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Bolivia invertirá en una segunda planta de urea para el mercado externo

Bolivia invertirá en una segunda planta de urea para el mercado externo

Santa Cruz 14 de mayo 2022 (ATB Digital).- La Planta de Amoniaco y Urea (PAU) de Bulo Bulo se optimiza para que en 2023 alcance el 110% de su capacidad. Conforme a los rendimientos y ventas en el mercado interno y externo, se proyecta la construcción de un segundo complejo para la producción de urea destinado exclusivamente para la exportación. Estos datos fueron revelados a Energías y Negocios por el presidente de YPFB, Armin Dorgathen, quien también habla sobre el presente y futuro de la estatal petrolera.

—A la fecha, ¿cómo evalúa las operaciones de YPFB y cómo ve el futuro?

—Estamos trabajando arduamente para poder revertir la curva de producción de gas natural a través de la exploración, además de abrir nuevas cuencas petroleras en Bolivia; específicamente en lo que es el Madre de Dios y la llanura chaqueña. Respecto a la producción de combustibles también trabajamos en algo que ya se tiene en toda la región: en Argentina es obligatorio el uso del 5% de biodiésel y en Brasil hay diferentes mezclas de biodiésel, que en el país pueden ayudar en el tema subvención. Buscamos que la empresa pueda ser más eficiente, con los recursos humanos realmente comprometidos y que muestren resultados. Vimos una encuesta reciente en la cual YPFB ocupa el segundo lugar en general y el primero en cuanto a estatales donde las personas quieren trabajar.

—¿Cuáles son los principales desafíos a corto plazo?

—Tenemos que iniciar la perforación de pozos exploratorios. Hemos logrado, después de mucho esfuerzo, la aprobación de proyectos a nivel directorio y a nivel gubernamental. En 2022 iniciaremos las obras civiles de varios de ellos, también está la construcción de la planta de biodiésel, mejoraremos la Planta de Amoniaco y Urea (PAU) que tenemos.

—¿Y cómo está la PAU?

—La planta está en estado operativo, en promedio al 75% de carga. Esto se debe a que en 2020 realizaron maniobras que afectaron la operatividad de la misma, lo cual está actualmente en investigación y se determinará responsables.

—¿Cuál es la producción estimada para esta gestión y qué se prevé para los próximos años?

—El nivel de producción para este 2022 es para cubrir la demanda interna y externa, estimamos producir hasta 500.000 toneladas. Nos estamos preparando para 2023 y llegar al 110% de capacidad, llegando a producir 2.300 toneladas (t) por día, es decir, más de 750.000 toneladas anuales.

—¿Se tiene planificado nuevas inversiones para la producción de urea?

—Si bien en 2021 llegamos a un 75% de la capacidad de la PAU, hay que mejorarla y optimizarla. Entre junio y julio de este año haremos un paro programado para subir al 100% y finalmente en 2023 llegar a 110%. Tenemos inversiones que son para el mantenimiento, para llegar al 100% mediante un cambio de catalizadores y la compra de un nuevo caldero para hacer unas variaciones en el proceso y llegar al 110% de eficiencia. Es decir, sobrepasar las 2.100 toneladas del diseño y luego construir una segunda planta exclusiva para la exportación de urea.

—¿Cuáles son los principales mercados de la urea?

—La urea producida se destina en un 10% al mercado interno y en un 90% a la exportación. Los principales mercados externos son Brasil con un 60%, Argentina con 30%, Perú el 8%, y otros el 2%.

—¿Cuánto de gas natural requiere la PAU para operar?

—La PAU consume 1,2 millones de metros cúbicos de gas al día, lo cual hemos podido estabilizar ya que la planta nunca contó con una producción tan constante como la de este año y es un logro importante. En el tema de la eficiencia, se tuvo que poner en producción la planta con los niveles actuales para poder determinar cuáles eran los puntos de daño que se generaron y cuáles son los cambios necesarios para elevar la productividad y ver si la planta iba reaccionando. Hicimos todos los estudios y haremos los cambios respectivos en junio y julio. La planta seguirá consumiendo 1,2 millones de metros cúbicos, pero evidentemente va a generar mayores cantidades de urea a partir de julio.

—Por lo expuesto, la PAU se constituye en un pilar de la industrialización.

—Es uno de los proyectos de industrialización más importantes del país, que genera ingresos muy relevantes para YPFB y Bolivia. Mediante éste, estamos adquiriendo conocimientos para avanzar en la consolidación de la industria petroquímica nacional. Está siendo gestionado por la Empresa Boliviana de Industrialización de Hidrocarburos (EBIH) y la planta de NPK (productora de fertilizantes a base de nitrógeno, fósforo y sodio); esto es algo interesante para consolidar el valor agregado que genera la PAU. Con la planta logramos generar divisas para el país, sustituir las importaciones, agregar valor al gas natural para generar excedentes y promover el desarrollo, crear polos de desarrollo petroquímico y promover la transferencia de tecnología. Los impactos más relevantes son el incremento del consumo de urea en el mercado interno, pasando de 19.000 toneladas en 2017 a 60.000 proyectadas para 2022, incremento de la productividad y rentabilidad de los cultivos, ampliación de la frontera agrícola del país y recuperación de la fertilidad de tierras cultivadas, ahorros importantes para el bolsillo del agricultor, incentivo a la producción de alimentos y su contribución a la seguridad alimentaria del país. Es común en muchos actores de la oposición cuestionar la ubicación actual de la planta de urea.

