La Paz, 12 junio 2025 (ATB Digital).— Felipe Edvaldo Meneses Iglesias, miembro del Primer Comando de la Capital (PCC), volvió a burlar la seguridad penitenciaria al fugarse por tercera vez de una cárcel en Bolivia. El martes 10 de junio escapó del penal de máxima seguridad de Chonchocoro, en La Paz, junto a un recluso de nacionalidad chilena. Ambos desaparecieron sin dejar rastro, en una huida que vuelve a dejar en evidencia las grietas del sistema carcelario boliviano.
El interno brasileño, que durante un tiempo utilizó la identidad de Xavier Da Rocha en Bolivia, estaba recluido en una celda de aislamiento en el sector “J” del penal de Chonchocoro. Solo se le permitía salir por breves lapsos para tomar el sol o recibir alimentos, siempre bajo la custodia directa de un agente policial conocido como “celador”. Según informó el director de Régimen Penitenciario, Juan Carlos Limpias, las condiciones de encierro hacían prácticamente imposible una fuga sin colaboración interna, por lo que la evasión apunta a una “falla humana”. Como resultado, tres policías fueron aprehendidos bajo sospecha de haber facilitado la huida.
La alerta sobre la fuga comenzó alrededor de las 15:00. Según el reporte policial, el oficial de control y supervisión del penal recibió el parte habitual del encargado del sector “J”, quien aseguró que no había novedades. Al consultarle específicamente por Felipe Edvaldo, respondió que el interno estaba en su celda. Sin embargo, al acercarse a verificar, constató que esta estaba vacía. El custodio intentó justificar la ausencia diciendo que Meneses había salido a comer a población acompañado por un oficial. Este último fue convocado de inmediato, pero negó haber recibido esa orden, y aclaró que solo cumplía funciones de apoyo en los bloques B y J. La confusión activó las alarmas y se informó a los superiores. Luego se confirmó la fuga no solo de Meneses Iglesias, sino también de Víctor Lincoyan Ramírez V., un ciudadano chileno recluido por robo agravado.
Tras confirmarse la evasión, se activaron los protocolos establecidos para este tipo de sucesos. Horas después, el oficial a cargo de la custodia del recluso, catalogado como “altamente peligroso”, reportó el hallazgo de un celular azul, clizado y sin contraseña, dentro de la celda que ocupaba Meneses. El dispositivo fue secuestrado como parte de la investigación. Pese al rastrillaje intensivo en todo el penal, no se logró ubicar a ninguno de los dos internos fugados, lo que obligó a activar el denominado Plan Z, un operativo especial orientado a su recaptura.
Limpias dijo que la fuga se debió a un acto de favorecimiento o a una grave negligencia. Como resultado preliminar, tres efectivos policiales fueron aprehendidos, mientras las investigaciones continúan. El caso fue remitido a la Dirección Departamental de Investigación Interna de la Policía (Didipi), que en una primera evaluación identificó responsabilidades en el personal. Agregó que ya se cuenta con “información avanzada y procesada por efectivos de Inteligencia” y que se confía en lograr la recaptura de los prófugos en las próximas horas, aunque hasta el cierre de esta edición aún no se había concretado su paradero.
Felipe Edvaldo tiene una sentencia de 30 años por asesinato, pero ahora se encuentra prófugo. En enero de 2023, protagonizó otra fuga durante un traslado desde el penal de Chonchocoro al Hospital de Clínicas de La Paz, donde tenía una cita médica. En las inmediaciones del centro de salud, dos policías que lo custodiaban fueron emboscados y atacados a tiros: el sargento Domingo Chávez murió y su compañero resultó herido.
El brasileño fue recapturado horas después. En diciembre de 2024, un tribunal dictó la pena máxima en su contra. Cada vez que está preso, Felipe Edvaldo planifica su próxima fuga. En junio de 2022 escapó del PC-7 del penal de Palmasola, en Santa Cruz, donde estaba detenido por el asesinato de un agricultor. Esa vez huyó junto a su compatriota Emerson Michael Da Silva Benjamín, quien luego fue trasladado al penal de El Abra en Cochabamba y asesinado en 2024.
Fuente: Opinión