La Paz, 14 de sep 2025 (ATB Digital).-Incorporar más movimiento en la rutina diaria no requiere sesiones extenuantes en el gimnasio ni equipos sofisticados. Existen estrategias sencillas, respaldadas por investigaciones de Harvard, que permiten contrarrestar el sedentarismo y mejorar la calidad de vida sin necesidad de realizar ejercicio formal.
Estas recomendaciones de fácil aplicación pueden marcar una diferencia en la salud y la longevidad de cualquier persona, sin importar su estilo de vida o nivel previo de actividad física.
Los riesgos del sedentarismo y la importancia de interrumpir la inactividad
El sedentarismo se ha consolidado como un problema de salud pública, asociado a riesgos como la mortalidad prematura y el deterioro de la salud cardiovascular, metabólica y musculoesquelética. Permanecer sentado durante largos periodos afecta negativamente al organismo, y los efectos nocivos no se revierten con una sola sesión de entrenamiento intenso.
Estudios deHarvard confirman que prolongar la inactividad durante el día aumenta el riesgo de enfermedades crónicas. Esta realidad refuerza la necesidad de adoptar métodos prácticos para interrumpir el sedentarismo con movimiento constante a lo largo de la jornada.
La evidencia científica insiste en la importancia de realizar pequeños movimientos durante el día, ya que cada acción contribuye de manera significativa a reducir los riesgos asociados a la falta de actividad.
Seis hábitos recomendados por Harvard para contrarrestar el sedentarismo
1. Movimiento en pequeñas dosis, varias veces al día
Adoptar el movimiento como una suma de porciones breves y recurrentes resulta efectivo. Las investigaciones de Harvardmuestran que incluso sesiones de uno o dos minutos de actividad física pueden mejorar la salud y la concentración.
Realizar pausas cortas, de dos a diez minutos, como una caminata después de comer o un circuito rápido en casa, genera beneficios acumulativos y sostenidos. El objetivo es aprovechar cualquier instante para moverse, sin la presión de cumplir rutinas largas o extenuantes.
2. Estiramientos y movimientos sencillos durante la jornada
Incorporar estiramientos al permanecer sentado mantiene el cuerpo activo. Ejercicios simples—como rolls de hombros, estiramientos de cuello, muñecas y manos, o elevaciones de talón—pueden realizarse tanto en el escritorio como en el hogar.
Según Harvard, estos movimientos aceleran el metabolismo y mejoran los niveles de azúcar en sangre, lo que resulta ideal para quienes pasan muchas horas frente a una pantalla.
3. Buscar oportunidades cotidianas para moverse
Aprovechar situaciones como aparcar el coche más lejos, subir la compra o la ropa en varios viajes, o variar el ritmo y la dirección al caminar, ayuda a mantener el cuerpo en movimiento. Cambiar de postura a lo largo del día y caminar mientras se realizan llamadas o tareas diarias son formas simples de sumar pasos sin alterar la agenda.
4. Integrar el movimiento en múltiples actividades (“multitarea activa”)
El movimiento puede incorporarse en diferentes momentos de la vida cotidiana. Caminar mientras se escucha un audiolibro o pódcast, estirarse frente a la televisión o realizar sentadillas durante pausas laborales son alternativas fáciles de aplicar.
El uso de escritorios de pie o pelotas suizas también contribuye a variar la carga muscular y a evitar posturas prolongadas.
5. Utilizar la hidratación como excusa para moverse
Incrementar la ingesta de agua favorece la hidratación y se convierte en un motivo para moverse más.
Cada trayecto para llenar la botella o ir al baño representa una pausa natural que interrumpe la inactividad y suma movimiento al día.
6. Practicar ejercicio funcional sin equipamiento
Aprovechar el propio peso corporal para realizar ejercicios como flexiones contra la pared, fondos de tríceps en la silla, sentadillas, zancadas o movimientos de pie es eficaz y accesible.
Harvard destaca que tanto la movilidad como los estiramientos pueden realizarse sin material extra, utilizando el entorno inmediato: la pared, el suelo, la silla o el marco de una puerta.
Pequeños cambios, grandes beneficios
La evidencia recopilada por Harvard y otros centros de investigación consultados por Real Simple señalan que los beneficios de moverse de modo regular y variado están al alcance de cualquier persona dispuesta a modificar pequeños hábitos en su rutina, sin necesidad de realizar ejercicio formal.
Sumar movimiento a la vida diaria no exige sacrificios extremos ni rutinas complejas. Lo esencial es identificar oportunidades para mantenerse activo y ajustar la intensidad y la frecuencia a los propios objetivos de salud y bienestar.
Fuente: Infobae