Mundo, 24 de oct 2025 (ATB Digital) .- Hace 66 millones de años, los dinosaurios terrestres desaparecieron tras el impacto de un enorme asteroide en la Península de Yucatán (México). Este evento marcó su extinción, pero durante décadas los científicos se han preguntado si ya estaban en declive antes del cataclismo o si fue una desaparición repentina.
Hasta ahora, la mayoría de las investigaciones se habían centrado en los fósiles de la formación Hell Creek, en Montana, las Dakotas y Wyoming (EEUU), sin llegar a determinar si la extinción se había gestado antes del impacto.
Un nuevo estudio, basado en datos geocronológicos de la formación Ojo Álamo (Nuevo México) —con fósiles de entre 66,4 y 66 millones de años— revela que los dinosaurios norteamericanos que vivieron 400.000 años antes del impacto eran “muy diversos y variados”, lo que indica que no estaban en declive.
La investigación, liderada por Andrew G. Flynn, de la Universidad Estatal de Nuevo México, Baylor University y el Smithsonian Institute, fue publicada en la revista Science.
Mediante datación radioisotópica y magnetoestratigrafía, los científicos establecieron que el Miembro Naashoibito de la formación Ojo Álamo tiene una edad de unos 350.000 años antes de la extinción.
“A diferencia de la zona de Hell Creek, que tiene dinosaurios clásicos como el Triceratops, el Tyrannosaurus rex o el Edmontosaurus, este área estaba dominada por Alamosaurus, el único gran saurópodo de cuello largo que quedaba en Norteamérica a finales del Cretácico”, explicó Jorge García-Girón, investigador de la Universidad de León y coautor del estudio.
Al comparar ambas zonas, los investigadores hallaron “diferencias muy notables” en la diversidad, tamaño, dieta y adaptación de los dinosaurios, lo que evidencia una “altísima heterogeneidad” entre el norte y el sur del continente. Esto prueba que “no mostraban signos de declive ecológico antes de la extinción masiva”.
“Hemos encontrado una evidencia empírica sostenida de que había un alto grado de provincialidad en estos animales”, indicó el equipo, señalando que “no había declive taxonómico” y que el hallazgo “cierra un debate de décadas” en la paleontología.
El estudio también sugiere que en otros continentes existían faunas de dinosaurios “igualmente robustas y diversas”, que sobrevivieron hasta los últimos momentos del Cretácico. Sin embargo, los autores advierten que para confirmarlo “hace falta tener un mejor registro biocronológico […] y unas dataciones igual de precisas” que las obtenidas en esta investigación.
Mientras tanto, “nada hace pensar” que la diversidad de los dinosaurios fuera diferente en otras regiones antes del impacto del asteroide, concluye el trabajo.
En una perspectiva adjunta, Lindsay Zanno, de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, señaló que determinar si los dinosaurios estaban en declive es “altamente relevante para la humanidad”, ya que la biodiversidad actual está disminuyendo “a un ritmo alarmante” y los ecosistemas empobrecidos son más propensos a colapsar.
Para predecir el futuro ecológico, advierte Zanno, se necesita una “comprensión empírica” del registro fósil. Hasta ahora, la mayor parte de esos registros provenían de Hell Creek, pero el área de Naashoibito aporta una nueva datación radioisotópica que demuestra que las especies del sur de Norteamérica fueron contemporáneas de las icónicas de Hell Creek.
Sus resultados muestran que los dinosaurios estaban divididos en biomas ecológicamente distintos del norte y del sur durante los últimos 10 millones de años del Cretácico, lo que confirma que “las hipótesis sobre el declive de los dinosaurios antes del impacto del asteroide subestimaban su verdadera riqueza taxonómica y ecológica”, concluye.
Fuente: El Nacional
