Mundo, 1 de julio 2025 (ATB Digital) .- La Agencia Espacial Europea (ESA) está afinando los últimos detalles de PLATO (Planetary Transits and Oscillations of Stars), una ambiciosa misión diseñada para responder preguntas fundamentales: ¿Estamos solos en el universo? ¿Existen otros planetas como la Tierra? ¿Y si el cosmos escondiera centenares de gemelos planetarios aguardando ser descubiertos?
El lanzamiento está programado para finales de 2026, pero los engranajes científicos y técnicos ya giran a toda velocidad. A mediados de junio de 2025, se completó un paso crucial: la integración del banco óptico de PLATO —equipado con 26 cámaras— en el módulo de servicio de la nave, dentro de las instalaciones de OHB en Alemania.
Sólo resta acoplar los paneles solares. Con una mirada puesta en 250.000 estrellas, PLATO no se apoyará en un único ojo sofisticado, sino en una constelación de cámaras que, juntas, prometen revolucionar nuestra comprensión de los sistemas planetarios.
Arquitectura de PLATO
A diferencia de otros telescopios espaciales, como el Hubble o incluso el James Webb, PLATO apuesta por una arquitectura radicalmente distinta. No es una lente única la que examinará el firmamento, sino una serie de ojos perfectamente sincronizados.
Cada una de las 26 cámaras, ensambladas y probadas en varios países del consorcio, trabaja como parte de un coro óptico. La precisión obtenida durante las pruebas —al nivel de milímetros— sugiere que el telescopio está listo para cumplir con los exigentes requisitos científicos impuestos por la ESA.
La ubicación del telescopio también es clave. PLATO será enviado al segundo punto de Lagrange (L2), a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, un lugar de equilibrio gravitacional que permite operaciones estables y sin interferencias. Allí, al igual que el telescopio James Webb, podrá observar el universo profundo sin interrupciones, mientras mantiene comunicación constante con nuestro planeta. Un paso más hacia una comprensión más amplia del cosmos.
Lanzamiento
En las próximas semanas, PLATO será trasladado a los laboratorios de la ESA en Noordwijk (Países Bajos), donde se instalarán los paneles solares y los escudos térmicos. Luego será sometido a pruebas de simulación espacial antes de ser enviado al puerto espacial de Kourou, en la Guayana Francesa. El lanzamiento está previsto para diciembre de 2026, a bordo de un Ariane 6 con dos propulsores sólidos.
El alma científica de PLATO reside en su método de observación: el tránsito planetario. Esta técnica detecta las pequeñas y periódicas caídas en el brillo de una estrella, provocadas por el paso de un planeta por delante de ella. Así se descubren los llamados “candidatos” a exoplanetas, que luego son analizados en profundidad desde la Tierra mediante telescopios terrestres. No se obtendrán imágenes ópticas de estos mundos —demasiado lejanos para ser fotografiados—, pero se extraerá información valiosa a través de las curvas de luz.
Un componente esencial del sistema es el conjunto de cámaras “rápidas”, que envían lecturas cada 2,5 segundos. Son utilizadas para mantener la alineación y posición del telescopio con precisión milimétrica. Además, están equipadas con filtros azules o rojos que permiten detectar posibles atmósferas en exoplanetas al comparar los tránsitos en distintas longitudes de onda. Esta capacidad podría revelar indicios de composición atmosférica —una pista crucial en la búsqueda de mundos habitables.
La arquitectura única de PLATO, junto con su enfoque colaborativo internacional, lo posiciona como el heredero directo de misiones emblemáticas como Kepler y CoRoT, pero con mayor resolución, mayor cobertura y mayor ambición. Se espera que durante su misión detecte miles de mundos rocosos, helados o gaseosos, orbitando estrellas de todo tipo. Su legado no será simplemente una lista de exoplanetas, sino una nueva perspectiva sobre la formación y evolución de los sistemas planetarios.
FUENTE: NATIONAL GEOGRAPHIC ESPAÑA