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Antonio José de Sucre publicó el primer periódico de Bolivia, hoy se recuerdan 228 años de su nacimiento

La Paz, 2 feb 2023 (ATB Digital). – A Antonio José de Sucre se le considera el militar más completo y cabal de los próceres de la independencia americana. A él, que este 3 de febrero se recuerda 228 años de su nacimiento, Bolivia le debe su existencia.

El Gran Mariscal de Ayacucho gobernó al país en los primeros años de la fundación de la República y fue el organizador de las primeras instituciones de la nación.

La difusión de la información fue un pilar importante en el Gobierno de Antonio José de Sucre (diciembre de 1825 – abril de 1828).

Durante la administración del Mariscal de Ayacucho se publicó el que se considera el primer periódico estatal boliviano.

Bautizado como “Cóndor de Bolivia”, el semanario fue para Sucre la expresión del respeto que sentía por la confrontación de ideas.

La primera Ley de Imprenta dictada por el gobernante y promulgada por la Asamblea Constituyente el 7 de diciembre de 1826 fue, justamente, la reafirmación de aquellos principios republicanos.

Mediante la Ley de Imprenta, el Gobierno demostró que la libertad de opinión era uno de los beneficios que trajo consigo la nueva República.

Pero el “Cóndor”, una gaceta ministerial donde el Mariscal difundía las propuestas gubernamentales y sus propias ideas, tomaba las calles en medio de las inmensas dificultades del nacimiento de la “República Bolívar”.

En los 134 números del semanario se aborda sobre todo aquellos temas que se refieren a la consolidación nacional, la tensa situación que provocó la separación de las dos antiguas capitales virreinales, Lima y Buenos Aires, que reclamaban su derecho a territorios de lo que fue la Audiencia de Charcas, el debate de ideas liberales, la divulgación de leyes, decretos y ordenanzas del Gobierno, que configuraban la organización del nuevo Estado, y partes de guerra.

Hasta finales de la guerra de la independencia, en los territorios de la Audiencia de Charcas, no existió la imprenta y, por lo tanto, tampoco pudo existir alguna forma de periodismo.

Con el establecimiento del “Cóndor de Bolivia”, Sucre inaugura el ejercicio del periodismo y crea con él un registro impreso de la historia del nuevo país.

Edición del Cóndor publicada por el BCB. ABI

La máquina donde se imprimió varias ediciones del semanario, de hecho, fue confiscada al ejército realista de Pedro Antonio de Olañeta.

Con el propósito de facilitar la circulación del periódico en todas las ciudades del país, el Gobierno de Sucre dictó el 25 de octubre de 1825 una orden de exención para que la administración de correos libere de pagos el envío de toda clase de impresos.

Sucre es considerado pionero dentro del género periodístico, pues ya había fundado en 1823 “El Monitor”, periódico republicano de Ecuador.

En Bolivia encomendó la dirección del “Cóndor” a uno de sus hombres de mayor confianza, el español Facundo Infante.

Infante, quien defendió las ideas liberales del Gobierno, fue también Ministro del Interior y Relaciones Exteriores de Sucre.

Como director del periódico, Infante fue autor de una gran cantidad de artículos, pero se cree también que otros tenían la inspirada pluma del vencedor de Ayacucho.

Quizá, por eso mismo, el “Cóndor de Bolivia” mantuvo confrontaciones con El Mercurio de Perú, El Argos argentino, el Fénix de Lima y el Bandera Blanca, periódico francés de la época.

Y es que en el complejo proceso de consolidación de la República, gravitaron factores externos e internos de gran trascendencia que repercutieron a largo plazo en la conformación de la sociedad y el territorio.

La consolidación como Estado independiente significó para Bolivia, después de los movimientos independentistas de 1809 en Sucre y La Paz que inflamaron al continente con aires de libertad, una larga y penosa etapa de conflictos con los países vecinos y confrontaciones internas.

A Sucre le tocó un papel destacado en la fase de la edificación institucional y en los cambios socio económicos. La paz fue para él tan difícil como la guerra.

Si una persona de menos talento e integridad hubiera recibido la misión que le dio Simón Bolívar a Sucre, quizá la República no hubiera sobrevivido al caos del periodo formativo por el que pasaron todas las naciones de habla hispana de América en la primera mitad del siglo XIX.

Pero la República sobrevivió, aunque en medio de inmensas dificultades.

El “Cóndor” no solo se limitó a reflejar esas dificultades con la difusión de correspondencia oficial –ya que no es frecuente que publique notas propias de redacción– sino también destinó importantes espacios a noticias del exterior, donde las procedentes de España y Perú tenían, por razones obvias, un sitial preferencial.

Inmediatamente de instalada la República y abiertas las puertas de la información, el “Cóndor” publicó información procedente de países cuyo desarrollo, sobre todo político, era de mayor interés para Bolivia.

Una considerable proporción del material “internacional” consistía en la transcripción de noticias de periódicos de países vecinos, cuyos contenidos, muchas veces, no necesariamente guardaban relación con Bolivia.

Al adquirir mayor experiencia, los editores del “Cóndor de Bolivia” ofrecieron a sus lectores una mayor variedad de noticias en un intento por difundir información que ilustre al pueblo.

De hecho, en el prospecto del periódico que circuló el 29 de octubre de 1825, se establece que el objetivo del “Cóndor” es “ilustrar al pueblo en sus verdaderos intereses, para hacerlo marchar por la senda de la libertad verdadera, para que sea feliz, para indicarle los escollos y peligros que la ambición, las pasiones exaltadas, las miras inicuas y la intriga puedan presentarle”.

En la misma edición, se explica que el periódico fue bautizado con el nombre del “Cóndor” por “hallarse en esta ave, propia de nuestro suelo, el más alto grado de facultades con que la naturaleza ha dotado a los seres de su especie. Su fuerza, su arrojo, su velocidad, la perspicacia y noble alimento con que se nutre, a diferencia de las demás aves de rapiña que se sustentan de cadáveres e inmundicias. Todas estas cualidades no carecen de analogía con los que deben caracterizar nuestro trabajo”.

El pequeño periódico, del tamaño del papel oficio, intentó incrustar en la conciencia del libre ciudadano boliviano a serlo realmente con el ejercicio de derechos y deberes, pero también con sacrificios y renunciación. Por eso mismo, en la empobrecida Bolivia de ese tiempo, uno de los motivos capitales para la circulación del periódico era la necesidad de que se difundiese el pensamiento de la Constitución escrita por Bolívar y las reformas institucionales que Sucre ejecutó.

Hoy la memoria de Sucre, que fue uno de los Libertadores de América, merece la gratitud y el perenne homenaje de Bolivia.

(ABI)

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