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Meta retoma el reconocimiento facial en gafas inteligentes: privacidad bajo la lupa

Mundo, 10 de may 2025 (ATB Digital).- Meta está dando un paso significativo (y controvertido) en el desarrollo de sus gafas inteligentes con inteligencia artificial, al reintroducir tecnología de reconocimiento facial. La decisión, filtrada por el medio The Information, ha encendido el debate sobre los límites de la tecnología y la privacidad en espacios compartidos.

De Google Glass a las Ray-Ban inteligentes: el ciclo se repite

Hace una década, Google Glass intentó popularizar las gafas inteligentes, pero terminó siendo sinónimo de invasión a la privacidad. La expresión “Glasshole” se hizo popular para describir a quienes usaban el dispositivo en espacios públicos, y el rechazo social fue uno de los factores que llevó al fracaso del producto.

Ahora, Meta (antes Facebook) parece estar repitiendo la historia, pero con tecnología mucho más avanzada. Tras evitar inicialmente el uso de reconocimiento facial en sus primeras gafas, ahora está desarrollando una función interna llamada «super sensing», que podría escanear los rostros de personas cercanas y reconocerlas por su nombre.

Super sensing: una memoria artificial en tus lentes

La idea de super sensing recuerda a una especie de «memoria aumentada». Como si nuestras gafas pudieran reconocer a quienes nos rodean y sus nombres, permitiéndonos evitar esos incómodos “lo siento, ¿cuál era tu nombre?” en reuniones o eventos. Esta función se apoyaría en el sistema de IA de las gafas, que actualmente sólo puede estar activo unos 30 minutos por limitaciones de batería, pero que en futuros modelos podría funcionar durante horas.

También se baraja integrar esta tecnología en auriculares inteligentes con cámara, ampliando la capacidad de detección y análisis del entorno más allá de la vista.

Consentimiento sí, pero ¿para todos?

Un detalle importante es que Meta planea que el usuario del dispositivo tenga que activar manualmente la función de reconocimiento facial. Pero aquí surge un dilema ético central: ¿qué pasa con las personas que están siendo escaneadas? Ellas no tendrían la posibilidad de dar su consentimiento ni de saber que están siendo analizadas.

En el modelo actual de gafas Ray-Ban Meta, una luz LED se enciende cuando se graba vídeo, algo que intenta abordar parte de estas preocupaciones. Sin embargo, Meta está considerando eliminar esa luz indicadora en futuras versiones al usar el modo «super sensing». Esto significaría que podrías estar en una cafetería y tu rostro sería reconocido sin que te dieras cuenta.

Cambios en las políticas de privacidad

Como complemento a este desarrollo, Meta ha actualizado sus políticas de privacidad. Desde abril, el comando de voz «Hey Meta» está activado por defecto, y desactivarlo es la única forma de evitar que la IA esté siempre escuchando. Además, los usuarios ya no pueden impedir que Meta almacene y entrene su IA con sus grabaciones de voz, lo que incrementa las preocupaciones sobre el uso masivo de datos personales.

Un cambio de vientos políticos favorece a las grandes tecnológicas

Este giro en las decisiones de Meta no ocurre en el vacío. Se produce en un contexto donde la regulación de la privacidad en EE. UU. ha comenzado a relajarse. Tras la reelección de Donald Trump, la Comisión Federal de Comercio (FTC) ha adoptado un enfoque más flexible respecto al control de datos. Expresiones como “publicidad de vigilancia” han dejado de usarse, y la vigilancia algorítmica ya no es una prioridad de restricción para el gobierno.

¿Conveniencia o vigilancia invisible?

Desde un punto de vista tecnológico, tener un asistente que te diga quién es cada persona en una sala puede sonar como una escena de ciencia ficción hecha realidad. Pero cuando se analiza desde la perspectiva de terceros (los escaneados), se parece más a una herramienta de vigilancia invisible que podría normalizar la recopilación pasiva de datos personales sin consentimiento.

La pregunta clave no es sólo si la tecnología puede hacerlo, sino si debería hacerlo. Es como si alguien caminara con una libreta apuntando nombres, rostros y lugares sin que nadie lo supiera, pero ahora esa libreta está conectada a la nube y aprende con cada interacción.

Las gafas inteligentes con reconocimiento facial representan una nueva frontera en la relación entre la inteligencia artificial, la tecnología wearable y la privacidad individual. Aunque Meta plantea estas funciones como herramientas de utilidad y comodidad, los riesgos para la privacidad son profundos.

Tal como ocurrió con Google Glass, el éxito o fracaso de estas funciones dependerá tanto de su utilidad como de la aceptación social. Y por ahora, parece que volveremos a debatir si quien las usa es simplemente práctico… o un nuevo «Metahole».

Fuente: wwwhatsnew.com

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