Sucre, 17 sep 2023 (ATB Digital).- Este sábado, la Entrada Folclórica de la Virgen de Guadalupe empezó puntualmente, a las 9:00, con la comitiva de la organización y la imagen de la advocación venerada, seguida de la primera fraternidad de Pujllay. Pero, antes del mediodía, se presentaron problemas por los baches entre agrupación y agrupación.
La Entrada mostró un crecimiento exponencial de público respecto a otros años y los mismos espectadores expresaron sus quejas debido a los baches ocasionados por algunas fraternidades. Según banderilleros a cargo de que fluyera la Entrada, fueron morenadas y caporales las que se atrasaron hasta por una hora y perjudicaron a las demás agrupaciones.
A las 20:00, fraternidades como Fraternidad Madre Selva y la Saya Afroboliviana Sucre protestaron porque partieron con tres horas de retraso, según el programa.
Por otro lado, personas sensibles a los juegos pirotécnicos se quejaron por su uso excesivo durante esta festividad.
LOS MÁS DESTACADOS
Entre los grupos más destacados sobresalieron el Tinku Atipay (que este 2023 celebra sus 25 años de existencia), los caporales San Simón y sus diversas generaciones de todo el país, Centralistas (que cumplen 30 años) y Sambos Churuquella, donde brilló el campeón mundial de raquetbol Conrrado Moscoso.
Entre las morenadas, la Central hizo gala de sus trajes y su música con una gran cantidad de danzarines, en tanto que el Ballet Nostalgia Chaqueña presentó a Huáscar Aparicio Jr. cantando en vivo y emocionando a los asistentes, que recordaron con nostalgia a su padre.
Un dato para tener una idea del retraso de ayer: Hasta el cierre de la presente edición (00:15), solo un salay –danza de moda en las Entradas– había llegado a la plaza 25 de Mayo.
CRECIMIENTO
La Entrada del viernes también creció en cuanto a cantidad de público espectador. Esto, sumado a lo ocurrido este sábado, hizo que centenares de emprendimientos pudieran ofrecer sus productos en un comercio, sobre todo, informal.
El consumo de bebidas alcohólicas, que este año estuvo permitido por el Gobierno municipal, comenzó siendo moderado, pero se fue intensificando con el paso de las horas. Pasadas las 22:30 de este sábado, en las avenidas Venezuela y Hernando Siles, mucha gente, sobre todo jóvenes, se encontraban en estado de ebriedad. La falta de barandas –que no cubrieron todo el trayecto– ayudó a que varios espectadores invadieran con facilidad la calzada para bailar con los danzarines y músicos; con el paso de las horas, varios ciudadanos interrumpieron así el avance de la entrada mientras insistían a sus participantes para que recibieran bebida. En la madrugada, la ruta y calles aledañas tenían un fuerte olor a orín.
A lo largo de la jornada se observó que, en relación a otros años, aumentó la oferta de comida, entre hamburguesas, sándwiches de chola, choripanes e incluso platos como ají de fideos, además de refrescos naturales, energizantes en latas (algo que también se ha incrementado) y agua.
Hubo movimiento económico a todo nivel: incluso personas que habitualmente no se dedican al comercio aprovecharon para intentar ganar unos pesos. No obstante, la excesiva presencia de vendedores en algunas calles tornó difícil el tránsito; un ejemplo, los cruces peatonales: en el caso de la avenida Hernando Siles, ciudadanos que cruzaban de un lado a otro detuvieron el flujo de los bailarines en algunos momentos, sobreponiéndose al control de policías, funcionarios y de los mismos grupos.
Las bandas, una fuente de ingresos extras para miles de músicos
Uno de los componentes más importantes de las entradas folclóricas en Bolivia es, sin lugar a dudas, la música. Morenadas, diabladas, caporales, tinkus, llameradas y kullawadas, sobre todo, tienen el acompañamiento de bandas cuyos miembros ven en este tipo de actividades una fuente de ingresos extras, por lo que en sus presentaciones se esmeran al máximo por brindar alegría a danzarines y espectadores.
