* ERIK LLANOS Da lo mismo un campeonato nuevo o continuar los torneos que están en marcha si los actores identificados (clubes, jugadores, dirigentes y árbitros) siguen participando y no reciben la sanción deportiva correspondiente. Si la Federación Boliviana de Fútbol tiene pruebas de los involucrados en amaños debe aplicar las sanciones que ameriten, sino todo es poco serio y solo un show. La corrupción está presente en todos los ámbitos de nuestra vida y por qué creer que el fútbol es ajeno a una realidad hasta ya institucionalizada en nuestra sociedad. Pero vamos más allá e indaguemos algunas causas, que no son para nada justificativos, pero llevan a estos actos que van contra del juego limpio:
– Los campeonatos mal organizados y sin reglas claras. Hasta ahora no le veo el sentido de una copa poco motivante y en la que se produjeron los hechos irregulares. Las reglas están abiertas a modificarse cualquier momento y a pedido de los clubes disconformes con sus intereses deportivos.
– 17 equipos innecesarios que llevan a un torneo poco competitivo desde lo futbolístico.
– Clubes deficitarios con deudas a jugadores. Un requisito indispensable para participar en la división profesional debería ser cuentas económicas saneadas.
– No haber establecido sanciones drásticas cuando en su momento varios clubes cruceños boicotearon un torneo y no se presentaron a jugar. O la abrupta suspensión del torneo del año pasado por un problema regional, cuando tranquilamente podría haber terminado con alternativas que prioricen el mérito deportivo.
– Clubes y dirigentes que piden que determinados árbitros no los dirijan. Situación que va ligada a la falta de preparación de los referís.
Y la lista es innumerable. Mientras todo esto no cambie, el fútbol seguirá sumido en una crisis organizacional cuya responsabilidad entera es de una FBF incapaz de poner mano dura cuando corresponde. La denuncia ante la fiscalía seguirá su curso y establecerá responsabilidades penales, pero ese es un ámbito fuera de lo deportivo.
* ERIK LLANOS ES PERIODISTA