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El país más rico del mundo tiene problemas para alimentar a sus bebés: ¿qué pasa con la leche de fórmula en EE.UU.?

El país más rico del mundo tiene problemas para alimentar a sus bebés: ¿qué pasa con la leche de fórmula en EE.UU.?

EEUU, 18 de mayo (ATB Digital).- El país que presume de ser el más rico del mundo atraviesa en las últimas semanas una carestía sin precedentes. En EE.UU. hay escasez de leche de fórmula para alimentar a los bebés, las estanterías de los centros comerciales se encuentran casi vacías de este producto, los comercios online han multiplicado su precio y las familias cada vez tienen más problemas para encontrar este bien de primera necesidad y, por supuesto, para pagarlo.

La interrupción del suministro durante los cierres totales que se vivieron al comienzo de la pandemia de coronavirus iniciaron un problema que se ha agravado profundamente después del cierre de la plata de producción de Abbott, una de las más importantes del país.

A esto hay que añadir el acaparamiento por una parte de la población, preocupada por el futuro de la alimentación de sus pequeños, como por las empresas; la especulación y el incremento de precios; y el contexto social que viven las madres en el país, a quienes se les ponen enormes trabas para poder amamantar a sus hijos y, en ocasiones, la leche de fórmula es su única opción.

En EE.UU. no existe la baja remunerada por maternidad, a diferencia del resto de países desarrollados. Eso no significa que las mujeres trabajadoras no se tomen algún tipo de descanso, pero lo hacen normalmente anticipando sus vacaciones o tomándose una excedencia.

Sin embargo, esta circunstancia tiene varios efectos. Por un lado, las mujeres intentan reincorporarse lo más rápido posible a sus puestos de trabajo, lo que, a su vez, provoca que no pueden dar el pecho a sus vástagos durante todo el tiempo que les gustaría.

La Organización Mundial de la Salud ya hace lustros que estableció que lo óptimo para la salud de un bebé es tomar leche materna de manera exclusiva hasta los seis meses y combinarla con alimentación complementaria hasta, al menos, los dos años de edad.

Una recomendación que resulta una utopía para la mayoría de las madres estadounidenses que desean dar el pecho a sus bebés. Según el informe ‘Breastfeeding Report Card’ de los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades, alrededor del 60 % de las madres abandona la lactancia antes de lo que quería. Solo el 25 % de los bebés son alimentados en EE.UU. con leche materna hasta los 6 meses, mientras que alrededor del 12 % llega hasta los tres meses.

La escasez de un alimento tan fundamental que, salvo por la leche materna, no tiene alternativa, hunde sus raíces en la explosión de la pandemia de coronavirus y la paralización de la actividad económica a nivel mundial.

Así, un mercado que ya se encontraba tocado, ha recibido un fuerte impacto cuando en febrero la empresa Abbott cerró su planta en Michigan, su fábrica principal en el país, después de que se detectara un brote de una bacteria que había contaminado algunos de sus productos y que provocó que cuatro bebés acabaran en el hospital y que dos de ellos perdieran la vida.

Aunque parece excesivo que el cierre de una empresa provoque una crisis de tal magnitud en un país de alrededor de 330 millones de habitantes, el funcionamiento del mercado interno de este producto ha facilitado que así sea.

Vía: RT