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Uruguay abandona la cuarentena buscando el equilibrio entre la salud y la economía

Uruguay abandona la cuarentena buscando el equilibrio entre la salud y la economía

Uruguay, 5 may 2020 (ATB Digital).- El sector de la construcción en Uruguay se suspendió desde el 24 de marzo hasta el 13 de abril para prevenir la propagación del COVID-19, razón por la cual se le otorgó a los trabajadores un sueldo para irse de vacaciones sanitarias. Cuando se reabrió la actividad no hubo una explosión de casos positivos, todo lo contrario: la semana pasada se realizaron test aleatorios a los trabajadores y en líneas generales, los resultados fueron en su mayoría negativos. La industria de la construcción da trabajo a 100 mil personas desde el arquitecto hasta los albañiles, lo cual pone al gobierno del presidente Luis Lacalle Pou en un escenario optimista para planear el retorno a diversas actividades económicas y sociales con gradualidad y vigilando que no se deterioren los indicadores de salud comentados. Según explica Infobae el economista Javier Haedo, “la estrategia implica ir hacia una nueva normalidad de manera progresiva y gradual”.

De algún modo, se trata de un proceso dinámico, que permitirá ir más rápido si los resultados son buenos y se podrá frenar o revertir, si empeoran. “Entiendo razonable esta estrategia de modo de evitar una profundización y extensión de una recesión que está siendo severa, con la consiguiente pérdida de empleos y empresas. Hay que tratar de evitar la destrucción del capital que tiene la sociedad en sus trabajadores y en sus empresas”, dijo Haedo que fue Director de OPP y Sub Secretario del MEF en el gobierno de Lacalle (1990-1995).

Tengamos en cuenta que Lacalle asumió la presidencia del país trece días antes de que comenzara la pandemia del coronavirus. Al igual que todos los presidentes del mundo está tomando el examen más difícil que podría atravesar un líder, sumado a tener que enfrentarse al peor enemigo en su propio territorio. No hay dudas que cada uno tiene su propio estilo y plan pero todos serán juzgados por la cantidad de infectados y muertos hasta que se derrote el virus.

Con más 3,5 millones de casos positivos y 250.000 muertes en el mundo a causa del COVID-19, el gobierno uruguayo tomó una postura diferente en cuanto a la “cuarentena obligatoria”. Ni Jair Bolsonaro, Presidente de Brasil, que desestimó el distanciamiento social en el mundo y las cifras lo convirtieron en el país de América Latina con mayoría de afectados y fallecidos, ni Angela Merkel, la canciller alemana que en todo momento se mostró como una científica al luchar contra la pandemia. La postura del presidente uruguayo fue cuidadosa y su estrategia ha sido la de hacer sintonía fina entre salud y economía, evitando la cuarentena obligatoria y apelando a la responsabilidad de la población. Hasta ahora ha obtenido buenos resultados con más recuperados que contagiados y 17 muertes en total.

“Lacalle había recibido una “herencia” macroeconómica compleja, con alto déficit fiscal (entre 5% y 6% del PIB) y un endeudamiento público que había crecido alrededor de 10 puntos en términos del PIB en los años anteriores. Pero también la recibe en condiciones mejores que muchos países de la región en términos sociales. Uruguay siempre se destacó por contar con una red de protección social amplia. La pobreza en el 9%, el desempleo en el 10% y la informalidad laboral en el 24% son datos malos, pero no tanto como en otros países del área”, explicó Haedo.

La vuelta a la normalidad

Con un desarrollo programado y organizado, los comercios comenzaron a funcionar de manera distinta: básicamente asumiendo el rol clave que tienen en cuanto a la prevención de la enfermedad. Cada propietario armó su propio protocolo sanitario pero todos con el común denominador de obligar a utilizar el tapabocas tal como lo recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), sobre todo por los casos asintomáticos. Además, la mayoría ofrece guantes de latex y alcohol en el gel para el público durante la jornada

Desde la Cámara de Comercios y Servicios del Uruguay (CCSU) aseguraron que realizaron una fuerte campaña con los trabajadores sobre la prevención y que trabajan junto al gobierno sobre la “vuelta a la normalidad”. El último relevamiento de la Cámara reflejó la dura realidad que atraviesan las empresas con una caída en las ventas del 75% o más tras la aparición del coronavirus. Además, el 60% de las empresas consideran que las medidas de apoyo son “insuficientes”.

El Grupo Centro, que asocia a los comercios del Centro, Cordón y Ciudad Vieja de Montevideo, explicó a Infobae que durante este mes y medio hubo locales que dejaron de funcionar por completo y otros que lo hicieron con horarios restringidos como los supermercados y las farmacias. “Yo nunca cerré mi farmacia, tomamos todos los recaudos y de a poco se fue educando a la gente en esta nueva modalidad”, explicó Ana Loffredo, Integrante del Grupo Centro. Casi el 70% de la actividad, que incluye los rubros de chóferes, agencias de viajes, clubes, cooperativas, hoteles e inmobiliarias entre otros, cerraron sus puertas.

“La economía se tiene que activar por la cantidad de costos fijos que tenemos los comerciantes. La rueda de pagos no se frena por nada y nosotros vivimos al día”, explicó Loffredo. Se pudo observar cómo la actividad comercial volvió a funcionar casi en un 85% y en los locales ingresaban no más de 5 personas siempre respetando la distancia de un metro de prevención. “A nosotros no nos funcionó colocar cintas en el piso para indicarle al público donde hacer la fila, entonces hoy armamos de forma casera unas sogas para que la gente respete las nuevas normas”, aseguró Carlos Torres, vendedor de una zapatería sobre 18 de julio.

(Infobae)

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