Nigeria, 25 de ene 2024 (ATB Digital).- Al menos 55 personas murieron por dos ataques cometidos en el centro de Nigeria entre el martes y el miércoles, en el marco de un repunte de la violencia intercomunitaria, indicaron este jueves dos jefes locales a la AFP.
Los ataques tuvieron lugar en el estado de Plateau, situado en la línea de demarcación entre el norte Nigeria, mayoritariamente musulmán, y el sur, predominantemente cristiano. Allí, los enfrentamientos entre comunidades son frecuentes.
Según explicaron dirigentes locales, entre el martes y el miércoles se incendiaron y saquearon escuelas, lugares de culto y viviendas, pese al toque de queda que había impuesto el martes el gobernador estatal a raíz de un enfrentamiento ocurrido por una disputa entre un ganadero trashumante y otros usuarios de la misma carretera.
La Mwaghavul Development Association, que agrupa a miembros de la etnia Mwaghavul, mayoritariamente cristiana, acusó a ganaderos musulmanes peul, o fulani, de haber atacado la aldea de Kwahaslalek y de haber matado a «una treintena de personas».
Ataques
Un encargado de los servicios de rescate locales y una fuente del sector humanitario, que pidió el anonimato, confirmaron ese balance.
La AFP pidió a la policía y al ejército que confirmaran el saldo, pero estos no respondieron.
El segundo ataque tuvo lugar en la ciudad de Mangu, sobre todo contra lugares de culto y escuelas religiosas. Así explicó la organización comunitaria musulmana Jama’atsu Nasril Islam (JNI).
«Encontramos 25 cadáveres, esperamos la protección de las fuerzas de seguridad para enterrarlos». Eso declaró por teléfono a la AFP Jafaru Musa, uno de los directivos locales de la JNI.
«Continuamos con las labores de búsqueda con el apoyo de la Cruz Roja […], pues hay muchos desaparecidos», añadió.
Otro miembro de la JNI, Salim Musa, confirmó el balance.
La tensión en el estado de Plateau se disparó desde que, en Navidad, varios asaltos perpetrados en aldeas de mayoría cristiana dejaron casi 200 muertos.
Aunque los episodios violentos en esa zona y en el noroeste del país suelen deberse a diferendos por el uso de la tierra entre ganaderos nómadas y agricultores sedentario. Cada vez los hay más que son obra de grupos criminales armados, que saquean pueblos y secuestran a gente para conseguir rescates.
Fuente: La Razón