“La música es el alma de la Entrada. Al ritmo de ellas no solo disfrutan los miembros de la fraternidad que nos contrata, sino también el mismo espectador que nos espera para nutrirse más de alegría”, dice a CORREO DEL SUR Yamil Ticona, percusionista de la Banda Real Proyección.
Para este año se ha calculado que los músicos de la Entrada de Guadalupe sumarían más de 1.000 en total. Sus servicios son contratados por las fraternidades.
“El Carnaval, la Entrada Universitaria y, principalmente, la Entrada de Guadalupe son de los pocas eventos que tenemos los músicos en Sucre para generar ingresos extras. Digo extras porque en el diario vivir la mayoría se dedica a otras actividades y aprovechamos estas fechas para llevar algo más a la casa”, confiesa Wilfredo Zárate, integrante de El Rey Manantial, la banda oficial de la fraternidad Tinku Atipay.
“No está demás un ingreso económico extra; más aún con la situación que estamos atravesando, unos bolivianos extras nos caen como anillo al dedo”, opina Omar Camargo, miembro de la Súper exJunín “La Pesada”.
NADA DESPRECIABLES
CORREO DEL SUR indagó sobre las tarifas que manejan las distintas bandas y los montos que pueden llegar a generar cada integrante.
De acuerdo a lo manifestado por los entrevistados de este diario, durante esta festividad un músico puede generar en promedio desde Bs 500, como mínimo, hasta Bs 1.500. “Esto implica una presentación o ensayo general con la fraternidad, además del recorrido en el convite y la entrada”, aclara Camargo.
Las variaciones en los montos dependerán también de la cantidad de contratos de la banda. Por ejemplo, algunos ingresan con una fraternidad en viernes y tienen otros dos acuerdos para el sábado o viceversa. Entonces, esto le significa mayores ingresos para cada uno de los integrantes.
“Se puede ingresar con un grupo en la mañana y otro por la tarde y tener otro contrato el viernes”, revela Ticona.
La popularidad juega un papel importante a la hora de sellar acuerdos: una banda de renombre maneja montos más elevados que el resto, mientras que una morenada de las más populares también puede pagar más. “Las bandas más conocidas seguramente cobran más que una banda de reciente formación, pero no podemos decir que sea una amplia diferencia”, apunta Zárate.
En referencia a las bandas que llegan de Potosí Oruro y La Paz, la mayoría lo hace solamente para la Entrada y habitualmente sus tarifas son mayores a las de las locales, advierte Camargo.
Sobre este punto, Zárate asegura que las bandas locales también “tienen calidad”, pero “algunas fraternidades se dejan llevar por el nombre y prefieren pagar más a bandas del interior”.
“Pediría a las fraternidades que confíen en las bandas de Sucre, que apoyen a los diferentes proyectos y no desanimen a nuestros jóvenes músicos. Estamos seguros que manejamos la vara alta en cuanto a bandas en Sucre”, dice él.
COMPOSICIÓN
Las bandas de música aglutinan a personas de diferentes edades. Tienen profesionales, jóvenes universitarios, estudiantes de secundaria y uno que otro de primaria.
Por ejemplo, El Rey Manantial tiene 70 músicos, la mayoría sucrenses y de otros municipios de Chuquisaca. Algunos ya son profesionales y desempeñan funciones en el magisterio u otras instituciones privadas o del Estado; unos están al frente de sus propios emprendimientos y ven a la música como una fuente de ingresos extras.
Pero también están los universitarios de San Francisco Xavier y otros centros de formación, que con la música se ayudan a costear sus estudios.
“Como la mayoría de los estudiantes vienen de otros municipios y departamentos, muchas veces el apoyo de los padres de familia no es suficiente, por lo que la Entrada ayuda reunir dinero para invertir en los estudios”, dice Yamil Ticona, percusionista de la Banda Real Proyección.
Agrega que la mayoría de los músicos aprendieron a interpretar los instrumentos en sus unidades educativas, mientras cursaban el ciclo escolar. “La gran mayoría, por no decir todos, así vengamos de otros lugares, en los colegios aprendimos a tocar”, complementa.
Fuente: El Correo