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Lecciones de Colombia

Lecciones de Colombia

Jaime Iturri Salmón

Era la primera vez que lo veía en la vida. Ni nos habíamos
dado la mano. Y sin embargo, me miró y de inmediato me dijo: tengo un libro
para vos, acabo de terminar de leerlo. Luego Guido Riveros nos presentó. Quien
me ofrecía el texto (Que resultó ser una interesantísima historia de las ideas)
era el célebre Antonio Navarro Wolff, el número uno del grupo guerrillero colombiano
M 19 tras el asesinato de Carlos Pizarro.

Estábamos en Santa Cruz de la Sierra y alguien anunció que
era hora de ir al restaurante para cenar. Fuimos a la Casa del Camba en taxi.
Éramos muchos y no entrabamos en el vehículo. Antonio entonces se sacó la
pierna ortopédica y la llevó en sus brazos. A la llegada la restituyó a su
lugar y caminamos hasta la mesa.

Al día siguiente, Antonio comenzó su conferencia con una
frase rotunda: “Los grandes medios de comunicación masiva son poderosos. La
buen noticia es que no son todopoderosos”. Me acordé de todo esto mientras
seguía el recuento de las elecciones colombianas. Sí, porque Gustavo Petro y
Francia Márquez ganaron a pesar de una descomunal campaña de los grandes medios
(Caracol en radio y televisión, la revista Semana y el periódico El tiempo) que
entraron a la guerra comunicacional cargando contra la pareja de izquierda.
Primero apoyando al ultraderechista Gutiérrez y luego a Rodolfo Hernández. Los
llamados Petro videos fueron difundidos buscando evitar el triunfo del
progresismo.

Pero, los medios no son todopoderosos de manera que la
derrota de la derecha fue por demás contundente. Para que eso fuera posible se
dieron las siguientes variantes:

         
Muchísimos ciudadanos fueron a votar por primera
vez. No por un tema de edad, sino porque esta vez había un candidato que valía
la pena. Aproximadamente un 10 % más de votantes fueron a sufragar  buscando cambiar el destino de un país donde
hace mucho que se vive más de Cien años de soledad.

         
Esto solo pudo ser posible por la más vieja
forma de comunicación desarrollada por el ser humano: boca a boca. De pronto,
los grandes medios y hasta el internet fueron remplazados por las reuniones
familiares y vecinales.

         
El movimiento out sider demostró sus
limitaciones y su volatilidad. Varios miles de personas que habían votado por
Hernández se arrepintieron cuando averiguaron más  profundamente sobre quien era “el ingeniero”.

         
El miedo se acabó o disminuyo triunfando la
esperanza.

Lo evidente es que Colombia muestra un nuevo giro a la
izquierda en el continente.

Y el próximo paso será Brasil. Hasta incluso es posible que
el movimiento popular triunfe en Ecuador.

Pero nada de eso hubiera sido posible sin hombres como
Navarro Wolff que regalaba libros a quienes los leería de solo verles la cara,
o quizá de solo mirar sus sueños.