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Insectos en la alimentación del futuro: Un bocadito sostenible para combatir el hambre

* FRANZ RUBÉN ARANDIA BELMONTE 

En un mundo donde la sostenibilidad y la seguridad alimentaria son temas críticos, los insectos se están convirtiendo en un ingrediente sorprendentemente prometedor en la búsqueda de soluciones. Si alguna vez has fruncido el ceño ante la idea de comer insectos, te invito a abrir tu mente y tu paladar, ya que estos pequeños amiguitos podrían desempeñar un papel fundamental en la lucha global contra el hambre, un Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. En este artículo, exploraremos cómo los insectos pueden ser la clave para alimentar al mundo de manera más sostenible y cómo pueden contribuir a alcanzar el ODS de erradicar el hambre.

Los Insectos ¿han sido subestimados?

A pesar de que aproximadamente 2 mil millones de personas en todo el mundo ya consumen insectos como parte de su dieta tradicional, incluidos varios pueblos y regiones bolivianas, muchas culturas occidentales han estado reacias a aceptar esta fuente de alimento. Sin embargo, los insectos son una fuente de proteína extremadamente eficiente y sostenible. Comparados con el ganado, los insectos requieren menos espacio, agua y alimento para producir la misma cantidad de proteína, lo que los convierte en una opción atractiva para abordar la crisis alimentaria global.

Uno de los mayores desafíos que enfrentamos en la lucha contra el hambre es la presión que ejerce la agricultura convencional sobre los recursos naturales. La cría de ganado y la agricultura intensiva a menudo resultan en la deforestación, la erosión del suelo y la pérdida de biodiversidad. Los insectos, por otro lado, tienen un impacto ambiental significativamente menor. Requieren menos tierra y agua, producen menos gases de efecto invernadero y pueden ser criados en condiciones controladas, reduciendo la necesidad de pesticidas.

Además de su sostenibilidad, los insectos son ricos en nutrientes esenciales como proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales. Para muchas comunidades que luchan contra el hambre, los insectos pueden proporcionar una fuente asequible y accesible de nutrientes críticos. Su cría y recolección pueden ser llevadas a cabo localmente, lo que reduce la dependencia de la importación de alimentos costosos.

Superemos el estigma viendo que el principal obstáculo para la incorporación de insectos en la alimentación global es el estigma cultural. Sin embargo, a medida que los beneficios de los insectos se hacen más evidentes, cómo por ejemplo la utilización de la crisálida de una especie de mariposa, conocida localmente como Sukama, en la preparación de platos y su uso medicinal en afecciones pulmonares en Sorata – La Paz, muchas empresas y chefs innovadores estamos trabajando en la creación de platos deliciosos y atractivos visualmente que incluyen insectos, tomando en cuenta las tradiciones del lugar. Desde hamburguesas de grillos, esferificación de hormigas, caramelos, hasta galletas de harina de larvas, la creatividad culinaria está ayudando a superar las barreras culturales.

En un mundo donde la lucha contra el hambre es un objetivo urgente, los insectos emergen como una fuente de alimento sorprendentemente prometedora. Su sostenibilidad, eficiencia en la producción y valor nutricional los convierten en una herramienta valiosa para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible de erradicar el hambre. A medida que más personas nos aventuremos a probar estos pequeños bichos, podríamos estar en el umbral de una revolución alimentaria que no solo beneficia a nuestro planeta, sino también a las comunidades que más necesitan ayuda. Es hora de considerar seriamente la incorporación de insectos en nuestra dieta y abrazarlos como una solución en la lucha global contra el hambre. ¿Y tú estás listo para apoyar ésta revolución?

* FRANZ RUBÉN ARANDIA BELMONTE ES PERIODISTA GASTRONÓMICO