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La última ola de calor impulsada por el cambio climático causó más de 2.000 muertes en Europa

Mundo, 10 julio 2025 (ATB Digital).— La quema de combustibles fósiles por parte de la humanidad provocó directamente la muerte de más de 2.000 personas en la ola de calor que afectó a Europa la semana pasada. Así lo determinó un nuevo estudio realizado por investigadores del Reino Unido.

Mientras las temperaturas se disparaban en los Estados Unidos, Europa también sufrió su propio fenómeno extremo a finales de junio y principios de julio.

Inglaterra y España registraron el mes de junio más caluroso de su historia. Los colegios cerraron en Francia y los incendios forestales impactaron en Cerdeña, Italia.

Alrededor de 2.300 personas murieron en 12 ciudades europeas, entre ellas Londres, París, Barcelona y Roma, según el primer estudio rápido que calcula el número de muertes relacionadas con el cambio climático en una ola de calor.

Fue dirigido por científicos del Imperial College de Londres y la Escuela de Higiene y Medicina Tropical.

Los científicos señalan que dos tercios de las muertes del evento extremo se vinculan directamente al calentamiento global provocado por la acción humana.

Las cifras muestran que el calor extremo representa un riesgo real y silencioso para toda la población.

El calor subió tan rápido que muchas personas no tuvieron tiempo de prepararse. Los expertos alertan que el cambio climático produce olas de calor más frecuentes y mortales cada año.

“Las olas de calor no dejan un rastro de destrucción como los incendios forestales o las tormentas”, afirmó Gary Konstantinoudis, bioestadístico y coautor del estudio, en un mensaje de video que acompaña a la investigación.

“Por eso las olas de calor se conocen como asesinos silenciosos: La mayoría de las muertes por olas de calor ocurren en hogares y hospitales, fuera de la vista del público, y rara vez se informa de ellas.”

Impacto del cambio climático en la salud

El cambio climático aumenta el calor en todas partes. Cuando suben las temperaturas de forma inesperada, los cuerpos no pueden adaptarse bien. Los hospitales ven más pacientes con síntomas de agotamiento y golpes de calor.

Milán fue la ciudad más afectada. Se reportaron allí 317 muertes ligadas al calor intenso y a la crisis climática. Otras ciudades grandes como París y Barcelona sufrieron también pérdidas importantes.

En Londres, 273 personas murieron por causas relacionadas con el calor. Los investigadores atribuyen 171 de esas muertes al cambio climático provocado por la acción humana.

La mayoría de las personas afectadas tiene más de 65 años. El estudio dice que el 88% de los fallecimientos ligados al clima ocurrieron en adultos mayores. El calor extremo afecta sobre todo a los más frágiles.

Muchos mueren en sus casas o en hospitales sin que la noticia aparezca en televisión. Son casos que no quedan registrados como emergencias visibles, aunque su impacto sea muy grave.

Olas de calor que pasan desapercibidas

La ola de calor no solo dejó termómetros al límite. Transformó las ciudades, cambió la rutina de millones y saturó hospitales. En la superficie, parece un verano cálido, pero debajo hay una crisis de salud pública.

Los científicos explican que una diferencia de solo dos o tres grados puede ser letal. Un leve aumento de la temperatura basta para causar miles de muertes.

Los datos muestran que estas olas de calor matan a más personas en poco tiempo que otros desastres naturales recientes. Por ejemplo, superan el número de víctimas de las graves inundaciones en Europa en los últimos años.

A diferencia de los incendios o tormentas, el calor no destruye casas ni deja huellas visibles. Por eso, muchos no toman dimensión del peligro, pero los números confirman que el calor mata silenciosamente.

Las ciudades estudiadas incluyen diferentes ambientes y formas de vida. El “efecto isla de calor” hace que muchas personas no puedan escapar de las altas temperaturas, sobre todo en zonas urbanas densas.

Temperaturas récord y futuro incierto

El servicio Copernicus, el programa de observación de la Tierra de la Unión Europea que monitorea el clima, la atmósfera y el ambiente, informó que el pasado mes de junio se ubicó entre los tres más calurosos desde que existen registros.

En el mar Mediterráneo las temperaturas de la superficie del agua superaron los 27 grados, un récord histórico.

El calor extremo modifica rutinas, afecta la agricultura y la pesca, y pone en riesgo las fuentes de agua. Las olas de calor más largas afectan la salud física y mental de muchas personas.

Los investigadores afirman que unas 44.000 personas mueren por causas relacionadas con el calor en Europa cada año. Sin embargo, la ola de calor de este año causó más de 2.000 muertes en pocos días y en solo 12 ciudades.

El cambio climático modifica el clima en todos los países, no solo en el sur. Las olas de calor ahora afectan también a ciudades del norte y del centro de Europa, donde no siempre las casas están preparadas para temperaturas tan altas.

La mayoría de las víctimas permanecen fuera del ojo público porque mueren en soledad, sin grandes catástrofes visibles. Esto hace que el problema se subestime y que las soluciones no lleguen a tiempo.

El calor extremo en Europa ya no es un asunto raro ni esporádico. Es una señal clara de cómo las acciones humanas crean riesgos serios para la salud y la vida en todo el continente.

Fuente: Infobae

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