Sucre, 01 de Abril 2024 (ATB Digital).- Pintadas hace unos 450 años, cuatro obras de arte del eximio pintor jesuita Bernardo Bitti, que estuvieron en la iglesia de San Miguel, en Sucre, hasta antes de 1950, fueron restauradas y entregadas el jueves tras un arduo trabajo de más de ocho meses.
El padre Bernardo Gantier, experto en arte sacro y uno de los principales impulsores de esta labor de rescate de las piezas del que él considera el mejor pintor de su tiempo (además del que más influyó en quienes le sucedieron), relató a CORREO DEL SUR el proceso seguido hasta la materialización de esta obra de restauración.
EL PROCESO Y LAS OBRAS
En primer lugar, se consiguió el patrocinio de la Fundación de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), cuyo representante, Miguel Arrufat, en una visita efectuada a Sucre hace un año y medio, se comprometió a apoyar la restauración de las obras más importantes de Bitti en la capital boliviana.
Gantier precisa que son nueve los cuadros del autor italiano que se resguardan en Sucre y que, de ellos, uno fue restaurado por Pedro Querejazu hace casi 30 años.
En cuanto a los ocho restantes, cuatro fueron encomendados a Marisabel Álvarez Plata, experta de restauración de obras de arte que trabajó, junto a su equipo de colaboradores, en un plazo aproximado de ocho meses y medio.
Esas cuatro son: “San Juan Evangelista”, “La Anunciación del Ángel Gabriel a la Virgen María”, La Imposición de la casulla a San Ildefonso” y “La Virgen de las frutas”, en criterio de Gantier, “la pieza más importante de todas, ‘La Virgen, el Niño y Sanjuanito’, también conocida como ‘La Virgen de las frutas’, que es la obra más emblemática de Bitti, el cuadro más bello pintado en Bolivia”. Ahora, las cuatro obras restauradas están en exposición en una de las naves de la Catedral. Mientras que las demás se mantienen en la denominada Sala Bitti.
¿QUIÉN ERA BITTI?
Era un religioso nacido en 1548 en la ciudad de Camerino (Italia). Ingresó a la Compañía de Jesús a los 20 años, después de haber tenido una formación en el arte de la pintura, según la descripción del padre chuquisaqueño, también jesuita, Bernardo Gantier.
Fue destinado por sus superiores a apoyar la misión en la antigua provincia del Perú y llegó a Lima en 1575. A partir de entonces, lo enviaron por todas las residencias jesuitas para pintar. Y lo hizo incansablemente. Se sabe que pasó por Cusco, Arequipa, July (orillas del Lago Titicaca), La Paz, Potosí, Chuquisaca y Guamanga (actualmente Ayacucho). A sus 54 años, según las lecturas de Gantier, en un catálogo lo describen como “con las fuerzas agotadas”.Murió en Lima en 1610, a los 62 años.
SUS OBRAS
Los cuadros que Bernardo Bitti pintó en Sucre se cree que datan de alrededor de 1600; no se tiene el dato preciso. Él, por lo pronto, escribió una carta en ese año desde Chuquisaca, cuenta el padre Bernando Gantier.
Consta que hizo un retablo para la Iglesia jesuita de Santiago, actual de San Miguel, en Sucre. Y que se trata de una obra de arte mayor: “Era tan bello que quisieron comprarlo a los jesuitas por 30.000 ducados, por entonces una fortuna. Y aunque los padres de la Compañía estaban pasando por mucha necesidad, no quisieron desprenderse de él”, relata Gantier.
En Potosí y en La Paz prácticamente no existen obras de Bitti; Se han perdido. Solo hay un San Juan en La Paz, en el Museo Nacional de Arte. En Perú, hay en July, en Ayacucho y en el Cusco, según la información que maneja el padre Gantier.
Fuente:Correo del Sur