La Paz, 12 sep 2023 (ATB Digital).- Cuando se desarrollaron los primeros pesticidas químicos en el transcurso de la revolución industrial, parecían ser la solución definitiva para garantizar nuestro suministro de alimentos: deberían evitar el fallo de las cosechas, maximizar los rendimientos, alargar la vida de almacenamiento y, a su vez, facilitar sustancialmente el trabajo de campo. Pero lo que ya provocaban entonces, y todavía hoy no se tienen demasiado en cuenta, son los impactos peligrosos de la mayoría de pesticidas, no sólo sobre nuestro medio ambiente y agricultura y biodiversidad, sino también sobre nuestra salud.
¿Qué son los pesticidas?
Pesticidas es el término general para productos fitosanitarios químicos utilizados en la agricultura. La palabra proviene del latín y ya sugiere los efectos peligrosos: “pestis” significa peste y “caedere” significa matar. Los pesticidas son, por tanto, sustancias químicas para matar o al menos disuadir a plantas, animales u hongos no deseados que amenazan nuestros cultivos. Se dividen en tres subgrupos principales: herbicidas, fungicidas e insecticidas.
Cómo terminan los pesticidas en nuestro cuerpo
Cuando los pesticidas son rociados en los campos, pueden contaminar las plantas, producciones, suelo y nuestras aguas subterráneas. Durante la aplicación, el viento puede incluso llevarlos a nuestras casas y a nuestros jardines, contaminando los campos y cultivos de los agricultores ecológicos. Mediante la evaporación y la lluvia, los pesticidas se pueden llevar aún más lejos, esto explica que incluso se puedan encontrar en la Antártida donde no hay cultivo.
Efectos sobre la salud: intoxicación aguda por pesticidas y enfermedades crónicas
Desde que los pesticidas aparecieron en el mercado, las intoxicaciones agudas por pesticidas se han cobrado muchas vidas en todo el mundo. Un estudio de 2020 sugiere que cada año se producen 385 millones de casos de envenenamientos agudos no intencionados por pesticidas en todo el mundo, causando unas 11.000 muertes. Los síntomas de la intoxicación aguda por pesticidas van desde erupciones cutáneas, fatiga, dolores de cabeza, dolores articulares y musculares hasta vómitos, diarrea y náuseas. En casos graves, puede producirse insuficiencia cardíaca, pulmonar o renal.
Además de la intoxicación aguda, los pesticidas también pueden causar enfermedades crónicas. En Francia e Italia, el Parkinson ya ha sido reconocido como una enfermedad profesional entre los agricultores. Y varios estudios sugieren repetidamente vínculos entre pesticidas y asma, alergias, malformaciones, trastornos del crecimiento, obesidad, diabetes, cáncer de mama e hígado y leucemia.
Pesticidas: ¿hasta qué punto están contaminados nuestros alimentos?
En 2019, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) analizó 96.302 muestras de alimentos de frutas y verduras frescas, cereales, vino, leche y grasa porcina en cuanto a residuos de pesticidas. Como nota positiva, más de la mitad de las muestras estaban libres de niveles cuantificables de residuos y el 45% contenía uno o varios residuos en concentraciones inferiores o iguales a los niveles permitidos. Sólo el 2 por ciento contenía residuos que superaban el máximo legal. Pero estas cifras son engañosas, porque muchos alimentos dan positivo a múltiples residuos de pesticidas.
La Pesticide Action Network (PAN) Europe afirma en su web que los efectos combinados de estos cócteles de pesticidas “pueden ser aditivos o aumentados en comparación con los efectos observados después de la exposición a cada pesticida solo”.
Cómo deshacerse de los pesticidas de los alimentos
Cuando se trata de frutas y verduras frescas, lavarlas bajo agua corriente y después frotarlas para secarlas es el primer paso para eliminar los residuos de pesticidas en la superficie del producto. Los investigadores estadounidenses han descubierto que la mejor forma de eliminar los pesticidas es bañar el producto durante 15 minutos con agua que contenga un 1% de bicarbonato de sodio, ya que el bicarbonato asegura que los residuos de pesticidas se descompondrán.
Di no a los pesticidas: ¡elige ecológico!
La vacilación política a sencillamente prohibir los venenos peligrosos es testigo de un fuerte lobby agrícola, por el que hay mucho dinero en juego. El ejemplo del glifosato lo ha demostrado repetidamente: aunque la OMS ya clasificó al herbicida como potencialmente cancerígeno en el 2015, su aprobación se ha renovado una y otra vez, actualmente hasta finales de este año. Mientras la política avanza lentamente, la mejor manera para que los consumidores finales apoyen una agricultura más sostenible que no nos perjudique ni a nosotros ni a nuestro medio ambiente es comprar productos ecológicos. Los agricultores ecológicos mantienen las plagas y enfermedades bajo control mediante la rotación y combinación sistemática de cultivos y el uso de productos naturales. De esta forma, no sólo protegen nuestro medio ambiente, nuestra agua y la salud de las plantas, animales y humanos, sino que también garantizan los medios de vida de las generaciones futuras.
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