Mundo, 05 dic 2024 (ATB Digital).- En el vasto desierto de Egipto, donde se alzan las pirámides como gigantes de piedra, la Gran Pirámide de Giza se mantiene erguida como un monumento a la grandeza de la civilización ancestral del Nilo.
Durante siglos, ha maravillado a viajeros, arqueólogos y científicos con su perfección. Sin embargo, en su apariencia a priori simple, se oculta un misterio que podría cambiar nuestra comprensión de este coloso: ¿y si la Gran Pirámide tuviera en realidad ocho caras, y no cuatro?
A primera vista, las pirámides de Egipto son estructuras inconfundibles, con sus caras lisas y sus vértices apuntando hacia el cielo. Pero, como reveló un estudio realizado en 2023 por Akio Kato, un matemático de la Universidad de Kanagawa, hay algo más bajo su superficie. Kato descubrió que cada una de las cuatro caras de la Gran Pirámide es ligeramente cóncava, lo que crea una ilusión de geometría octogonal.
El poder sobrenatural de las estatuas egipcias
Este hallazgo, que fue publicado en la revista científica Archaeologycal Discovery, está respaldado por observaciones de más de 100 años. Aun así, no deja de sorprender por sus implicaciones arquitectónicas y científicas, y por eso recientemente los medios han vuelto a hacerse eco del descubrimiento.
La misteriosa ingeniería de las Pirámides
Para entender la esencia de este descubrimiento, es necesario retroceder en el tiempo: a partir de unas fotografías aéreas tomadas en 1927, poco más de una década después el egiptólogo Flinders Petrie observó que las caras de la pirámide presentaban líneas huecas en su centro, un rasgo que más tarde sería confirmado por otros estudios.
No obstante, fue el trabajo de Kato, en 2023, el que permitió comprender mejor cómo esas hendiduras no son solo un detalle estético, sino una clave para la estabilidad y longevidad de la pirámide. Explicado de forma sencilla: las capas inclinadas de las caras, combinadas con una base robusta, parecen haber sido diseñadas para resistir las fuerzas naturales.
La compresión gravitacional, las tormentas y los terremotos habrían sido factores cruciales a la hora de construir la pirámide de esta manera, ya que las capas inclinadas permiten que tenga una estructura más resistente. En cambio, las capas horizontales habrían sido menos eficaces, y probablemente no habrían soportado las adversidades de la naturaleza.
La Gran Pirámide no es la única
Este diseño peculiar no es exclusivo de la Gran Pirámide. A través de tecnología moderna, se ha comprobado que las otras pirámides de Giza, Kefrén y Micerino, podrían compartir una estructura similar, con formas octagonales que eran invisibles para el ojo humano hasta ahora.
Pero eso no es todo: el verdadero misterio radica en si los antiguos egipcios comprendían realmente las implicaciones de este diseño, o si fue un resultado fortuito de su proceso constructivo. Y en este sentido, aunque esta civilización ha demostrado una capacidad asombrosa para diseñar monumentos que desafían el paso del tiempo, el grado de planificación de los antiguos constructores continúa siendo un interrogante.
Lo que está claro es que, si bien la revelación sobre la geometría octogonal de la Gran Pirámide no es algo nuevo, no deja de ser importante. Y es que cada año, gracias a los avances en arqueología, este monumento nos va ofreciendo nuevas lecciones sobre el ingenio humano.
FUENTE: MEDIOS LOCALES