Mundo, 13 de sept 2025 (ATB Digital).- Conservar la biodiversidad no solo es esencial para mitigar los efectos del cambio climático, también tiene un impacto directo en la salud humana. Así lo revelan los resultados de un estudio dirigido por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), basado en datos de 1.733 municipios que representan más del 74 % del Amazonas.
La investigación, publicada en Communications Earth & Environment, muestra que los bosques en territorios indígenas reducen la propagación de 27 enfermedades, que van desde afecciones respiratorias hasta dolencias transmitidas por insectos y animales.
Los científicos analizaron 20 años de información sobre 27 problemas de salud: 21 vinculados con incendios forestales y seis relacionados con enfermedades zoonóticas o transmitidas por vectores, en países como Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Surinam, Venezuela y la Guayana Francesa.
Se estima que en la Amazonía viven 2,7 millones de indígenas, en su mayoría dentro de territorios que abarcan alrededor de 2,4 millones de los casi 7 millones de kilómetros cuadrados de la región.
Los bosques como aliados de la salud
El estudio señala que el estado de los bosques es un factor clave para determinar las tasas de enfermedad. En regiones con más del 45 % de cobertura forestal que incluyen territorios indígenas, se registró una disminución significativa tanto en enfermedades asociadas al fuego (como la neumonía) como en las zoonóticas (como la malaria).
Los territorios indígenas, destacan los investigadores, ayudan a proteger la salud humana dentro y fuera de sus límites, siempre que se mantenga una alta cobertura forestal. Esto se explica por la capacidad de los árboles de absorber contaminación, la reducción del contacto directo entre humanos y fauna silvestre, y la riqueza en biodiversidad. El efecto es aún más fuerte cuando estas áreas están protegidas legalmente.
“El estudio ofrece nuevas pruebas de que los bosques son un bálsamo para las amenazas relacionadas con el fuego que afectan a pulmones y corazón, así como para enfermedades como el chagas, la malaria y las fiebres maculosas”, afirmó Paula Prist, investigadora de la UICN.
Prist subrayó además que “garantizar que las comunidades indígenas tengan derechos sólidos sobre sus tierras es la mejor manera de mantener intactos los bosques y sus beneficios para la salud”.
El informe también evidencia que la deforestación está directamente relacionada con el aumento de enfermedades tropicales desatendidas, para las que aún no existen tratamientos accesibles o efectivos.
La amenaza de los incendios forestales
A la pérdida de biodiversidad se suma otra gran amenaza para la Amazonía: los incendios forestales, en muchos casos provocados de forma intencionada. El cambio climático intensifica este riesgo, pues las altas temperaturas y la reducción de lluvias aumentan tanto la frecuencia como la extensión de los incendios.
La exposición al humo incrementa los casos de problemas respiratorios, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, enfisema, cáncer de pulmón, bronquitis, asma y otros padecimientos crónicos. En la Amazonía, advierte el estudio, existe una relación directa entre los incendios forestales y el aumento de hospitalizaciones por estas dolencias.
Fuente: DW