Mundo, 30 de may 2025 (ATB Digital) .- Durante siglos, los gatos han sido figuras envueltas en misterio, criaturas que recorren los límites entre la independencia y la devoción silenciosa. Se deslizan por nuestras casas con sigilo, observándonos desde rincones sombríos, y a menudo nos hacen preguntarnos: ¿realmente nos conocen? ¿Nos reconocen como individuos o simplemente como proveedores de alimento?
La ciencia, por fin, ha comenzado a despejar el velo de estas incógnitas felinas con hallazgos reveladores.
Un nuevo estudio publicado en la revista PLOS ONE ha demostrado que los gatos no solo reconocen a sus dueños por la vista, sino que también son capaces de emparejar rostros con voces conocidas. Es decir, cuando un gato escucha tu voz, su cerebro comienza a construir una imagen mental de ti, asociándola a lo que ya conoce visualmente.
El experimento reveló que los gatos domésticos pueden identificar a su humano cuando se les presenta una fotografía acompañada de su voz. Este reconocimiento audiovisual, una forma de memoria multisensorial, había sido documentado anteriormente en perros, pero no en felinos. La conclusión es clara: nuestros gatos son mucho más atentos y conscientes de nuestra identidad de lo que creíamos.
El estudio ofrece pruebas empíricas sólidas. Los investigadores trabajaron con 36 gatos y midieron su reacción frente a videos donde veían diferentes rostros mientras oían voces grabadas.
Los resultados revelaron una tendencia significativa a observar por más tiempo la imagen del dueño cuando oían su voz. Esta conducta sugiere la existencia de una representación cognitiva integrada —una especie de archivo mental felino que asocia sonido e imagen humana.
Reconocen tu Olor corporal
Pero la vista y el oído no son los únicos sentidos que emplea un gato para reconocernos. Llos gatos también pueden identificar a sus dueños por su olor corporal. En el experimento, se colocaron prendas usadas por los humanos al alcance de los felinos, que reaccionaron de forma diferente a aquellas impregnadas por el aroma de sus dueños frente a las de extraños.
Esto confirma que el olfato, un sentido crucial en la vida diaria de un gato, también forma parte del engranaje de reconocimiento.
Así, el olfato es un canal fundamental en la percepción del entorno por parte de los gatos, y no solo reconocen a sus dueños por su olor, sino que reaccionan emocionalmente ante él. Esto añade una dimensión afectiva a lo que antes se pensaba como una relación utilitaria: no se trata solo de comida o rutina, sino de vínculo sensorial y posiblemente emocional.
El misterio de su aparente desapego
Estas revelaciones no solo enriquecen nuestra comprensión del comportamiento felino, sino que también modifican el modo en que interpretamos su aparente desapego. Los gatos, aunque no demuestren su afecto con la exuberancia de un perro, establecen lazos complejos y sutiles con quienes forman parte de su entorno cotidiano. Escuchan, observan, huelen… y reconocen.
En este sentido, cabe preguntarse: ¿hasta qué punto son conscientes de nuestra presencia como individuos? Aunque los estudios aún no concluyen si esta identificación implica una comprensión emocional parecida a la nuestra, sí sugieren que los gatos procesan información sobre nosotros de manera rica y diferenciada. Esta habilidad implica memoria, asociación y posiblemente un tipo de apego que, aunque distinto al canino, no es menos profundo.
A la luz de estos estudios, quizás sea momento de reconsiderar algunas suposiciones sobre nuestros compañeros felinos. No son indiferentes, ni distantes por defecto; simplemente se comunican y vinculan a su manera. Nos observan con ojos que no solo ven, sino que recuerdan; nos escuchan con oídos que discriminan timbres y tonos; y nos huelen con una precisión asombrosa, que convierte nuestra presencia en una huella indeleble en su mundo sensorial.
Fuente: National Geographic