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Camacho negoció con un dirigente “tumbar a Evo” en 2019; “tenía” 6.000 mineros con dinamita

Camacho negoció con un dirigente “tumbar a Evo” en 2019; “tenía” 6.000 mineros con dinamita

La Paz, 5 oct 2021 (ATB Digital).- Hay una segunda parte del video en el que Luis Fernando Camacho admite que su padre “cerró” con militares y policías la caída de Evo Morales en 2019: transó con “un minero” —que le ofreció “6.000 mineros llenos de dinamita”— tumbar al presidente.

La develación aparece en el video completo en el que el entonces presidente del Comité pro Santa Cruz —durante un acto de descubrimiento de un mural en su honor, en diciembre de 2019— contó  detalles de su llegada a La Paz, su pacto con las Fuerzas Armadas, la Policía Boliviana y un dirigente minero en su afán de buscar la caída del presidente Morales.

“Cuando cerramos con todo y el día sábado, antes de que renuncie Evo Morales, dice el tipo ‘júntame a toda la gente, a todos los cívicos en la puerta del hotel, voy a dar la cara’. Hasta ese momento solo había hablado conmigo. Ya tenía 6.000 mineros llenos de dinamita para entrar y sacar a Evo Morales”, se le escucha contar.  

Camacho fue el factor clave de la caída de Morales luego de un presunto fraude electoral, un paro de 21 días, de un motín policial, de la sugerencia de renuncia presidencial presentada en conferencia de prensa por las Fuerzas Armadas y del sorpresivo pedido de dimisión del mandatario planteado por el secretario general de la Central Obrera Boliviana (COB), Juan Carlos Huarachi.

En su relato, el ahora Gobernador de Santa Cruz recuerda cómo —cuando fue devuelto a su ciudad luego de su intento de ingresar a La Paz, el 5 de noviembre de 2019— acordó con “un minero” “tumbar” al presidente Morales.

“La charla fue larga y me dice: ‘Yo te voy a tumbar a Evo Morales, pero prométeme ser presidente’. Yo le dije: ‘Ahorita primero recuperemos la democracia. No, yo te garantizo que lo vamos a tumbar. Pero… Ya, ok, te prometo’. Nos fuimos y dice: ‘Va a haber quilombo en el aeropuerto, pero vas a poder entrar’. Dicho y hecho”, dice Camacho en la grabación.

Luego de porfiar dos veces antes (el 29 de octubre y el 4 de noviembre), el entonces líder de las movilizaciones llegó el 6 de noviembre a La Paz. En medio de fuertes medidas de seguridad se trasladó al hotel Casa Grande, de la zona de Calacoto, donde instaló su cuartel y donde al mediodía del 11 de noviembre recibió a la senadora Jeanine Áñez, quien, al día siguiente, se proclamó presidenta en una Asamblea Legislativa sin quórum ni asistencia de la bancada de dos tercios del Movimiento Al Socialismo (MAS).

Camacho cuenta que el hombre con quien definió tumbar a Morales lo abordó el día que los militares lo devolvieron a Santa Cruz. “Me dice: ‘Yo he estado en El Alto, yo fui el que organicé para que no entres’. Se vino acá a Santa Cruz. ‘Te íbamos a hacer como a Túpac Katari, te íbamos a soltar en plaza Murillo. Ese era el fin. Pero me intriga por qué estabas dispuesto a morir (porque rompieron vidrios, se estaban entrando)’. Yo se lo expliqué y el tipo me dice: Nosotros no queremos que Evo Morales sea presidente, pero a que Carlos Mesa sea presidente, yo prefiero a Evo Morales’. Y ahí me entero cuál era el problema, y era lo de Octubre Negro”.

Sin embargo, recuerda que para cumplir con el acuerdo había condiciones que cumplir, aunque no aclara el tipo de apoyo. “Entonces, me dice: ‘Yo necesito, por favor, que me des las condiciones para poder trabajar’. Se le dio las condiciones, se le dio lo que necesitaba y el tipo se fue a trabajar y comenzó a traerme a la gente: llegaron los Ponchos Rojos, los interculturales”, recuerda Camacho.

De acuerdo con la memoria de Camacho, ese minero jugaba a dos bandos. “Y me dice (ese sábado): ‘Me llamó Evo Morales en la mañana para pedirme que resguarde la plaza Murillo porque los militares le habían dado la espalda y los policías igual.

El otrora líder cívico continúa: “Le dije que no. ‘Y eso es una guerra de Evo Morales; necesito sacarle hoy, porque si no, los militares van a venir por mí’. Le dije: ‘No, no se preocupe, hablé con los militares, con el general, me dijo que no iban a salir’”.

A finales de 2019 causó repercusión la publicación de la primera parte del video de marras. “Fue mi padre que cerró con los militares para que no salgan”, dice el ahora Gobernador cruceño.

“Con la Policía, de la misma manera, fue mi padre. Cuando pudimos consolidar que ambos no iban a salir, fue que dimos las 48 horas (de plazo)”, insiste.

En el cabildo multitudinario del Cristo Redentor del 2 de noviembre, el entonces presidente del Comité pro Santa Cruz arengó que el “punto final” de Morales será el 4 de noviembre, por eso es que conminó al mandatario a renunciar en un plazo de 48 horas.

Ese día, Camacho invocó a las Fuerzas Armadas, a las que les pidió que “deben estar al lado de su pueblo” y no dejarse amedrentar.

Recuerda que al aclararle al minero que los militares no iban a salir a las calles, éste se mostró tranquilo, aunque lo desafió a tumbar a Morales. “Se quedó tranquilo, me dice: ‘Te doy hasta el domingo; si el domingo no se va, el lunes le saco yo con dinamita”.

“Ese minero, realmente, fue la cereza para que se vaya Morales”, se jacta Camacho en el video.

PROTESTAS. La mañana del sábado 9 de noviembre, 2.500 mineros afiliados a la Federación de Cooperativas Mineras de Potosí partieron rumbo a La Paz con el objetivo de sumarse a las protestas contra el gobierno de Morales, según reportes de los medios.

El informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) cuenta que la mañana de ese día una caravana de 11 buses fue bloqueada en Caracollo y atacada luego en Vila Vila.

Entonces, La Razón reportó 37 heridos y 14 rehenes.

Al día siguiente, la situación había empeorado. El informe preliminar de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre las elecciones del 20 de octubre y los conflictos, decantaron la renuncia de Morales, quien comunicó su decisión junto al vicepresidente Álvaro García en un video desde Chimoré.

“Todos, Ponchos Rojos, interculturales y su propia gente de Conamaq (Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu), pidieron su renuncia”, recuerda Camacho en la grabación.

Ahora, el otrora líder cívico  debe rendir cuentas ante la Justicia. La exdiputada del MAS Lidia Patty lo acusa de sedición, terrorismo y conspiración en el llamado caso Golpe de Estado. Ayer hizo saber que asistirá a la citación, en calidad de denunciado, a una declaración en La Paz, expedida por el fiscal Omar Mejillones.

Fuente: La Razón 

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