La Paz, 23 de oct 2025 (ATB Digital) .- Uno de los más relevantes acontecimientos culturales del año del Bicentenario de la independencia de Bolivia es la exposición Gil Imaná las 44 manos del artista, un legado de amor, abierta hoy en La Paz.
“Esta muestra es una demostración de la infinita y gran humanidad de este artista, no solo con nuestro país, porque Gil Imaná fue capaz de mirar a los más desprotegidos y poner en valor, además, a la mujer, de retratar a nuestra comunidad en paisajes inmensos con una sensibilidad única”, afirmó en entrevista concedida a Prensa Latina la curadora, Daniela Mérida.
Propietaria de Daniela Mérida Gallery, la promotora cultural dijo a esta agencia de noticias que esta muestra es un legado que se suma a las casi siete mil obras donadas por este creador al Estado a través de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia a la par de un inmueble en el barrio de Sopocachi, donde hoy radica el Museo de Gil Imaná e Inés Córdoba.
Describió que el contenido de esta muestra representativa de lo americano y lo universal él lo donó a una familia que lo acompañó durante más de 30 años.
Comentó que era una adolescente pobre de pollera que llegó cuando ya él vivía con la también artista Inés Córdoba, y, como muchos niños, buscaba trabajar en alguna casa.

“La acogieron él e Inés, luego ella se casó, y llevó a esa casa a su esposo, también huérfano de padre y madre, y junto a sus hijas fueron sus compañeros de toda la vida”, evocó.
Describió Mérida que Gil Imaná falleció ciego, muy enfermo de diabetes, y fue esta familia la que estuvo siempre al lado de él.
“Durante un año, no les podía pagar prácticamente, y entonces parte de esa retribución son muchas de las obras que hoy se exhiben aquí”, informó durante la apertura a la que asistieron embajadores acreditados en Bolivia, consejeros culturales y decenas de invitados.
Subrayó la curadora que el artista tenía un amor muy grande a las niñas de esa familia, las acompañó en su nacimiento, en el primer día de clases, en comidas familiares y paseos, porque eran como parte de su familia junto a Inés, y quería asegurarse de que las chicas pudieran estudiar y salir adelante.
«Esto que estamos haciendo, con obras que todas están a la venta, irá destinado a que las chicas puedan ir adelante”, subrayó.
Mérida expresó alegría por volver a tener después de 10 años la obra de “este emblema nacional del arte” en su galería en el año del Bicentenario.
Al referirse al artista, comentó que fue capaz de ver a la mujer y darle un valor, por encima de los prejuicios predominantes en hombres de su época (nació en 1933 y murió en 2021). “Gil Imaná hablaba de la mujer montaña, de la mujer tierra -describió la especialista-, decía que era la mujer Pachamama, la que daba, otorgaba, cobijaba, y aquí se pueden ver varias de esas obras”. Indicó que en otras aparecen las féminas con niños, como reflejo de que son ellas las que transmiten sabiduría, amor, cobijo.
La curadora expresó que en la obra de Gil Imaná también está la mujer en la revolución, pues tiene una serie consagrado a este tema porque el estaba en pro de su evolución en las comunidades indígenas.
Mérida resaltó que en la exposición también está la fase erótica, donde el artista ve a la mujer como fuente de amor, con plena libertad hasta la autoestimulación, la pasión y el placer, y la saca de preceptos cerrados y estructurados.
“Como curadora, en esta exposición me atrevo a mostrar esa serie erótica, desde las más amorosas, y luego esas otras que son totalmente carnales”, explicó Mérida.
“Hablamos de un hombre que nació en 1933 y pudo mirar al ser humano en su complejidad, porque para él la mujer representa una humanidad también”, concluyó la especialista con visible admiración.
La muestra permanecerá abierta en el barrio de Calacoto, al Sur de La Paz, hasta el próximo 15 de noviembre.
Fuente: Opinión
