La Paz, 18 de mar 2024 (ATB Digital).- El conversatorio El abismo ilustrado: arte y depresión de la mano, que se llevó a cabo en el Museo Nacional de Arte (MNA), creó una oportunidad para que el público pudiera apreciar las obras de la artista Silvia Cuello y recibir información valiosa por parte del psiquiatra Rodolfo López Hartmann.
Conscientes de que este es un tema sensible, el equipo del MNA desarrolló esta actividad no solo porque encara la necesaria temática de la salud mental en Bolivia, sino también porque demuestra que el Museo —dependiente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FC-BCB)— es un escenario empático y libre de estigma para reflexionar sobre depresión. Esta es una institución que, además del aporte cultural, otorga su grano de arena para encarar esta dolencia que aqueja tan fuertemente a la población, incluso a aquella que desconoce que la padece.
Esta iniciativa se dio a partir de la exposición El abismo ilustrado, inaugurada en el Museo en febrero. Esta muestra se compone de 26 obras, cada una refleja una escena vinculada a la propia experiencia depresiva que vivió la artista.
Es así que se complementó la propuesta y reflexión artística con el área profesional psiquiátrica, junto al doctor López Hartmann, quien tiene una vasta experiencia y un importante aporte en el país investigando y tratando población con trastorno depresivo.
Luego de un diálogo en el que los invitados respondieron preguntas diversas, la artista explicó uno a uno los cuadros que componen su exposición, mientras contaba al público lo que había vivido en esos momentos de depresión: la baja autoestima, el cansancio extremo, el ostracismo, entre otras sensaciones determinantes y penosas que conlleva este trastorno mental. Luego, López aportó con diferentes comentarios desde su experiencia profesional, sobre cada una de estas experiencias y características.
Al culminar la explicación de las obras, el público tomó el micrófono y contó su sentir al ver las obras o su testimonio con relación a la depresión. La honestidad de muchas personas fue conmovedora, ya que muchos relataron su propia vivencia de la depresión y aprovecharon esta oportunidad para pedir ayuda profesional.
Columpio
Me levanto todos los días, el enemigo, agazapado dentro. A pesar de todo, me levanto.
Puedo amanecer en el paraíso, y no sentir alegría. A pesar de todo, hago el esfuerzo.
Sé que subiré, y bajaré de nuevo, pero me agarro al columpio y a la esperanza.
Porque sigo aprendiendo.
Mecida en un equilibrio inestable.
Un día a la vez.
Acepto el desafío, ya no tengo miedo.
Burbujas
A veces salgo y me divierto, honestamente, me divierto, y al volver a casa lloro.
La mayoría ignora esa realidad, porque solo ven lo que les enseño.
Mi mejor versión contenida en burbujas de colores, flotando en medio de una oscuridad infinita.
Fuente: Opinión