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Asociación de Radialistas Aymaras luchan contra la discriminación con su voz

La Paz, 19 de marzo de 2023 (ATB Digital). – Hoy celebrarán su día ‘olvidados’, como ellos dicen, por las autoridades.

Con casi 45 años de vida, la Asociación de Radialistas Nativos y Promotores de Espectáculos del Departamento de La Paz aún lucha contra la discriminación y la falta de oportunidades.

Hoy, al igual que el resto de los radialistas del país, celebrarán su día pidiendo mejores días y apuntando hacia la capacitación para mejorar y seguir siendo “la puerta hacia el pueblo”.

La institución fue fundada el 6 de mayo de 1978 en La Paz en la sede de los Tocuyeros, quienes les prestaron “su casa” para hacer realidad el sueño de una veintena de aymaristas. Cansados de que nadie los defienda y apoye en su lucha para que se escuche la voz de los pueblos, de los ayllus y los cantones más alejados del departamento.

Emilio Choque Ulo, vicepresidente de la Asociación, le contó a LA RAZÓN que abrirse camino para estar detrás de un micrófono no fue nada fácil.

Primero tropezaron con la poca cantidad de medios radiales y la discriminación.

“Antes no había muchas opciones, estaba radio Agustín Aspiazu, donde trabajaban aymaristas, de ahí salieron muchos radialistas. Después poco a poco fue avanzando y surgieron opciones de trabajar en radios grandes que eran Progreso, Méndez, San Gabriel, Nueva América, Radio Nacional de Bolivia, Emisoras Unidas”, contó.

Choque cuenta que ni él ni muchos de los más antiguos radialistas aymaras se formaron profesionalmente. No tuvieron la oportunidad de estudiar y tuvieron que aprender el oficio “a la fuerza”.

“Nosotros viendo a otras personas hemos aprendido, no hemos estudiado, no conocemos la universidad, esas veces a la fuerza hemos aprendido. En las provincias poca gente conocía las radios, solo escuchaban radio San Gabriel, que fue como una escuela, pero no nos daban la oportunidad de trabajar”, recuerda Choque Ulo.

DISCRIMINACIÓN.

El vicepresidente de la Asociación explica que cuando eran contratados, generalmente era para hacer otras labores y las oportunidades de estar detrás del micrófono eran escasas.

Alejandro Rondó, radialista y secretario de Actas de la Asociación, ratifica lo dicho por Choque y asegura que los radialistas aymaras se abrieron paso a punta de esfuerzo y lucha.

“El dueño de la radio directamente te miraba como para ver si sabías, si podrías ser capaz de estar delante de un micrófono. En los años 70 nos recibían y nos tenían para limpieza o mensajero. Eso teníamos que hacer para poder aprender y trabajar”, relata. 

Choque acota que así fueron avanzando, aprendiendo mientras hacían otras labores. Con el paso de los años fueron apareciendo otras radios, como radio Méndez, y entonces surgieron más oportunidades.

Sin embargo, siguen sintiéndose olvidados. Las autoridades nacionales, departamentales y municipales pocas veces los toman en cuenta y ni hablar de que les entreguen algún tipo de apoyo.

“Hoy en día los radialistas somos muy pobres, no hay quién nos defienda, muchos han muertos en el olvido, no somos reconocidos por las autoridades. Nosotros estamos trabajando para levantar esta asociación.

No tenemos una oficina donde reunirnos, no tenemos una silla. Somos más de 80 afiliados no solo de La Paz sino de todas las provincias”, explica Choque.

Con los años y la tecnología fueron apareciendo más radios, muchas FM surgieron en el campo. Fue la oportunidad para muchos de estos hombres y mujeres tuvieran la opción de convertirse en la voz del pueblo.

“Los radialistas aymaras ofrecemos mucha educación, mucha orientación. Nuestra programación se basa en informativos a partir de las 4 de la mañana, luego programas folkloristas, educativos sobre todo basado en la vida en el campo”, indica el vicepresidente.

PROFESIONALES.

Llegar a donde están hoy en día costó mucho. Varios radialistas fundadores de la Asociación departamental fallecieron en el olvido. Otros siguen luchando por abrir más espacios para las nuevas generaciones.

“No fue fácil ingresar, había discriminación. Somos locutores, comunicadores aymaristas. De a poco nos hemos unido porque estábamos sufriendo. Muchos compañeros seguimos tropezando con las falencias, siempre mandando correspondencia a las autoridades de Gobierno, departamentales y no tenemos respuestas”, lamentó Rondó.

