Mundo, 30 de dic 2024 (ATB Digital).- En los últimos años, las harinas refinadas protagonizaron una fuerte polémica en los debates sobre salud y nutrición. Aunque su versatilidad y amplia disponibilidad las convirtieron en un elemento básico en la dieta global, estudios y expertos advierten sobre los riesgos de su consumo excesivo.

Según investigaciones del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, el abuso de estos productos puede contribuir al desarrollo de enfermedades metabólicas como diabetes tipo 2, obesidad y problemas cardiovasculares.
Por otro lado, especialistas como la doctora Selvi Rajagopal de la Universidad Johns Hopkins, de Estados Unidos, resaltan que la industria alimentaria prioriza la vida útil de los productos sobre el valor nutritivo, perpetuando su popularidad pese a los efectos adversos en la salud.
La harina refinada es el resultado de un proceso industrial que elimina el salvado y el germen del grano de trigo, dejando sólo el endospermo, rico en almidón. Este procedimiento mejora la textura y extiende la vida útil de los productos, pero elimina nutrientes esenciales como fibra, vitaminas y minerales.
Según los especialistas, “la harina refinada es prácticamente puro almidón” y presenta un índice glucémico muy alto, lo que significa que eleva rápidamente los niveles de glucosa en sangre.
Abandonar el consumo de harinas refinadas durante 30 días puede provocar cambios significativos en el organismo. En los primeros días, es común experimentar una disminución de energía, ya que estas harinas son una fuente inmediata de carbohidratos simples.
Sin embargo, una investigación de la Universidad de los Andes señaló que esta transición puede llevar a mejoras notables en la salud metabólica y digestiva.
Fuente: Infobae