Sucre, 25 de mayo 2025 (ATB Digital).- n el marco de las actividades previas al Bicentenario del país, la Armada Boliviana presentó y entregó de manera oficial la Moneda Conmemorativa por los “200 Años de Conciencia Marítima”, en un acto en la histórica plaza 25 de Mayo de Sucre.
En el acto participó el presidente Luis Arce, el vicepresidente David Choquehuanca y el comandante general interino de la Armada Boliviana Contralmirante, Óscar Jaime Vaca. Además de otras autoridades nacionales, el alto mando militar y representantes del pueblo chuquisaqueño.
“El mar vive en la memoria de cada boliviano. Esta moneda no solo representa 200 años de historia marítima, fluvial y lacustre, sino también un llamado a la conciencia nacional y al compromiso con un futuro de unidad, dignidad y soberanía”, expresó el Contralmirante Vaca Molina.
La moneda fue entregada como un símbolo institucional que rememora la historia marítima del país y la misión permanente de la Armada: custodiar los recursos hídricos de Bolivia y mantener viva la memoria del litoral perdido.
El diseño de la moneda sintetiza elementos históricos y culturales. En el anverso figura el emblema de la Armada Boliviana, acompañado de nueve estrellas que representan a los departamentos del país y una décima estrella que simboliza el litoral cautivo. El sol tiwanacota, el ancla, la kantuta, el patujú y la tricolor nacional completan la imagen con mensajes de identidad y unidad.
En el reverso, se incluye el primer mapa de Bolivia de 1825, junto con las figuras de Simón Bolívar, Antonio José de Sucre, Eduardo Abaroa y un oficial de la Armada Boliviana, como homenaje a los pilares históricos y al compromiso permanente con la defensa del territorio.
La Armada Boliviana reafirmó su compromiso institucional con la Patria y su determinación de mantener vigente la reivindicación marítima como parte fundamental de la identidad nacional.
La entrega de esta pieza conmemorativa “marca un momento de alto simbolismo” rumbo a la celebración de los 200 años de la independencia de Bolivia.
Fuente: La Razón