—Actores de la oposición cuestionan la ubicación actual de la planta. ¿Cuál es la justificación técnica para que esté ubicada en Bulo Bulo?

—No estuve durante la evaluación de la localización de la PAU. Sin embargo, a priori, viendo que está en el centro de Bolivia y que la planta tenía como objetivo central, y es política siempre de nuestro gobierno, el abastecer primero a los bolivianos. Desde Bulo Bulo es posible llegar con logística a todos los departamentos de forma adecuada y de igual manera para la exportación. Tenemos camiones que salen hasta Montero y desde ahí se puede distribuir la urea hacia los diferentes canales. De todas formas, hoy estamos exportando mayormente a Brasil y tenemos propuestas firmes hacia Perú y otros países a los que la ubicación nos permite llegar. Evidentemente, la segunda PAU estará ubicada en una locación pensada precisamente para la exportación de urea.

—¿Cuál es la logística para el mercado interno y para la exportación de urea?

—Depende de la localización si sale hacia occidente o si sale hacia oriente. Hoy estamos trabajando una nueva logística para llevar a Perú y entregar puesto en ese país. Como dije, una de las rutas más comunes es sacar de Bulo Bulo a Montero y de allí a la frontera con Brasil, en caso que vaya a ese mercado. Con la segunda planta de urea el objetivo justamente es poder tener ahorros en la parte logística y utilizarla exclusivamente para un mercado de exportación, que sería el brasileño. La planta de Bulo Bulo atenderá el consumo del mercado interno más las exportaciones a los países que están al oeste del mapa y el mercado argentino.

—El ministro de Hidrocarburos, Franklin Molina, indicó que la Ley de Hidrocarburos cumplió su ciclo y que se requiere ajustes. ¿Cuáles son los principales ajustes que usted considera necesarios?

—Evidentemente tenemos una Ley de Hidrocarburos que fue creada en otro momento donde las condiciones de la industria petrolera global eran diferentes y también con valores de reservas que eran mentirosos. En el gobierno de Mesa (Carlos) se dijo que Bolivia tenía hasta 75 TCF de reservas, lo cual sobredimensionaba la realidad existente en Bolivia. Se hablaba de casi 20 TCF de reservas probadas cuando en 2009 solo había 9 TCF. Se creó una Ley de Hidrocarburos bajo una certificación de reserva de hidrocarburos mentirosa, bajo un contexto de industria totalmente diferente, lo cual hace que nuestra Ley de Hidrocarburos necesite algunas modificaciones, pero sabemos lo complejo que es cambiar una ley, más aún cuando hay intentos de politizar el tema y no se ven las cosas desde el lado técnico. Hoy en día, con la entrada de las energías renovables y los yacimientos no convencionales, hemos visto un cambio total en el tablero de la industria. Actualmente, los no convencionales deben aportar una gran cantidad de hidrocarburos en el mundo. Hemos visto que EEUU pasó de ser importador a ser exportador de hidrocarburos y es uno que sustituye el gas que Rusia no envía a Europa, lo cual hace que el tablero haya cambiado. Muchas de las empresas europeas que trabajaban en el rubro de los hidrocarburos únicamente y que están presentes en el país, como Repsol, Shell y Total, han dividido sus inversiones entre hidrocarburos y energías renovables. Esto hace que la competencia para conseguir recursos, para lograr que estas empresas exploren en el país, sea cada vez más difícil. Existe una competencia entre países y entre invertir en convencionales, no convencionales y renovables. Se necesita una ley que pueda tener algunas modificaciones al respeto. Mientras tanto, estamos trabajando en otros cambios normativos para ayudar a incentivar la inversión.

—Bolivia ya vivió en el pasado, entre 2011 y 2014, momentos de precios muy altos del barril de petróleo. ¿Cómo está afectando actualmente al país el incremento en el precio del crudo?

—Los precios altos nos benefician en los ingresos por venta de gas natural. YPFB también está trabajando para mejorar los contratos. Se logró cerrar la sexta adenda de venta de gas natural con Argentina y estamos entregando los volúmenes correspondientes. También hemos alcanzado nuevos contratos en Brasil, que nos han permitido batir el récord de venta de gas en ese país y luego en Argentina. No solo estamos siendo beneficiados por los precios sino por las negociaciones como tal, que está realizando YPFB. Hay un tema que nunca se atacó como se debió, que es la subvención de combustibles. Para ello, estamos trabajando en las plantas de biodiésel, exploración de crudo nacional, importación de crudo e implementación de energías renovables, para evitar el consumo de diésel en diferentes regiones en la generación eléctrica. Son varios los proyectos al mando de Ministerio de Hidrocarburos y Energía, con los que estamos trabajamos para reducir la subvención. Necesitamos soberanía energética en lo que son combustibles en el corto y mediano plazo. Estamos trabajando en ello.

Armin Dorgathen

Presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB)

Es ingeniero petrolero graduado de la Universidad Privada de Bolivia (2009). Cuenta con una maestría en Ingeniería de Reservorios de Energía Subterránea en ENSG en Francia (2012). También se formó como especialista en Reservorio en el IFP de París (2015), y obtuvo otra maestría en Gestión de Proyectos en la Universidad de Barcelona (2016). Su experiencia profesional comenzó en Total E&P en Francia (2012). En Bolivia, trabajó en la Corporación Boliviana YPFB y fue gerente de Yacimientos y Desarrollo en YPFB Chaco. También es profesor universitario.

(LaRazón)

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