La Paz, 15 de abril 2023 (ATB Digital).- Ingeniero, escultor, pintor, filósofo, botánico, anatomista, urbanista e incluso músico, Leonardo da Vinci encarnó al hombre de nuevo tipo, fruto de las exigencias y caducidades de la Edad Media.
Cuando se habla del Renacimiento, del espíritu humanista que recolocó al ser humano en el centro del cosmos del conocimiento, no ya como medida de todas las cosas, sino como hacedor y arquitecto del futuro se debe hablar del italiano Leonardo da Vinci.
Da Vinci es el Renacimiento, no solo porque confió en la verdad y en la razón como los pilares del pensamiento que iría a transformar el mundo, sino porque abarcó diversas ramas del saber cual figura representativa de esa avidez de conocer lo que nos rodea.
Ingeniero, escultor, pintor, filósofo, botánico, anatomista, urbanista e incluso músico, Leonardo da Vinci encarnó al hombre de nuevo tipo, fruto de las exigencias y caducidades de la Edad Media, cuya avidez lo llevaba a aguzar la mirada y adentrarse en vericuetos nunca antes transitados.
Más que un soñador, Da Vinci fue un hacedor de objetos y mecanismos que venían a resolver problemas prácticos con ingenio y creatividad, sentando las bases para muchos fenómenos y avances de los que se puede congratular hoy la Humanidad.
Vehículo autopropulsado:
Uno de los proyectos que obsesionaba al hombre era lograr un vehículo que pudiera moverse por sí mismo, sin usar animales de tracción o medios de empuje. El invento de Da Vinci ha sido considerado como el primer automóvil que funcionaba por un mecanismo de transmisión entre muelles y ruedas dentadas. En 2004 el invento fue recreado por un grupo de científicos que comprobaron que funcionaba exitosamente.
Tornillo aéreo:
Otra de las obsesiones del ser humano de todos los tiempos ha sido volar, emular con las aves y conquistar los cielos. Junto al principio de lo que hoy conocemos como Ala delta, Da Vinci ideó el primer boceto de un mecanismo de movimiento centrípeto, a partir de cálculos matemáticos, en forma de tornillo que allanó el camino para lograr el actual helicóptero por el cual un movimiento circular de aspas produce una fuerza que eleva el aparato.
Escafandra:
Dominar un elemento tan particular como el agua y, sobre todo, adentrarse en las profundidades marinas fue otra de las ambiciones que tuvo siempre el ser humano. El misterio que ofrecía el fondo del mar y la imposibilidad de respirar para el hombre debajo del agua se unieron para que Leonardo buscara una manera de permitirle al hombre respirar dentro del aguay protegerse de los cambios de presión y temperatura de las diversas profundidades. Así nació una especie de escafandra, con respiración asistida desde la superficie que fue el primer traje de buzo, de cuero, conectada a una manga de aire fabricada de caña que traía el oxígeno de una campana en la superficie. Incluso diseño una bolsa para orinar mientras duraba la inmersión.
Engranajes:
Una de las esencias de la mecánica es la transmisión de energía, fuerza y movimiento. Desde los físicos de la Antigüedad, como Arquímedes, la rueda dentada era una posibilidad de inducir fuerza y producir movimiento. Las ruedas que conectadas se convierten en engranajes, usados todavía hoy por infinidad de mecanismos, fueron diseñadas por Da Vinci y es lo básico y lo principal: una pareja de ruedas, provistas de barras cilíndricas que se engarzan unas con otras.
El Hombre de Vitruvio y la Anatomía:
El cuerpo humano es uno de los misterios que todavía hoy capitaliza todo el interés de la ciencia moderna. Dibujante e ingeniero, Da Vinci estudió las perspectivas como fenómenos físicos de percepción, así como el “diseño” del cuerpo humano. Cuentan testigos que Da Vinci adquiría cadáveres de personas desconocidas para estudiar sus estructuras. Practicaba la disección y a partir de ahí dibujaba cada una de las partes y órganos del cuerpo humano con notable excelencia.
El Hombre era un microcosmos y su cuerpo era mucho más que una máquina, por eso, so pena de ser condenado y castigado por la ley de entonces, Da Vinci investigó el sistema respiratorio, los huesos, el aparato reproductor masculino y femenino, así como el sistema cardiovascular.
Como sería de esperar, estos cinco ámbitos que hemos presentado aquí no fueron los únicos en los que descolló el genio, fallecido a los 67 años. Da Vinci dejó una huella muy significativa en las artes plásticas; sobre todo en la pintura, para la que realizó obras trascendentales de la historia del Arte como La Gioconda, La Sagrada Familia y otras que encarnaron, junto a otros cultores, los elementos esenciales de una etapa que marcó un antes y un después en la historia de la Cultura Universal.
Fuente: teleSURtv