Mundo, 20 de agosto 2025 (ATB Digital).-La supernova SN 2023zkd, detectada a 730 millones de años luz de la Tierra, ha desconcertado a los astrofísicos por su naturaleza doble, su preparación inusualmente lenta… y la sospecha de que, en lugar de envejecer y colapsar por sí sola, pudo haber sido inducida por una colisión cósmica: una estrella masiva que intentó, sin éxito, devorar un agujero negro.
A diferencia de la narrativa tradicional que dicta que las supernovas son el desenlace natural de una estrella agotada, SN 2023zkd propone un giro más dramático. Gracias a una herramienta de inteligencia artificial denominada Light curve Anomaly Identification and Similarity Search, integrada a un bot de Slack, los científicos recibieron una alerta en tiempo real.
Esta intervención tecnológica fue clave para que los telescopios terrestres pudieran captar el fenómeno antes de que desapareciera.
Light curve Anomaly Identification and Similarity Search
La herramienta (una suerte de vigía digital incansable) permitió filtrar entre miles de fluctuaciones lumínicas captadas cada noche por telescopios robóticos. Su utilidad reside no solo en su velocidad, sino en su capacidad para detectar rarezas en patrones de luz que, a simple vista, podrían pasar desapercibidas.
En palabras de V. Ashley Villar, astrofísica de Harvard y coautora del estudio, la IA se ha convertido en una colaboradora cotidiana para clasificar explosiones estelares, inferir propiedades físicas con rapidez e identificar sistemas celestes insólitos como este.
Este evento en particular no solo tuvo una única explosión, como ocurre normalmente, sino que presentó dos destellos separados por ocho meses, una especie de bis cósmico imposible de ignorar. Más aún, los registros archivados revelaron que el sistema estelar había aumentado gradualmente su brillo antes del primer estallido, algo completamente fuera del guion tradicional de una supernova, que suele ser repentina.
Cómo mueren las estrellas
Todo esto nos obliga a replantear lo que creíamos saber sobre cómo mueren las estrellas. ¿Podría ser que algunas explosiones no sean muertes naturales, sino asesinatos celestes? La presencia de un agujero negro cercano, que pudo alterar la estructura de la estrella o incluso penetrar su núcleo antes de que esta reaccionara violentamente, es una hipótesis plausible.
Este tipo de interacciones extremas serían aún más difíciles de detectar sin herramientas modernas como las IA generativas, que además de identificar patrones, son capaces de aprender y adaptarse a nuevos comportamientos astronómicos.
De hecho, los astrónomos llevan décadas utilizando métodos de IA más rudimentarios para filtrar datos, pero ahora, gracias a la evolución de la inteligencia artificial generativa, se ha dado un salto cualitativo. Villar afirma que su equipo la usa no solo como filtro, sino como asistente inteligente capaz de plantear hipótesis, comprobar resultados y hasta sugerir nuevas rutas de investigación, siempre bajo la supervisión crítica de los científicos.
Este descubrimiento ha sido recibido con entusiasmo y escepticismo a partes iguales, como suele ocurrir cuando el universo nos muestra algo que no encaja del todo. Y es que SN 2023zkd no solo rompe las reglas: las reescribe. Es un recordatorio de que aún sabemos muy poco sobre lo que ocurre más allá del velo de las estrellas.
La existencia de un evento de esta magnitud plantea la posibilidad de que haya muchas más explosiones “anómalas” esperando ser descubiertas, escondidas entre millones de puntos de luz en la inmensidad del cielo nocturno.
Fuente: National Geographic