La Paz, 12 oct 2021 (ATB Digital).- No, la wiphala no nació en los años 80 o 90, como escupen algunas redes sociales. Esta bandera, que es un símbolo de los pueblos originarios, remonta su origen al preincaico, es decir, mucho más antes del Tawantinsuyu, el imperio incaico de las cuatro regiones del Abyayala, o lo que hoy es América.
Marco Antonio Flores Peca, profesor universitario y vicepresidente de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP), recuerda que fue el cronista Bernabé Cobo quien escribió que los incas tenían una especie de estandartes que identificaban a sus ejércitos pero “en cuanto al diseño de la wiphala, en especial los cuadros multicolores, se encuentran en textiles de la cultura nazca y tiwanacota” y estas son anteriores al incario. “En muchos de estos diseños, la wiphala se encuentra relacionada con la Chacana o cruz andina”, agrega, según Correo del Sur.
La artista y antropóloga Juliane Müller Seborga, por su lado, escribió que la wiphala es “un símbolo andino, fundamentalmente, aimara”, y agregó que “reprocho su quema y ofensa debido a la mala interpretación de un símbolo indígena como apropiación o asociación a un partido político específico”.
En esa misma línea, Flores apuntó que “el grueso de la población, que desconoce de la historia de este símbolo, simplemente lo identifica con este partido político (el MAS), es así que, si el MAS es un partido corrupto, la wiphala será vista como un símbolo de esa corrupción”.
Pero otros investigadores señalan que la wiphala no es enteramente indígena sino que sufrió un proceso de mestizaje, como todo elemento cultural de Bolivia. El presidente de la SIHP, Juan José Toro Montoya, hace notar que existen por lo menos dos rastros visibles de la wiphala en cuadros coloniales. Una está en uno de los cuadros de la serie “Ángeles de Calamarca”, en el templo del mismo nombre, en el Departamento de La Paz, y otra en la más famosa pintura de Melchor Pérez de Holguín que se conserva en el Museo de América, en Madrid.
“En estos dos cuadros hay banderas, mástil incluido, que son claramente wiphalas”, dice y pone su atención en el cuadro de Holguín porque este fue pintado en Potosí, en 1716. “El cuadro muestra cómo fue la entrada del arzobispo virrey Morcillo a Potosí y allí aparece el templo de San Martín en cuya torre ondean wiphalas. La pregunta que hay que hacerse es por qué las pintó Holguín. ¿Fue simbólico o real? Si fue real, y tomando en cuenta que el templo de San Martín era de los lupacas, habría que interpretar que, en pleno periodo colonial, en Potosí ondearon wiphalas para la llegada de una autoridad doblemente colonial”, según Correo del Sur.