Santa Cruz, 11 ago 2018 (ATB Digital).- El exmilitar boliviano Jaime Niño de Guzmán, a quien el revolucionario argentino-cubano Ernesto Che Guevara le entregó una libreta con anotaciones personales antes de ser asesinado, murió a los 84 años ayer en Santa Cruz. También fue acusado de ser el autor intelectual del asesinato a Luis Espinal, sacerdote jesuita.
Medios cruceños publicaron este viernes la esquela del que fuera jefe de la Fuerza Aérea boliviana, quien fue investigado por la muerte violenta del jesuita español.
Jaime Niño de Guzmán en 1967 recibió del Che la libreta del líder revolucionario antes de que fuera ejecutado en la localidad boliviana de La Higuera el 9 de octubre de aquel año.
El militar aseguró en 2006 que el guerrillero le confesó antes de ser fusilado por miembros del Ejército boliviano que “era más valioso muerto que vivo”, una de las frases que alimenta la figura de este símbolo mundial de las luchas revolucionarias.
El entonces piloto, enviado junto con otros uniformados (la mayoría de los Boinas Verdes de EEUU) a capturar al Che en una zona remota donde lideraba una guerrilla en Bolivia, recibió la libreta de manos del Che y en su momento aseguró que la guardaba en una cámara de seguridad.
Niño de Guzmán también condujo el helicóptero que transportó el cadáver de Guevara, tras ser ejecutado por el ejército, desde La Higuera hasta Vallegrande donde el cuerpo fue exhibido a los periodistas.
El Che fue capturado con vida el 8 de octubre de 1967 en la Quebrada del Churo o Yuro (sudeste), y fue ejecutado un día después por un militar boliviano, que recibió órdenes superiores del gobierno de EEUU.
Según el piloto boliviano él fue una de las últimas personas en conversar con el Che antes de ser ejecutado.
El exministro y exdiplomático boliviano afirmó además a fines de los 90 que el Che le regaló antes de ser asesinado una pequeña libreta de apuntes -que supuestamente se halla en la caja de seguridad de un banco- en reciprocidad por haberle convidado tabaco.
Niño de Guzmán, que llegó a general de división, fue investigado por la muerte del jesuita español y periodista, Luis Espinal, un exponente de la teología de la liberación cuyo cadáver se encontró con signos de tortura y heridas de bala tras ser secuestrado en 1980.
El exjefe de la Fuerza Aérea y un coronel del Ejército boliviano, Freddy Quiroga, fueron implicados en el asesinato de Espinal por otro exmilitar, el coronel Roberto Melean, que fue condenado por delitos cometidos durante la dictadura de Luis García Meza (1980-1981).
En 2016, el entonces general Jaime Niño de Guzmán fue acusado de ser el autor intelectual de la muerte del padre Luis Espinal y en ese entonces su defensa legal presentó ante el Ministerio Público un certificado médico que establece que el general tiene un deterioro congénito que le afecta la memoria y que por tanto padece de demencia, lo que podría obstaculizar en la toma de declaraciones.
“Nos encontramos con un certificado médico simple el cual establece que Jaime Niño de Guzmán presenta un cuadro de deterioro congénito afectando a la memoria, sin capacidad de comprensión, sin capacidad de planificación, sin capacidad de juicio y diagnostican de manera expresa que él estuviera sufriendo de demencia”, denunció en ese año Frank Campero, abogado del coronel Roberto Melean, quien cumple condena por crímenes durante la dictadura militar y quien además acusó a Niño de Guzmán de ser auto intelectual de la muerte de Espinal.
El jurista Campero recordó que dentro de las investigaciones realizadas por el Ministerio Público en relación al secuestro, tortura y asesinato del padre Luis Espinal, en marzo de 1980, el fiscal Genaro Quenta dispuso que se tome declaraciones a Niño de Guzmán en la ciudad de Santa Cruz para que brinde la información correspondiente y presente sus descargos. “Pero lastimosamente grande fue la sorpresa que nos encontramos con un certificado médico”, apuntó. (Agencias)