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El plan que supera a la reconocida dieta mediterránea en la protección del cerebro

Mundo, 4 junio 2025 (ATB Digital).— Un nuevo estudio con casi 93.000 participantes reveló que la dieta MIND supera a la reconocida dieta mediterránea en la protección del cerebro contra el Alzheimer y otras formas de demencia. La investigación, presentada en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Nutrición y difundida por NBC, demostró que quienes siguen este patrón alimentario específicamente diseñado para la salud cerebral reducen hasta un 9% su riesgo de desarrollar demencia, con beneficios aún mayores para ciertos grupos poblacionales.

Los hallazgos, liderados por Song-Yi Park de la Universidad de Hawaii en Mānoa, ofrecen esperanza para adultos de mediana edad y mayores, nunca es demasiado tarde para adoptar una alimentación que proteja el cerebro.

“Muestra que mantener una dieta saludable, así como mejorar la calidad de la alimentación de una persona con el tiempo, es muy importante para los adultos mayores que desean prevenir la demencia“, explicó Park.

Metodología y alcance del estudio

La investigación se basó en datos del Cohorte Multiétnico, un proyecto conjunto iniciado en los años 90 entre el Centro de Cáncer de la Universidad de Hawaii y el Centro Integral de Cáncer Norris de USC. Este ambicioso estudio siguió a 215.000 participantes de entre 45 y 75 años, pertenecientes a cinco grupos étnicos y raciales: estadounidenses de origen japonés, hawaianos nativos, afroamericanos, latinos y blancos.

Para el análisis específico sobre demencia, los investigadores examinaron información dietética de casi 93.000 adultos estadounidenses. Durante el período de seguimiento, más de 21.000 participantes desarrollaron Alzheimer o demencia relacionada, lo que proporcionó una base sólida para evaluar el impacto de diferentes patrones alimentarios en la salud cerebral.

La metodología permitió comparar directamente la efectividad de la dieta MIND frente a otros patrones alimentarios saludables, lo que reveló una reducción del riesgo más fuerte y consistente que la observada con otras dietas.

Resultados específicos y diferencias poblacionales


Los resultados mostraron variaciones significativas según el grupo poblacional analizado. Mientras que la reducción general del riesgo de demencia fue del 9% para quienes siguieron la dieta MIND desde el inicio del estudio, los participantes que se identificaron como afroamericanos, latinos o blancos experimentaron una mayor reducción del riesgo, que alcanzó el 13%.

El hallazgo más notable surgió entre los participantes que mejoraron su adherencia a la dieta MIND durante el período de seguimiento de 10 años. Este grupo mostró una reducción del 25% en el riesgo de demencia comparado con aquellos cuya adherencia disminuyó, una tendencia que se observó consistentemente en todos los grupos de edad y raciales.

Walter Willett, profesor de epidemiología y nutrición en la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, calificó la investigación como “un estudio de alta calidad” que añade evidencia de que una dieta tipo mediterráneo tiene beneficios importantes para reducir el riesgo de demencia.

Willett sugirió que las diferencias entre grupos raciales y étnicos podrían deberse a variación aleatoria, por lo que considera razonable asumir que este patrón dietético saludable beneficia a todos los grupos.

Características distintivas de la dieta MIND


La dieta MIND (Intervención Mediterránea-DASH para el Retraso Neurodegenerativo) combina elementos de la dieta mediterránea con la dieta DASH, específicamente diseñada para reducir la presión arterial. Su enfoque particular en la salud cerebral la distingue de sus predecesoras.

“Una diferencia importante es que MIND incluye frutos rojos, que fueron vinculados con la salud cerebral”, explicó Park. Esta inclusión específica de frutos rojos, especialmente frutillasy arándanos, representa uno de los elementos distintivos que podrían explicar su mayor efectividad en la protección cerebral.

El sistema de puntuación de la dieta MIND evalúa alimentos individuales según su capacidad protectora y la cantidad consumida. Los frutos rojos, por ejemplo, reciben una puntuación de 1 si se consumen dos o más porciones por semana, 0.5 por una porción semanal, y 0 si no se consumen.

La puntuación dietética individual se calcula al sumar las puntuaciones de alimentos específicos, donde una puntuación más alta indica mayor beneficio cerebral.

Guía práctica de implementación


De acuerdo con un estudio de 2015 citado en la investigación, las recomendaciones específicas para alcanzar la puntuación óptima de la dieta MIND incluyen el consumo de vegetales de hoja verde como el repollo, espinaca, brócoli, bok choy y mostaza en seis o más porciones semanales. Otros vegetales deben consumirse al menos una vez al día.

Las nueces, que incluyen almendras, nueces y pistachos, se recomiendan en cinco o más porciones semanales, mientras que los granos integrales deben consumirse tres o más veces diariamente. El pescado no frito se sugiere una o más veces por semana.

La dieta también establece límites claros para alimentos menos beneficiosos, como queso menos de una vez por semana, carne roja menos de una porción semanal, alimentos fritos rápidos menos de una vez por semana, y tortas y dulces menos de cinco porciones semanales.

Yian Gu, profesora asociada de ciencias neurológicas en el Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, destacó que la dieta MIND es fácil de seguir, y alentó a las personas a elegir los vegetales de hoja verde que prefieran. Lo importante, según Gu, es aumentar la diversidad de vegetales consumidos.

Perspectiva de expertos y limitaciones

Willett advirtió sobre la importancia de variar los tipos de vegetales de hoja verde consumidos. “En particular, la espinaca es buena de muchas maneras, pero tiene alto contenido de oxalato y un alto consumo de espinaca puede causar cálculos renales“, explicó el experto de Harvard.

Park reconoce las limitaciones inherentes a la investigación observacional, y aclara que el estudio reporta una asociación y no prueba que la dieta prevenga la demencia. Esta cautela metodológica es típica en estudios epidemiológicos de gran escala, donde establecer causalidad directa requiere diseños experimentales más controlados.

La dieta MIND mantiene los principios fundamentales de las dos dietas en las que se basa. La dieta mediterránea enfatiza múltiples porciones diarias de frutas y vegetales, junto con granos integrales, legumbres, aceite de oliva, mariscos, y nueces y semillas como chía, linaza, calabaza y sésamo.

La dieta DASH, diseñada para prevenir la hipertensión, enfatiza el bajo contenido de sal, componente que no es central en la dieta mediterránea.

Gu destacó un beneficio adicional de las dietas tipo mediterráneo, su utilidad para otros tipos de enfermedades crónicas, que incluyen cardiopatías y cáncer. Esta versatilidad convierte a la dieta MIND en una estrategia integral de salud que trasciende la protección cerebral específica.

Fuente: Infobae

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