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El cerebro en equilibrio: el impactante poder terapéutico de la música para la salud

Mundo, 13 de marzo 2025 (ATB Digital).- Se sospechaba de hacía años que la música podía emplearse como tratamiento complementario, pero no ha sido hasta estas últimas décadas que la ciencia ha abordado este tema a fondo.

La música es una de las primeras y más fascinantes manifestaciones de arte. Los distintos ritmos y armonías que se crean durante una melodía pueden llegar a trascender las vías clásicas de comunicación y, aún sin palabras, permiten trasmitir un mensaje al oyente. Este mensaje puede evocar recuerdos, emociones o sensaciones que aparecen según el cerebro va interpretando la secuencia de notas que llegan a nuestros tímpanos.
Una vez en el cerebro la música no desaparece, sino que se transforma en impulsos eléctricos que últimamente han sido objeto de diversos estudios por sus propiedades terapéuticas. Y es que siempre se ha dicho que la música amansa las fieras, pero también podría calmarnos de otros modos. Como, por ejemplo, tras una cirugía.
Así lo muestra una revisión de la Sociedad Americana de Cirugía, donde tras analizar 35 estudios en los que se incluían más de 3500 pacientes que habían pasado por quirófano llegaron a una conclusión muy interesante: Escuchar música es una gran ayuda durante la recuperación postoperatoria. De entre todas las mejoras que observaron, destacan 4 puntos de suma importancia durante una recuperación: El dolor, el nivel de ansiedad, el uso de opioides y el latido del corazón.

La música tras la cirugía

En general, en los diversos estudios que se analizaron, la música ayudó a que los pacientes sintiesen menos dolor y, por tanto, que disminuyesen el consumo de opioides. Esto no es llamativo únicamente desde el punto de vista hospitalario, que destina menos recursos a tratar un paciente, sino que una menor exposición puede disminuir el riesgo de adicción a estas sustancias. Con una crisis de opioides cada vez más palpable en las grandes urbes, cualquier ayuda es poca para tratar de reducir el riesgo, y la música podría ser un método efectivo.

Además, la música también ayudó a calmar el estrés que sufrían los pacientes antes y después de la operación, una respuesta normal de cualquier persona ante el cambio. Esta respuesta se podía observar en la frecuencia de los latidos del corazón, donde los pacientes que escuchaban música durante la recuperación presentaban, de media, 4,5 latidos por minuto menos que aquellos que estaban en silencio. Mantener los latidos en unos parámetros estables ayuda en la recuperación y, sobre todo, disminuye el riesgo de sufrir taquicardia, que puede ser una condición mortal.
Como explica Eldo Frezza, autor principal del estudio y profesor de cirugía en la Facultad de Medicina de la Universidad Northstate de California, en ocasiones los pacientes pueden levantarse confundidos tras una cirugía, una situación estresante. En estos casos, la música puede ayudar en la transición desde el despertar a la normalidad. Además, al contrario que otras terapias como la meditación, escuchar música es algo pasivo y no requiere de ningún tipo de entrenamiento, por lo que se puede utilizar en la mayoría de los pacientes.
Ahora bien, este no es el único caso en el que la música puede ayudar a los pacientes, si no que existen otros aspectos terapéuticos de la música. De entre ellos, uno especialmente interesante afecta directamente a uno de los grandes problemas que acechan en el futuro: el aumento de los casos de demencia.

La música en la demencia

Los datos muestran que en 2019 había detectados aproximadamente 55 millones de casos de personas con demencia. Pero esta cifra podría aumentar hasta los 139 millones en 2050. Este preocupante aumento muestra viene acompañado de una mayor inversión en la búsqueda de tratamientos, Durante los últimos años se han realizado avances impresionantes en la compresión del Alzheimer y otras demencias, que además vienen acompañadas por mejores tratamientos farmacológicos. Ahora bien, las enfermedades, por lo general, se tratan desde distintos frentes, y la música podría emplearse en algunos casos como terapia complementaria.

Jenny van der Steen, investigadora en el Leiden University Medical Center y Radboudumc Alzheimer Center es una gran defensora de este método, ya que afirma que la musicoterapia tiene grandes beneficios incluso en casos graves de demencia. Por ello, insta que se organicen actividades musicales en las residencias de ancianos.

Según explica, la musicoterapia ofrece beneficios comparables o superiores a otras actividades de grupo y ayuda a mejorar el estado de ánimo y el comportamiento en personas con fases tempranas o avanzadas de demencia. Por ello, insiste que la integración de sesiones musicales que incluyan movimiento puede beneficiar enormemente la calidad de vida de los residentes.

De su investigación, que incluye más de 1500 pacientes de otros 30 estudios, destacan que la musicoterapia mejora los síntomas depresivos asociados a la demencia. Además, no afecta al paciente en otros aspectos. Es decir, durante una sesión de musicoterapia las personas no se encuentran más agitadas ni agresivas, sino que observan beneficios a nivel social y una disminución general de la ansiedad. A largo plazo los resultados positivos parece que se van diluyendo, pero faltan estudios que lo confirmen o desmientan.

Aunque se sospecha de estos y más efectos de la música desde hace décadas, al estudiarlos empleando el método científico es cuando se pueden extraer conclusiones con menores sesgos. Es decir, reunir suficientes datos permite comprender exactamente qué efectos son los que provoca la música per se, es decir, cómo las notas musicales se trasmiten por nuestro cerebro y nuestro cuerpo para conseguir que ambos lleguen a un estado de armonía.

Fuente: National Geographic

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