Mundo, 28 de mar 2025 (ATB Digital).- Especialistas consultados por The Times ofrecen recomendaciones clave para prevenir consecuencias físicas por no reconocer síntomas de daño real al realizar actividad física.
El dolor es una constante en el entrenamiento físico. Sin embargo, la popular frase “sin dolor no hay ganancia” puede llevar a confusión, ya que no todos los dolores son señales de progreso. De hecho, cuando se trata de ejercicio, saber cuándo un dolor es simplemente parte del proceso de adaptación y cuándo se está cruzando una línea peligrosa hacia una lesión es fundamental para evitar daños a largo plazo.
En este contexto, expertos en fisioterapia ofrecieron claves para diferenciar entre molestias comunes y aquellas que requieren atención médica.
Matt Todman, fisioterapeuta colegiado de Six Physio, recomendó en diálogo con The Times realizar una autoevaluación para detectar el tipo de dolor que están experimentando. Los fisioterapeutas utilizan una escala de dolor de uno a diez para evaluar la intensidad de las molestias.
Según Todman, un dolor de entre dos y tres es completamente aceptable durante el ejercicio, pero si el dolor supera el nivel cuatro, puede indicar un problema mayor que requiere atención.
Este criterio es especialmente útil cuando se experimentan síntomas como inflamación, rigidez o pérdida de movilidad después de un ejercicio.
El dolor muscular común y el dolor de lesiones
El dolor muscular de aparición tardía es una consecuencia frecuente de entrenamientos intensos. Este tipo de dolor se manifiesta como una sensación de incomodidad que se intensifica entre 24 y 72 horas después del ejercicio.
Según le comentó a The Times Paul Hobrough, fisioterapeuta deportivo y autor de Running Free of Injuries, este dolor ocurre como resultado de microdesgarros en las fibras musculares, un proceso que contribuye al fortalecimiento de los músculos. Sin embargo, un buen calentamiento y una correcta recuperación son esenciales para minimizar el dolor y evitar lesiones.
Un estudio publicado en la revista Sports Science, Medicine and Rehabilitation refuerza la idea de que un programa supervisado de entrenamiento con pesas de resistencia es eficaz para prevenir y mejorar el dolor lumbar.
En el estudio, los participantes que realizaron ejercicios como sentadillas, press de banca, peso muerto y remo con peso dos veces por semana durante cuatro meses reportaron mejoras en su dolor lumbar, su calidad de sueño y su capacidad de movimiento en la vida diaria.
El dolor en áreas como la espalda o las articulaciones, particularmente cuando no se realizó un esfuerzo físico que las involucre directamente, puede ser indicativo de un mal uso de la técnica.
Todman menciona que si se experimenta dolor en la espalda después de ejercicios que no deberían comprometerla, como el press de banca o el levantamiento de pesas sin la técnica adecuada, es probable que se esté utilizando una postura incorrecta. Este tipo de dolor puede derivar en lesiones crónicas si no se corrige a tiempo.
Los crujidos en las articulaciones, como en las rodillas o tobillos, son comunes durante el ejercicio y generalmente no son motivo de preocupación. Adam Taylor, de la Universidad de Lancaster, le explicó a The Times que estos sonidos son causados por la formación de burbujas de gas en el espacio articular.
Aunque parezcan alarmantes, no suelen indicar daño si no están acompañados de dolor. Sin embargo, si estos ruidos van acompañados de dolor o inflamación, podrían señalar el inicio de la osteoartritis.
La importancia de la rehabilitación en lesiones comunes
El tendón de Aquiles es uno de los más propensos a sufrir molestias debido a su exposición constante durante actividades como correr o caminar rápido. Aunque es un tendón resistente, los entrenamientos intensos o los aumentos repentinos de actividad pueden provocar dolor y rigidez, especialmente por la mañana.
La importancia de la rehabilitación en lesiones comunes
El tendón de Aquiles es uno de los más propensos a sufrir molestias debido a su exposición constante durante actividades como correr o caminar rápido. Aunque es un tendón resistente, los entrenamientos intensos o los aumentos repentinos de actividad pueden provocar dolor y rigidez, especialmente por la mañana.
Fuente: INFOBAE