La Paz, 4 feb 2021 (ATB Digital).– El exministro de Gobierno del régimen de Jeanine Áñez, Arturo Murillo, admitió, en un diálogo con el periódico El Deber, que escapó del país y que había un plan para matarlo en la cárcel de Palmasola, a dónde llegaría por una serie de supuestos delitos de los que se le acusaría.
Murillo, señalado por las masacres de Senkata y Sacaba, donde murieron al menos 35 personas y otras decenas quedaron heridas, afirmó que escapó del país porque “había un plan” para detenerlo, llevarlo a Palmasola y asesinarlo. Además, anunció que se jubilará de la política para “escribir sus memorias”.
En la charla con El Deber, la exautoridad hizo un analisis del panorama político del país, y dijo ocultó sus inclinaciones políticas especialmente en favor de su ex colega de gabinete de Áñez, y al actual candidato a la alcaldía de La Paz, Iván Arias de quien dijo: “Miro a un Negro Arias despegando”.
De igual forma dijo que le “alegra” que en Cochabamba la gente se haya volcado por Manfred. “En Santa Cruz el MAS la tiene negra y creo que la Gobernación en La Paz la tendrá el grupo de Felipe Quispe”, sentenció.
A las preguntas de El Deber sobre los temas de corrupción en los casos de compra de gases lacrimógenos y respiradores, el exrepresentante de Gobierno admitió que la compra de respiradores si tuvo una mancha de corrupción pero volvió a acusar al MAS y a la ex ministra de Salud, Gabriela Montaño y su asesor Fernando Valenzuela, “nosotros hemos manejado un Gobierno de la manera más correcta, más limpia y más transparente”.
En el caso gases lacrimógenos donde se lo acusa de haberse apropiado de millones de dólares junto al ex ministro de defensa, Fernando López, dijo: “No tiene ningún sustento esa denuncia, no va a llegar a ninguna parte”.
Sobre su futuro en la política, Murillo dijo que ha decidido dar un paso al costado y jubilarse de la política. “No quiero volver a ser candidato a nada, ni ser ministro, ni ser Alcalde, me jubilo de la política y me voy a dedicar a escribir mis memorias”.
El exministro planea volver al país cuando, según afirmó, existan fiscales y jueces que sean “probos, no al servicio de narcotraficantes, ni de delincuentes.