Mundo, 14 de dic 2024 (ATB Digital).- Cuidar a niños o a seres queridos enfermos puede ser muy estresante. Tanto es así que puede afectar a la salud del corazón, según muestra una investigación reciente.
El estrés alto del cuidado aumenta el riesgo de hipertensión en casi un 40 por ciento entre las mujeres negras de 21 a 44 años, según los resultados, que se publicaron recientemente en la revista Hypertension.
“Nuestro análisis sugiere que la tensión del cuidador como fuente de estrés crónico podría contribuir significativamente al desarrollo de hipertensión, un factor de riesgo importante para la enfermedad cardiovascular, entre las mujeres negras en edad reproductiva”, señaló la investigadora principal, Milla Arabadjian, profesora asistente de la Facultad de Medicina Grossman de Long Island de la NYU.
En el estudio, los investigadores analizaron datos del Estudio Jackson Heath, un proyecto de investigación a largo plazo que siguió la salud de más de 5,300 adultos afroamericanos en Mississippi.
A los participantes se les controló la presión arterial y se les preguntó sobre el estrés del cuidado como parte de un cuestionario de salud.
Casi un 44 por ciento de las jóvenes negras del estudio desarrollaron hipertensión durante un periodo de seguimiento de más de siete años, mostraron los resultados.
Pero el estrés del cuidado marcó la diferencia: alrededor de un 52 por ciento de las mujeres que reportaron un estrés moderado o alto desarrollaron hipertensión, en comparación con alrededor de un 41 por ciento de las que tenían un estrés bajo o ninguno, encontraron los investigadores.
“Dado el alto riesgo de enfermedad cardiovascular a lo largo de la vida, sobre todo entre las mujeres negras en edad reproductiva, debemos identificar mejor las causas fundamentales que contribuyen a la tensión”, planteó la investigadora sénior, Tanya Spruill, profesora asociada de salud y medicina poblacional de Langone Health de la NYU.
“Si la falta de cuidado infantil asequible es una fuente, entonces vincular a los recursos de cuidado infantil podría ser una solución”, planteó Spruill en un comunicado de prensa de la NYU. “Si la fuente de tensión es un problema de comunicación con un niño o un pariente anciano, la educación podría adaptarse para ayudar con eso”.
Fuente: Infobae