* ERIK LLANOS
La cuarta fue la vencida para un Bolívar que volvió al triunfo en La Paz, después de dos empates y una derrota. La academia tenía la obligación de ganar a Wilstermann y lo hizo, aunque aún se sitúa a siete puntos del líder The Strongest (28 puntos) que ganó a Aurora como visitante.
El técnico brasileño, Antonio Carlos Zago, decidió hacer dos cambios que le dieron resultado y sentenciaron el partido en 45 minutos.
El primero: línea de tres en defensa con Quinteros por derecha, Guitián en el centro y Giménez por izquierda, un esquema que ya lo había implementado en el clásico tras el empate del tigre, pero terminó desarmando el bloque defensivo. Ya con algunos días más de trabajo, la variante táctica mostró sus frutos. El objetivo del cambio de sistema fue aprovechar la principal virtud de Roberto Carlos Fernández: la proyección por la banda, apareciendo casi como un extremo izquierdo, restándole responsabilidad en el retroceso y la marca y es así como Fernández abrió el marcador. Frente a los gualdinegros la falta de cobertura por el lado izquierdo había sido una de las grandes debilidades de la academia y que ahora fue compensada con el trabajo de Diago.
La segunda modificación determinante fue la inclusión de Alvaro Rey, un futbolista con buenas cualidades técnicas que se convirtió en el factor desequilibrante que la hacía falta al conjunto celeste y anotó dos goles con mucha categoría.
Es verdad que Wilstermann no pasa su mejor momento y basta ver su posición en la tabla (antepenúltimo con solo 12 puntos y a 16 del primero), pero en el fútbol en general es muy difícil marcar varios goles.
Anímica y futbolísticamente, la goleada sin duda marcará un punto de inflexión en el rendimiento de Bolívar que mirará su futuro con más optimismo, aunque repito está todavía lejos del puntero.
* ERIK LLANOS ES PERIODISTA