Cargando un maletín con el libro de actas, Rondó cuenta que así se encarga de afiliar a los nuevos radialistas. No tener una sede donde reunirse es su principal necesidad; sin embargo, no es un obstáculo para poder seguir adelante.

Recuerda que uno de los primeros logros de la Asociación de Radialistas Nativos del departamento de La Paz fue firmar un convenio con la Universidad Católica Boliviana para la capacitación de los aymaristas.

Gracias a ello, al menos siete personas de la institución lograron profesionalizarse y ellos se encargaron de guiar y compartir sus conocimientos con sus compañeros.

DE SU BOLSILLO.

Otro de los inconvenientes con el que deben lidiar día tras día es el costo de los espacios que alquilan en las radios. Son montos altos y conseguir publicidad que cubra el 100% es prácticamente imposible.

“Somos independientes, pagamos de nuestros bolsillos, tenemos algunas publicidades, pero a veces no nos cubre y tenemos que aumentar de nuestros bolsillos, tenemos que quitarles el pan a nuestros hijos para seguir en esto.

Hasta el año 2000 más o menos teníamos que pagar Bs 400 o Bs 500 la hora, un comunicador tiene que tener unas 10 publicidades para poder cubrir y no se cobra nada porque además no todos pagan y terminamos con deudas”, explica Rondó.

La Asociación de Radialistas Nativos y Promotores de Espectáculos del Departamento de La Paz celebrará este domingo su día con la alegría de ser reconocidos por el pueblo y la esperanza de mejores días para su sector.

“El mejor mensaje que podemos dar es unirnos, la lucha tiene que continuar. Este año, para festejar vamos a entregar credenciales para acreditar que son gente capaz de hacer su trabajo. Jallalla los radialistas aymaras”, enfatizó Rondó.

‘Somos la puerta del pueblo’

La mayor satisfacción de los radialistas aymaras es ser la voz de los pueblos, de la gente que muchas veces no es escuchada. La palabra de estas personas que trabajan detrás del micrófono es la más creída en los pueblos, ayllus y cantones del departamento porque confían en ellos, son gente del pueblo que trabaja por ellos.

Los programas de los radialistas aymaras ofrecen información de cada rincón del departamento y para ello cuentan con corresponsales en cada población, municipio, cantón.

“Nosotros visitamos las provincias, tenemos corresponsales, jóvenes que tienen vocación, pero les falta preparación. Hay muchas radios FM en las fronteras, pero falta mucha capacitación porque ponen solo música todo el día”, explica Alejandro Rondó.

La Asociación trabaja intentando capacitar a los jóvenes y lo hacen por cuenta propia, sin el apoyo de las autoridades de Gobierno.

“Somos los primeros hombres, mujeres que abrimos las puertas a la población de las 20 provincias, hacemos información en idioma aymara, somos la puerta principal. La información que nosotros lanzamos a la población es confiable para ellos, si decimos que hoy habrá bloqueo, la gente ya está preparada, se alista para salir por otro sector.

Nosotros abrimos los medios de comunicación para esa gente que muchas veces no es escuchada”, remarca Rondó.

Con 35 años como radialista aymara, Rondó dice que su programación es variada, desde informativos y programas culturales hasta análisis de la coyuntura política y social que vive el país.

Trabajó en radio Inca, radio Pachaqamasa, radio Méndez y en la radio UPEA.

“Hemos dado un salto a través de la preparación, de la formación, si no nos formamos las puertas se nos van a cerrar. Vienen de las 20 provincias, los hermanos que aglutinamos son aymaras, hacemos transmisiones folklóricas, cultura, tradiciones, información”.

Recordó que antes incluso ofrecían radionovelas con actores aymaras; sin embargo, muchos fallecieron olvidados y se perdió ese tipo de programación.

“Nuestro trabajo es plausible, pero no reconocido. Somos escuchados por miles de personas y cada locutor tiene su oyente, eso es lo más importante, robamos el corazón de todo el pueblo desde temprano.

A veces los tenemos que animar para seguir adelante, para seguir emprendiendo”.

“A veces yo voy a la plaza Murillo para hacer alguna cobertura y me miran medio raro, tengo la piel morena y me preguntan de dónde es y mucho depende también de la emisora para ser respetados”.

El principal objetivo de la institución es capacitar más gente, enseñarles los avances tecnológicos y ayudar a los aymaras a superarse en este oficio.

“Aún sentimos discriminación, pero hemos avanzado, ya tenemos gente profesional en nuestra asociación que se han formado en la universidad”.

Los radialistas nativos piden un poco de atención, quieren seguir progresando y abriendo las puertas a los pueblos y ayllus.

Fuente: La Razón

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