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Estudio revela que un olor presente en varios alimentos puede alterar nuestros genes y frenar el cáncer

Mundo, 3 de mar 2024 (ATB Digital).- No habíamos tenido tan presente la importancia del sentido del olfato hasta que el Covid-19 nos lo arrebató en la pandemia. Un reciente estudio ha resaltado los efectos que los olores tienen en nuestro cuerpo, pues sugiere que los olores, como los de frutas maduras o alimentos fermentados, pueden alterar la actividad de los genes en células más allá de la nariz.

Según Anandasankar Ray, biólogo de la Universidad de California (UC) Riverside y autor principal del estudio, «la exposición a un olor puede alterar directamente la expresión de genes, incluso en tejidos que no tienen receptores de olores, lo cual fue una completa sorpresa».

Este descubrimiento tiene implicaciones significativas, ya que plantea que oler compuestos volátiles en el aire podría ser una forma de tratar el cáncer o retrasar las enfermedades neurodegenerativas, aunque se necesita más investigación para confirmarlo.

Componente inhibidor

El equipo experimentó con un compuesto volátil liberado por la levadura en la fermentación de la fruta, el diacetilo, que está presente naturalmente en varios productos lácteos y es un subproducto de la elaboración de cerveza. También podemos encontrarlo en el vino, el yogur griego y muchas frutas maduras.

Los sujetos de estudio fueron moscas de la fruta (Drosophila melanogaster) y ratones transgénicos, que fueron expuestos a diferentes dosis de vapores de diacetilo durante cinco días. Los resultados mostraron que este componente, peligroso en concentraciones altas, causaba cambios en la expresión génica en ambos animales.

En la mosca de la fruta se ralentizó significativamente la degeneración de las células fotorreceptoras relacionadas con la enfermedad de Huntington. Por otro lado, los ratones manifestaron cambios notables en la actividad genética en los pulmones y el cerebro, así como una reducción significativa en los niveles génicos asociados con cánceres como el neuroblastoma.

En células humanas cultivadas en laboratorio, se encontró que el diacetilo puede actuar como inhibidor de la histona desacetilasa (HDAC), una enzima que puede facilitar la expresión génica. En pruebas adicionales con células cancerosas humanas, el equipo observó que dicho compuesto prevenía la proliferación del neuroblastoma.

Los hallazgos de Ray indican que las alteraciones en la función genética son posibles en un organismo incluso sin que este consuma activamente la fuente del compuesto volátil, basta con permanecer a una distancia aproximada.

Las limitaciones del estudio

Aunque prometedor, el estudio tiene limitaciones, como no proporcionar un análisis exhaustivo de los mecanismos subyacentes que explicarían cómo los olores inducen cambios epigenéticos en células alejadas de la nariz, según un revisor externo.

«Descubrimos por primera vez que algunas de estas moléculas de olor a las que estamos expuestos y que se absorben en las células de nuestra piel, nariz, pulmones e incluso probablemente en el cerebro a través del torrente sanguíneo están alterando fundamentalmente la expresión génica«, dijo Ray. «¿Tenemos que preocuparnos por esto? ¿Cómo afectará a nuestros genes? Son preguntas que quizá responderemos más adelante».

Nos queda un largo camino de prueba y error hasta comprender completamente estos mecanismos y su potencial terapéutico. Estos hallazgos, además de resultar fascinantes, revelan el impacto subestimado de nuestro sentido del olfato en la salud humana.

Fuente: Robotitus

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