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Las olas de calor en el mar pueden tener un serio impacto en la pesca

La Paz, 24 jul 2023 (ATB Digital).- Récords de altas temperaturas en la costa occidental de Australia durante el verano de 2010/2011 resultaron en una mortalidad de peces “devastadora” y destruyeron bosques de algas marinas, y cambiaron fundamentalmente el ecosistema de la costa.

Varios años después, una ola de calor marina sin precedentes causada por el cambio climático y amplificada por un fuerte El Niño provocaron el peor blanqueamiento de corales que se haya visto en la Gran Barrera de Coral en 2016.

Las olas de calor marinas pueden desencadenar eventos de blanqueamiento de corales y ya han aumentado el estrés bajo que el que están los ecosistemas de arrecifes en todo el mundo.

Las altas temperaturas pueden hacer que los pólipos de coral expulsen a las zooxantelas que viven dentro de sus tejidos haciendo que se vuelvan blancas y más vulnerables a las enfermedades y otras amenazas.

En el Mar Mediterráneo, temperaturas excepcionales entre 2015 y 2019 provocaron repetidos eventos de muerte masiva de especies claves como corales y algas. Un estudio reciente describió las olas de calor marinas de este tipo como “factores de estrés generalizado para los ecosistemas marinos globales”.

El calor del agua produce como resultado el blanqueamiento de los corales.

Las olas de calor marinas también facilitan la proliferación de especies invasoras.

Las algas marinas japonesas, por ejemplo, proliferaron en Nueva Zelanda cuando una ola de calor marina en 2017-2018 en el Mar de Tasmania acabó con las algas marinas nativas de la zona.

Mucho por aprender

Dan Smale, ecólogo marino de la Asociación de Biología Marina de Reino Unido, y miembro del Grupo de Trabajo Internacional sobre Olas de Calor Marinas, dice que los “golpes cortos y rápidos” no le dan tiempo a las especies para redistribuirse, y aquellas que se encuentran al límite de lo que su cuerpo puede soportar están particularmente en riesgo.

Pero incluso alrededor de la costa británica, que no se considera un ambiente extremo y donde los científicos esperan que los ecosistemas cambien de forma gradual, una ola de calor marina podría acabar siendo letal si continúa todo el verano.

No obstante, todavía hay mucho que aprender sobre el impacto de las olas de calor marinas en comparación con las que ocurren en tierra, porque monitorearlas es más difícil y faltan récords de larga data, dice Smale.

“La información que nos dan los satélites desde comienzos de la década de 1980 es fantástica… el problema es cuando tratamos de ir más alla”, dice.

Océanos cálidos para rato

Una caída significativa de la cantidad de fitoplancton ya se ha visto en el Atlántico Norte, algo que Mercator Ocean atribuye a las recientes olas de calor.

La floración en la primavera es crucial porque brinda la mayor parte de la energía que se necesita para sostener la cadena alimenticia marina en la zona y es una contribución sustancial a la absorción global de CO2 de los océanos.

La economía de las pesquerías regionales también podría verse afectada.

Una ola de calor en noroeste del Atlántico en 2012 hizo que las especies que prefieren las aguas cálidas se moviesen hacia el norte y migraran antes de tiempo, cambiando cuándo y cuánta pesca pudo obtenerse.

El Atlántico Norte es también un impulsor clave del clima extremo.

Temperaturas elevadas en la superficie del océano pueden dar lugar a huracanes, aunque resta ver si el fenómeno de El Niño exacerbará o aplacará este efecto el próximo año.

Por otra parte, la calidez de las aguas del Atlántico Norte es el factor más importante detrás del ciclo alternante entre sequías y lluvias copiosas en África central.

En líneas generales, los expertos dicen que la persistencia de las recientes olas de calor marinas es una señal preocupante de cómo se está desarrollando el cambio climático junto con las olas de calor en tierra, el inusual derretimiento de la capa de nieve en los Himalayas y la pérdida de hielo marino.

Von Schuckmann dice que, incluso si los humanos dejaran de bombear CO2 en el aire mañana mismo, los océanos continuarían calentándose aún por varios años.

“Me preocupa como científica del clima que estemos más lejos de lo que pensábamos”.

Fuente: BBC.

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