Mundo, 23 de jul 2025 (ATB Digital) .- El 1 de julio, los científicos que operaban una instalación de defensa planetaria vieron algo brillando a la sombra de Júpiter, a unos 680 millones de kilómetros de la Tierra, que posteriormente determinaron que era un objeto interestelar.
Desde luego, no era un asteroide cercano a la Tierra, ni tampoco un cometa normal. En cuestión de horas, quedó claro que este viajero ni siquiera procedía de nuestro Sistema Solar: su órbita era demasiado pronunciada y su velocidad demasiado grande. Los astrónomos concluyeron rápidamente que se trataba de un objeto interestelar, un visitante procedente de otra estrella.
Estas entidades son, por el momento, extremadamente raras. Este objeto interestelar es solo el tercero que se ha confirmado. Por casualidad, los científicos lo detectaron cuando se adentraba en el Sistema Solar, lo que significa que podrán estudiarlo durante varios meses y descubrir sus numerosos secretos.
“Astrónomos de todo el mundo apuntarán sus telescopios, grandes y pequeños, hacia este objeto… proporcionándonos pistas sobre su sistema planetario de origen”, asegura Sarah Greenstreet, astrónoma de la Universidad de Washington.
Aquí está todo lo que sabemos hasta ahora sobre el último visitante interestelar de nuestro Sistema Solar, y cómo los científicos planean resolver sus misterios en las próximas semanas y meses.
Cuántos objetos interestelares se han detectado hasta ahora
Al igual que los asteroides y los cometas, se cree que los objetos interestelares son restos de la época en que se formaron los planetas o ruinas de mundos y lunas destruidos. Pero en lugar de originarse alrededor de nuestro Sol, provienen de otro sistema planetario completamente diferente. Por ello, encontrarlos es de suma importancia para los astrónomos.
“Cuanto más podamos aprender sobre otros sistemas planetarios a partir de estos visitantes interestelares, mejor podremos comprender cuán similar o diferente es nuestro propio Sistema Solar a la gran cantidad de otros sistemas planetarios que se extienden a lo largo de la Vía Láctea”, afirma Greenstreet.
Hasta ahora solo se han descubierto dos. El primero, “Oumuamua”, fue avistado en 2017 y resultaba bastante extraño: un objeto con forma de panqueque o cigarro que se comportaba como un cometa, pero que no mostraba signos claros de actividad cometaria. Como se detectó cuando ya estaba abandonando el Sistema Solar, los astrónomos no tuvieron mucho tiempo para estudiarlo. Las teorías sobre su origen van desde las probables (un fragmento de un planeta muerto o un cometa particularmente extraño) hasta las considerablemente menos plausibles (una nave espacial extraterrestre).
Luego, en 2019, los astrónomos avistaron un segundo objeto llamado 2I/Borisov, que se parecía y actuaba mucho más como un cometa. Los astrónomos lograron observarlo mientras se adentraba en el Sistema Solar y pudieron examinarlo más de cerca.
Una muestra de dos objetos hace difícil saber cómo son los objetos interestelares en general. Los astrónomos esperan que ese número aumente con el nuevo estudio exhaustivo del cielo nocturno que realizará el Observatorio Vera C. Rubin durante 10 años y que se pondrá en marcha a finales de este año. Pero, por ahora, este tercer objeto interestelar es una agradable sorpresa.
Fuente: National Geographic