sweatman, de la Escuela de Ingeniería de Edimburgo, los grabados que recubren uno de los pilares de Göbekli Tepe, conocido como la Piedra del buitre o Pilar 43, podrían representar el calendario solar más antiguo del mundo, y habrían sido tallado para recordar ese devastador evento astronómico.
Grabados estelares
Los investigadores afirman en su estudio que los animales tallados en este pilar estarían relacionados con las constelaciones, y según su opinión podría tratarse de símbolos astronómicos. En la parte inferior del Pilar 43 aparece un escorpión, que, según los investigadores, representaría la constelación de Escorpio, una de las más fáciles de reconocer en el firmamento por su forma de signo de interrogación. Asimismo los expertos dicen que si el escorpión de la Piedra del buitre realmente representa esa constelación, el buitre que se encuentra a su lado coincidiría con la posición de la constelación de Sagitario.
Los científicos han empleado un sofisticado software para emparejar las posiciones de estos símbolos grabados en la piedra según la situación de las estrellas que les ha permitido fechar este acontecimiento catastrófico en torno al año 10.950 a.C., justo en el momento en el que empezó el Dryas Reciente, según los datos aportados por los núcleos de hielo obtenidos en Groenlandia.
la observación del cielo nocturno
De confirmarse, este hallazgo respaldaría la controvertida teoría de que un impacto cósmico de gran magnitud pudo ser el responsable de la caída repentina de las temperaturas en ese momento, ya que los gases tóxicos envenenarían el aire y cubrirían por completo el cielo provocando que la temperatura cayera en picado.
Las consecuencias habrían influido en la evolución de la flora y la fauna (por ejemplo, en la desaparición del mamut lanudo), y podrían haber contribuido también al nacimiento de la agricultura, un acontecimiento fundamental que habría impulsado el desarrollo de la civilización en el Creciente Fértil
Según los investigadores, los símbolos grabados debieron de haber tenido una gran importancia para la población de Göbekli Tepe, lo que sugiere que aquel evento y el clima frío que siguió al impacto probablemente afectaron en gran medida a su forma de vida. Pero además de los grabados del Pilar 43, los investigadores han destacado otro que muestra a un hombre sin cabeza y que a su juicio podría simbolizar un desastre humano y una gran pérdida de vidas.
Los autores del estudio sugieren que la simbología de los grabados de los pilares demuestra que los cambios a largo plazo en el eje de la rotación de la Tierra ya se habían registrado en ese momento mediante una forma temprana de escritura, y que Göbekli Tepe pudo ser un observatorio astronómico.
Y es que para los investigadores no hay duda. “Parece que Göbekli Tepe fue, entre otras cosas, un observatorio para vigilar el cielo nocturno. Uno de sus pilares parece haber servido como un monumento a este evento devastador, probablemente el peor día en la historia desde el final de la Edad del Hielo”, finaliza Martin Sweatman.
FUENTE: NATIONAL GEOGRPHIC